martes, 30 de diciembre de 2014

Despedimos el año, con humor

La despedida del cura:

Al padre Pascual le estaban haciendo una cena de despedida por 25 años de trabajo en una Parroquia.
Un político miembro de la comunidad fue invitado para dar un breve discurso.
Como el político tardaba en llegar, el sacerdote decidió decir unas palabras él mismo para llenar el tiempo:
-"Mi primera impresión de la Parroquia la tuve con la primera confesión que me tocó escuchar. Pensé que me había enviado el Obispo a un lugar terrible, ya que la primera persona que se confesó me dijo que había robado un televisor, que les había robado dinero a sus padres, había robado también en la empresa donde trabajaba, además de tener aventuras sexuales con la esposa de su jefe. También en ocasiones se dedicaba al tráfico y a la venta de drogas. Y para finalizar, confesó que le había transmitido una enfermedad venérea a su cuñada.
Me quedé sombrado y asustadísimo...
Pero cuando transcurrió el tiempo, fui conociendo más a la gente y vi que no eran todos así, vi una Parroquia llena de gente responsable, con valores, comprometida con su fe. Y así he vivido los 25 años más maravillosos de mi sacerdocio".
Justamente en este momento llegó el político, por lo que se le dio la palabra.
Por supuesto, pidió disculpas por llegar tarde y empezó a hablar diciendo:
-`Nunca voy a olvidar el primer día que llegó el Padre a nuestra Parroquia, de hecho, tuve el honor de ser el primero que se confesó con él....

MORALEJA: Nunca llegues tarde...


EL VENTILADOR:

El gitano que había comprado un ventilador en el Carrefour, llega a su casa, se tumba en el sofá y conecta el ventilador poniéndolo encima de la mesa y enfrente de él.
Los gitanillos alrededor sudando, el padre fresquito con la brisa.
Al cabo de una hora, el padre se levanta y dice:
¡¡¡¡Voy a meá, el que toque el ventilaó sivacordá de tós sus muertos!!!
El más pequeño de los gitanillos se levanta de la silla y tocando un botón, el ventilador empieza a girar a izquierda y a derecha. (Alegría general para los ocho que estaban en la habitación)
Regresa el padre gitano y grita:¡¡Quien ha tocao el ventilaóooo!!!
Dice el gitanillo:
¡¡Naiden paaaapa, es que, ende que te fuite, el ventilaó testá buscando

lunes, 22 de diciembre de 2014

Las zapatillas doradas

Faltaban solo cuatro días para Navidad. Entré en el hipermercado para hacer las consabidas compras. La tienda estaba a rebosar de gente. Los carros de los clientes llenos hasta arriba, e incluso había atascos en los pasillos.
Los pies me dolían tanto como la cabeza de tanto barullo, luces y demás inconvenientes que ocurren cuando vamos a estos sitios.
Cuando ya tenía todo lo que necesitaba y quizá más de la cuenta, me dirigí a la caja. Escogí la que tenía la fila más corta, pero tendría que esperar lo menos veinte minutos para llegar a la caja.
Delante de mí había un niño y una niña .El niño tendría unos cinco años y la niña era un poco menor. Él llevaba un abrigo harapiento y unos tenis viejos y enormes que sobresalían debajo de unos pantalones que le quedaban muy cortos. En sus manos que estaban muy sucias, tenía varios billetes de un dólar todos arrugados.
La ropa de la niña se parecía a la de su hermano. Su cabeza era una maraña de pelo undulado. En la cara se le veían restos de la cena. Llevaba en las manos un hermoso par de zapatillas doradas. Se oía música navideña en el equipo de sonido del almacén y la niña tarareaba feliz.
Cuando llegamos a la caja, la niña puso los zapatos con mucho cuidado sobre el mostrador. Los sostenía como si se tratara de un tesoro. La cajera marcó la cuenta.
-Son seis dólares con nueve centavos-dijo.
El niño puso los billetes arrugados sobre el mostrador mientras buscaba más en los bolsillos de su pantalón. Consiguió reunir 3 dólares con 12 centavos.
-Supongo que tendremos que devolverlas -dijo valientemente. Volveremos después, quizá mañana.
En cuanto oyó eso, la niña dijo con un leve sollozo.
-Pero a Jesús le habrían encantado esas zapatillas.
-Bueno, volveremos a casa y trabajaremos un poco más. No llores, volveremos después- le aseguró su hermano.
En ese instante le pasé tres dólares a la cajera. Esos niños habían esperado un largo rato en la fila, y a fin de cuentas, era Navidad.
De repente un par de brazos me rodearon el cuello y una vocecita exclamó:
-Muchas gracias señora.
-¿A que te referías cuando dijiste que a Jesús le habrían gustado esos zapatos? - pregunté.
El niño respondió:
Nuestra mamá está enferma y se va a ir al Cielo. Papá dijo que es posible que se vaya a vivir con Jesús antes de Navidad.
La niña añadió:
En la escuela dominical, mi profesora me dijo que las calles del Cielo son doradas, como estas zapatillas. ¿No le parece que mi mamá se vería hermosa caminando por esas calles con zapatos del mismo color?
Los ojos se me aguaron al fijarme en la carita manchada por las lágrimas.
-Sí -le respondí-, no me cabe duda-
En ese momento le agradecí a Dios en silencio que se valiera de esos niños para recordarme lo que significa DAR.

