lunes, 18 de diciembre de 2017

Los niños que cantan la Lorería

Dentro de unos días, concretamente el día 22 de Diciembre, se hará el Sorteo de La Lotería de Navidad.
Todo el mundo lo espera con mucha ilusión, yo no, entre otras cosas porque no he jugado y así difícilmente me podrá tocar nada.
Estos niños que con su lindas vocecitas cantan números y euros, pertenecen al Colegio de San Ildefonso. Hace varios años todos eran huérfanos de padre y varones, ahora, gracias a Dios y a los hombres que tuvieron tan buena idea, incluso hay niñas y no todos son huérfanos, también hay varios niños de otros países, sobre todo sudamericanos.
Este colegio data del siglo XV y fue fundado por la Villa de Madrid. La primera vez que un niño del colegio cantó en un sorteo fue en 1771.
 Este colegio está enclavado en pleno centro de Madrid, en el barrio de La Latina.
El centro se financiaba a través de donaciones. Ahora es El Estado y el Ayuntamiento de Madrid quienes lo subvencionan.
Cuando estos niños terminan su estancia en el colegio, además de sus estudios salen con una cartilla de ahorros para que empiecen su nueva vida.
El día 22 bien temprano empieza el sorteo y, tanto la tv. como la radio desde bien temprano nos están dando la murga a quienes apenas no interesa, si alguien se va a hacer rico, o va a seguir tan pobre como ahora.
Recuerdo, cuando casi nadie tenía ni siquiera un aparato de radio, ver en una plazuela donde habían instalado un gran altavoz, a mucha gente con sus papeletas escuchando los números que cantaban los niños, siempre pendientes de saber si les había "caído" algo.
¡Mi padre, también estaba entre esa multitud!
Unos días antes, había comprado varias papeletas de varios números distintos. Éramos siete hermanos, yo la mayor, le daba vuelta a las papeletas para que cada uno cogiera la que quisiera. Luego le ponía el nombre de cada uno de nosotros y se la volvía a guardar, hasta el día del sorteo.
Un día, yo, que era la mayor, le pregunté.
-Papá, ¿Qué me tocaría? Él me contestó.
-Hija, te tocaría mucho dinero...7.000 pesetas. 
Aquello nos parecía una fortuna pues su sueldo de funcionario era de 400 pesetas al mes. No es de extrañar que esa cantidad nos pareciera mucho.
Cuando papá volvía a casa, después de haber estado toda la mañana escuchando los canticos de los niños de San Ildefonso (nunca le tocó nada), nos decía que solo uno de mis hermanos era el afortunado, le había tocado lo que jugaba...¡¡Una peseta!!
Cosa curiosa, todos los años que yo recuerdo, pasaba lo mismo, a mi jamás me toco nada, ni a los otros cinco tampoco. ¡¡¡Siempre le tocaba al mismo!!!
Hace unos años, estando ya casado, mi hermano, el afortunado, también le tocó "algo", pero esta vez en gordo.
¡¡Como ha cambiado todo!!
Recuerdo con mucha nostalgia a mi padre.
¡¡Como valoraba el dinero!!
Según él...¡ En aquellos tiempos se ganaba muy poco!
Cuando se jubiló, después de 40 años en la Policía Municipal...decía que tenía una pensión estupenda.
¡¡Solo la disfrutó cinco años!!

Bueno, he empezado con la alegría de la Navidad, del sorteo de la lotería y...he acabado llorando.

      Vamos a ver si podemos sonreír "una mijita" a propósito de la lotería.

Pregunta el marido a su esposa:
-¿Tú qué harías si me tocara la lotería?
-Me quedaría con la mitad, me separaría de ti y me iría de casa.
-Muy bien, pues me han tocado 12 euros; toma tus 6  y vete a hacer puñetas.

Un hombre sale como loco al balcón de su casa, y le grita a su mujer que está en el parque cotilleando con las amigas:
-¡Cariñito! ¡Cariñito! ¡Hemos ganado los 50 millones en la lotería!
La mujer salta como loca de alegría, pasando entre todas las amigas y sale volando a la casa para abrazarse con su marido, cruza la calle y en eso aparece un camión a 120 km. hora y...zaz, la atropella.
El marido abre los ojos hasta casi las órbitas, y dice:
-¡Carajo! Cuando uno está con suerte, ESTÁ con suerte!

Están dos amigos en un bar, escuchando a los niños de San Ildefonso cantando la lotería mientras se toman un café, y uno le dice al otro:
-He soñado que ganaba 200 millones, como mi padre.
-¿Tu padre gana 200 millones?
-No, también sueña.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Ocurren en Navidad

Ya tengo el belén, los turrones, el árbol, el pavo todavía está volando, veremos si lo puedo coger a tiempo.
De momento  lo que si tengo pensado es, contar cositas que hayan ocurrido en alguna Navidad.
Esta es una de ellas:

Era una creencia popular en muchos lugares de Cataluña que, en la noche del 24 de Diciembre, durante la misa del gallo, la Virgen bajaba a la tierra acompañada por un cortejo de Ángeles, entraban en una casa y sentándose al lado de la chimenea cambiaba los pañales al Niño Dios al calor de la lumbre.
Como no se podía saber que casa escogería la Virgen para tal menester, todas las chimeneas quedaban encendidas y se dejaba dispuesta en cada hogar una fuente con dulces y una jarra de leche por si a Nuestra Señora le apetecía comer algo.
Creo que, en los pequeños pueblos de montaña, aún se conserva esta costumbre.
¡¡¡Bien por los catalanes!!!

