martes, 16 de febrero de 2016

Espeluznante

Creo que casi todos, o todos, habréis oído hablar en algún momento, sobre todo cuando éramos pequeños, del "Hombre del saco".
 Yo recuerdo desde mi niñez, como asustaban a los niños diciéndoles, "Como no te portes bien llamo al hombre del saco", esta frase era muy frecuente, lo que no era frecuente es que no nos contasen quien era este "buen señor". Pues bien, hoy me he enterado.
Solo tenía que comprar el pan de diario, por ese motivo tenía tiempo suficiente para darme un paseo y tomar el sol y el fuerte viento que hacía hoy por  mi barrio.
Al pasar por la Biblioteca me he dicho. -Voy a leer un periódico. Ya mirando por aquí y por allá decido leer alguno antiguo. Entonces he pensado leer alguno de cuando yo nací, que ya era bien antiguo. Pero, no. Me he decidido por buscar uno del año que nació mi padre y...¡Ojalá! no lo hubiese hecho.
Esto lo he leído en ABC del 11 de agosto de 1910.
 Os advierto que lo que he leído, me ha dejado impresionada durante todo el día y creo que me va a durar para muchos más:
Ocurrió en el pueblo de Gádor, provincia de Almería.
El Moruno está enfermo, Tuberculoso. Conoce al viejo Leona, que además de su fama de hombre malo, también es curandero.
 La familia del Moruno le consultó sobre la enfermedad de este.
-El remedio es sencillo. dijo;-con que beba la sangre caliente de un niño y con que le pongáis después- las mantecas del propio niño sobre la tapa del pecho, ya está curado.
Y aquellos salvajes se les ocurrió poner inmediatamente en practica aquel terrible plan curativo.
La víctima fue el niño Bernardo González que se estaba bañando en el río con varios amiguitos de su edad. Tenía 7 años.
 Los feroces criminales le engañaron diciéndole que iban a coger brevas y que lo llevarían después a su casa; el chaval los acompañó voluntariamente. Cuando habían caminado un buen trecho, el niño sospechó y quiso retroceder, fue entonces cuando le metieron en un saco.
Cuando llegaron a su destino los esperaba la repulsiva vieja Agustina Rodríguez, madre del "angelito" que se tenía que beber la sangre. También espera el Moruno, con una olla con la paciencia de un tigre, la hora en que había de ser sacrificada la vida de un niño.
No quiero contar como lo hicieron pues está bien reflejado en el periódico, pero como es tan espeluznante, solo diré que,  el pobre niño, no tuvo salvación, más tarde fueron arrestados, condenados y ajusticiados sus asesinos, incluida la tal Agustina, que aunque hace muchos años, se ve que la justicia era rápida en aquellos tiempos. No como ahora, que seguro que estaban a "pan y cuchillo", comiendo sin trabajar esperando un indulto.
A todo esto, se sabe que el precio de la operación fueron 3.000 reales.
Después de haber leído todo esto, aún me han quedado ganas de saber si todo esto era cierto. Lo he comprobado en Internet y, si, todo es tal como yo lo he leído en ABC.
Si queréis comprobarlo, solo tenéis que poner..."El hombre del saco" y veréis también las fotografías de tan esperpénticos asesinos. También podéis conocer los detalles que yo no os he contado por aquello de no herir más sensibilidades.

El hombre del saco o sacamantecas, perduró mucho años, pues todavía mis hijos se acuerdan de haberlo oído.
En una ocasión, hace de esto unos cuarenta años, se corrió un bulo, ¿O no? El caso es que se decía que cogían a los niños, los metían en un camión y les sacaban la sangre.
Recuerdo como estaban los niños jugando en la calle y se oía -"El camión de la sangre"- Todos ellos corrían como alma que lleva el Diablo hacia su casa...bueno aquello pasó.

Todo esto es muy triste, pero con ello quiero hacer un pequeño homenaje a las pobres víctimas inocentes que sufren acosos, golpes, palizas y hambre, siempre por culpa de los mayores.

16 comentarios:

  1. Amiga me has dejado petrificada, siempre escuche eso del saco pero nunca se me ocurriría averiguar, te felicito creo que eres muy ocurrente, eso te hace traer temas interesantes aunque muy triste como este horroroso diría yo, bueno esa es la ignorancia de las personas.

    Un abrazo amiga siempre es interesante leerte.