La Navidad es tiempo de gozar, disfrutar de muchas cosa, ya sean comida, regalos, besos y abrazos, pero muchas veces también se llora.
Os deseo a todos mis seguidores y a los que no me sigan también, unas felices fiestas. Deseo que no lloréis, pero aseguraros de...DAR ALGO.

martes, 16 de diciembre de 2014

Dos bebés en un pesebre

En 1994, dos americanos respondieron a una invitación del Departamento de Educación de Rusia, para enseñar moral y ética basada en principios bíblicos. Debían enseñar en prisiones, bomberos, policía y en un gran orfanato. En el orfanato había 100 niños y niñas que habían sido abandonados y dejados en manos del Estado.
De allí surgió esta historias relatada por los mismos visitantes:
Se acercaba la época de las fiestas de Navidad de 1994, los niños del orfanato iban a escuchar por primera vez la historia tradicional de la Navidad. Les contamos acerca de María y José llegando a Belén, de cómo no encontraron lugar en las posadas, por lo que debieron ir a un establo, donde finalmente el niño Jesús nació y fue puesto en un pesebre.
A lo largo de la historia, los chicos y los empleados del orfanato no podían contener su asombro. Una vez terminada la historia, les dimos a los chicos trozos de cartón para que hicieran un tosco pesebre. A cada chico se le dio un cuadradito de papel de unas servilletas amarillas que yo había llevado conmigo. En la ciudad no se podía encontrar un solo pedazo de papel de colores.
Siguiendo las instrucciones, los chicos cortaron y doblaron el papel cuidadosamente colocando tiras  como paja. Unos pequeños cuadritos de franela, cortados del camisón de una compañera, fueron usados para hacerle la manta al bebé. De un fieltro marrón que trajimos de los Estados Unidos, cortaron la figura de un bebé.
Mientras los huérfanos estaban atareados armando sus pesebres, yo caminaba entre ellos por si necesitaban ayuda. Todo fue bien hasta que llegué donde el pequeño Misha estaba sentado. Parecía tener unos seis años y había terminado su trabajo. Cuando miré el pesebre quedé sorprendido al no ver un solo niño dentro de él, sino dos. Llamé rápidamente al traductor para que le preguntara por qué había dos bebés en el pesebre. Misha cruzó sus brazos y observando la escena del pesebre comenzó a repetir la historia muy seriamente.
Para ser el relato de un niño que había escuchado la historia de Navidad una sola vez estaba muy bien, hasta que llegó la parte donde María pone al bebé en el pesebre. Allí Misha empezó a inventar su propio final para la historia y dijo:
" Y cuando María dejó al bebé en el pesebre, Jesús me miró y me preguntó si yo tenía un lugar donde estar. Yo le dije que no tenía mamá ni papá y que no tenía un lugar para estar. Entonces Jesús me dijo que yo podía estar allí con Él. Le dije que no podía, porque no tenía un  regalo para darle. Pero yo quería quedarme con Jesús, por eso pensé qué cosa podría darle como regalo. Se me ocurrió que un buen regalo podría ser darle calor. Por eso le pregunté a Jesús: Si te doy calor, ¿sería ése un buen regalo para Ti? Y Jesús me dijo: Si me das calor, ése sería el mejor regalo que jamás haya recibido. Por eso me  metí dentro del pesebre, Jesús me miró y me dijo que podía quedarme allí para siempre."
Cuando el pequeño Misha terminó su historia, sus ojitos brillaban llenos de lágrimas empapando sus mejillas; se tapó la cara, agachó la cabeza sobre la mesa y sus hombros comenzaron a sacudirse en un llanto profundo.
El pequeño huérfano había encontrado a alguien que jamás lo abandonaría ni abusaría de él. ¡Alguien que estaría con él para siempre!