Esta lección de Navidad es más moderna:


Al salir de casa, un hombre vio a un niño parado ante su flamante  automóvil. El pequeño no podía cerrar los ojos de admiración y, cuando el dueño del vehiculó se acercó, le preguntó:
-¿Es suyo?
Tras afirmar con la cabeza, le explicó lo siguiente:
-Es el regalo que me ha hecho mi hermano el día de Navidad.
El niño se quedó muy asombrado y contestó:
-Como me gustaría... .El propietario del automóvil entendió que le encantaría tener un hermano como el suyo, por eso se asombró cuando el pequeño añadió:
-Me gustaría poder ser algún día un hermano tan generoso.
Sorprendido por la respuesta, el hombre le invitó a dar una vuelta y el niño aceptó encantado.
Cuando llevaban un rato circulando, le preguntó al señor:
-¿No le importaría que pasáramos frente a mi casa?
El conductor pensó que lo que quería era presumir ante sus vecinos. Cuando llegaron al sitio, el menor le pidió que aparcara, salió corriendo y regresó con su hermano que tenía muchas dificultades para caminar.
-Algún día te regalaré uno igual para que puedas ir donde quieras, le dijo a su hermano.
El hombre quedó tan impactado que sentó a ambos en el coche y les dio un paseo inolvidable.

Esa Navidad aprendió una lección de vida: que hay más felicidad en dar que en recibir.

A ver si alguno de nosotros podemos dar "un paseo"  en forma de alimentos, ropa y amor a algún niño que lo necesite...los mayores también tienen necesidades, aunque solo sea de amor.

martes, 5 de diciembre de 2017

Odisea con el "Belén"

No se si ha sido una odisea o una metedura de pata mía, el caso es que, aunque parece una tontería, lo pase bastante mal.
 Como siempre, no me lo guardo, lo cuento:
Todo empezó el domingo cuando le pedí a mi hijo que me bajara del altillo la caja donde se encuentran, el Belén y los adornos navideños.
 Me los bajó.
Ayer lunes, me levante muy animosa, a las 8 de la mañana ya estaba yo danzando por toda la casa a ver donde y como colocaba los "belenes". Digo belenes porque pongo más de uno. El principal en el salón.
Empecé colocando el tenderete, o sea, el armazón. Para ello quite de una mesa de cristal todos los adornos y coloqué la madera donde iba a situar el Belén mas bonito y grande de la casa.
"Ya estaba situada la base.
 Coloqué las montañas, sigue el Castillo en su sitio, el Portal en el lado contrario y las casitas, como siempre. Unas, encima de las montañas y otras simulando el pueblo.
Todo perfecto.
 Ahora era el momento de poner las luces.
La cosa empezó mal cuando no me daba de sí la guirnalda. (El caso es que era la misma del año pasado).
 Si metía luz en el Castillo, no me llegaba al Portal. A todo esto, las casitas que estaban en medio de los dos "edificios" empezaron a darme la tabarra, pues si metía una bombillita en cada casita (digo esto en diminutivo porque todo el Belén es en miniatura), pues bien, al meter la luz en la casa, esta se daba la vuelta, pues pesaba más la bombilla que la casa.
Llegó un momento que tuve que dejarlo. Me fui a desayunar, pues se me habían echado las 10 de la mañana y "sin vender una escoba", como decía mi madre.
Desayuné, volví a reanudar mi trabajo. Después de otra hora, ya medio desesperada, parece que ya estaba todo instalado.
Me dispongo a hacer los caminitos (los hago con pan rayado), después pongo el serrín verde. Lo miro y lo veo todo precioso, solo me falta poner las figura y echar el agua a la fuente y el río.
 Hecho esto, lo miro y al verlo medianamente bien, aunque sin terminar del todo, trato de encender las luces.
Cojo el mando a distancia, le doy a un botón para encender, Portal, Castillo y casitas y empieza a correr el chorro de la fuente. ¡Mal empieza la cosa! Le doy a la fuente y se enciende la luz del salón...peor. Apago esta luz. Doy a la fuente y se encienden las casitas...Ya no podía más, le di al botón de la base de enchufes y lo apago todo.
Decido arreglarme para ir a comprar unas cosillas.
Después de hacer las compras, pocas, decido ir a La Plaza de las Naciones que está cerca de casa (una Plaza muy bonita que homenajea a todas las Naciones sudamericanas), donde hay unos setos preciosos de Tomillo y donde me lie a coger sin pensar en otra cosa que en lo bonito y oloroso que iba a quedar mi Belén.
Estaba yo tan afanada cogiendo ramitas y más ramitas, cuando llega un hombre y me dice:
-Señora, ¿No es usted algo mayorcita para estar arrancando las plantas?
Me vuelvo con cara de mala leche y le digo:
-Métase en sus asuntos caballero, estoy cogiendo tomillo para aderezar un conejo que estoy guisando para cuando venga mi hijo del trabajo, ¡¡¡Comérnoslo!!! ¿Le parece bien?
Después me he vuelto a casa rieéndome yo sola de ver la cara que ha puesto el pobre hombre. No tenía ganas de darle mas explicaciones.
Claro que si le cuento la odisea que me había montado en casa, a lo mejor me hubiera acompañado para arreglármela".
Todo se ha solucionado cuando ha vuelto mi hijo. Le ha dado a un botón y todo ha vuelto a su cauce.

Esto tampoco le habría ocurrido a mi cuñada Pepi. Lo primero es que ella es más lista que yo. Lo segundo...y principal, es que su marido, mi hermano, es electricista.

Por si alguna señora se va a hacer alguna estética, mirad lo que me ha contado una amiga:

Una señora se fue a hacer un lifting de todo, la nariz, la piel de la cara. etc.
Finalmente el cirujano le pregunta...
-¿Desea la señora algo más?
-Si, quisiera tener los ojos mas grandes y expresivos.
-Nada más fácil, señora.
-Enfermera: traiga la cuenta, por favor.