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    1. Ha un refrán que dice "Donde menos te piensas, salta la liebre". ¡Como nos íbamos a imaginar que, de un dicho tan tonto! como "El hombre del saco" había una historia tan trágica.
      Muchas gracia Gladys por tus palabras.
      Un fuerte abrazo también pata ti.

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  2. El título está bien puesto, espeluznante! Acá lo llamamos "el hombre de la bolsa" pero esa historia no la conocía, nunca más tenemos que decirle esa frase a ningún chico sabiendo ahora su origen, un abrazo Ma de los Angeles!

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    1. Por lo que se ve, el suceso atravesó fronteras. Y eso que no había como ahora tv. radio y demás medios de información...
      Gente mala y analfabeta ha habido siempre en todas partes.
      Un abrazo María Cristina

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  3. Totalmente espeluznante Maria Ángeles, el caso es que recuerdo haber visto una película, hace años con, este argumento. Me acuerdo perfectamente del hombre saco y de la cantidad de veces que miraba por la calle por si lo veía.... Era la forma de meternos miedo para que nos portáramos mejor.Besicos

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    1. Yo que vivía en una calle con unos enormes árboles, siempre iba pensando si estaría "El hombre del saco" detrás de uno de ellos.
      He visto que hay una película del caso, pero Dios me libre de verla, mucho menos después de haber leído el suceso.
      Un besito Charo

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  4. Hola Mª Angeles, si que me acuerdo de la amenaza que nos dirigían para meternos miedo, lo que si es triste que ahora con otros nombres sigan existiendo esta gente, ahora con el nombre de traficante de órganos y sigan engañando a niños, pero si que da mucho yuyu lo que "no" has dicho y podemos imaginar.

    Besos.

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    1. ¡¡Ni te imaginas con que crueldad mataron al pobre niño!!
      Mejor que no lo sepas. Si es versad que ahora "disfrazados" de "hombres buenos" siguen haciendo maldades, sobre todo cuando se trata del tema de trafico de órganos...eso es muy cruel.
      Besitos Piruja

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  5. Sí, también yo me acuerdo que me amenazaban con el hombre del saco, pero como era de armas tomar, me encaraba y les contestaba:Antes os cogerá a vosotros que a mí, porque los malos no somos los niños, si no los mayores. Y me quedaba tan ancha ¡jaja!
    Pero ciertamente este suceso que nos cuesta es lamentable.
    Un abrazo

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    1. Ya veo que aún de niña tenía un fuerte carácter y les decía las verdades a los mayores que a veces eran muy crueles asustándonos.
      Dios, además de hacernos libres puso el bien y el mal en la tierra y, esto perdurara hasta el fin.
      Me alegra verla por casa Sor Cecilia.
      Un fuerte abrazo

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  6. Olá,
    Muito interessante. Sim, por certo, eu também me recordo deste tal homem do saco bem com outras tantas estórias que ainda vagueiam pela nossa memória uma vez ou outra.
    Gosto de ler as suas cronicas. Estive ausente por muito tempo de atividade no meu blog.
    Saludos cordiales e um abrazo desde Brasil

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    1. Hola Geraldo. Me alegra tu vuelta y mucho más que me hayas visitado.
      También veo que "El hombre del saco" llegó a Brasil... aunque fuera en noticia, de los malos no nos libramos nadie.
      Bienvenido de nuevo.
      Un fuerte abrazo desde Madrid

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  7. Olá,
    Muito interessante. Sim, por certo, eu também me recordo deste tal homem do saco bem com outras tantas estórias que ainda vagueiam pela nossa memória uma vez ou outra.
    Gosto de ler as suas cronicas. Estive ausente por muito tempo de atividade no meu blog.
    Saludos cordiales e um abrazo desde Brasil

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    1. Como veo que has repetido, yo también lo hago y te mando otro abrazo Geraldo

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  8. Al leer el titulo de tu escrito me ha venido a la memoria el famoso hombre del saco,pero siempre había pensado que eran recursos inventados por los mayores para lograr que obedecieran los niños.Al ir avanzando en la lectura se me han puesto los pelos de punta.¡Que barbaridad!
    Nunca mas hay que decir estas palabras a los pobres niños.
    Un fuerte abrazo

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    1. Menos mal que los niños pequeños no saben de que va la cosa, simplemente se asustan un poco.
      No he querido contar todo lo que yo leí por ser, verdaderamente espeluznante. ¿Cómo puede haber gente tan sátira?
      Mejor no pensarlo.
      Un fuerte abrazo Carmen.

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