No son las cosas que tienes en tu vida lo que cuenta, sino quién tienes, lo que verdaderamente importa.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Regalos por Navidad

Antes de que empecéis hacer regalos por las fiestas navideñas, casi os voy hacer un ruego, no regaléis cachorros ni animales de cualquier tipo a nadie, pero menos a los niños.
Cuando un niño abre una caja donde se supone que está su regalo, se pone muy contento, pero si es un animal vivo quizá se alegre mucho más. Esto, aunque no lo creáis, dura poco. Primero y sin ellos querer, lo hacen sufrir mucho, a los pocos día ya están artos de su mascota viva, no se preocupan de que esté limpio, si ha comido, si le falta agua y no digamos cuando llegan las vacaciones de verano, en ese momento, los niños, el padre, y la madre que los pario, todos ellos, deciden que hay que deshacerse del gatito, del perrito o el conejo, que este, el pobre ha estado metido en una jaula seis meses. Es en lo único que se ponen de acuerdo, donde tirar a la mascota.

Yo tuve una gatita, (se llamaba Rufa), fijaros si la quería que le puse su nombré a mi blog. No solo yo la quería, mis hijos, mi nuera y los vecinos que la veían algunas veces en la terraza.
En los doce años que vivió con nosotros, yo particularmente, no salí de vacaciones. Al no salir yo todos los de la casa se quedaban en Madrid los doce veranos, edad que viven los gatitos, más o menos.
Cuando tenía once años ya casi los doce, le salió un cáncer de mama, La llevamos a la veterinaria y la operó, pero...a los tres meses después de la operación... murió.
Era una mañana del mes de agosto y ya casi no se tenía de pie, estaba haciendo esfuerzos para subirse a mi cama donde había un rayo de sol, (ya sabéis que los gatos son muy frioleros).
La cama estaba sin hacer pero la subí a ese rayo de sol que ella buscaba, se tumbo y me miró.
Para no echarla de la cama me puse a planchar, con el fin de dejarla tranquila. Antes le había dado una comida recetada por la veterinaria que estaba muy clarita pues ella no podía comer y nosotros se la dábamos con una jeringuilla.
Mientras yo planchaba miraba de vez en cuando y siempre que la veía me miraba con los ojitos abiertos.
Una de las veces que me asomé la vi con una postura muy rara, me acerqué, tenía los ojos como platos mirándome y la cabeza vuelta como si me siguiera con la vista, la cogí en mis brazos, me miró, hizo una cosa muy rara y mirándome fijamente murió.
Yo empecé a llorar mientras le cerraba los ojos, al oírme uno de mis hijos que estaba de vacaciones, se abrazó a mi y los dos con la gatita Rufa en brazos lloramos juntos.
Avisé a mi hijo mayor que vive fuera de Madrid con su esposa y ellos también lloraron, hoy que ya hace un tiempo que ocurrió, añoramos a Rufa, especialmente por estas fechas, pues nos hacía muchas trastadas con el Belén.
Mientras nosotros dormíamos, escarbaba en el serrín, hacía "sus cositas" y lo tapaba, Claro a la mañana siguiente no había quien entrase en el salón del mal olor. Todos los días tenía que reponer el Nacimiento. Hoy daría cualquier cosa por tener aquella "molestia" que me causaba mi linda gatita.

ENSEÑAD A LOS NIÑOS QUE AMEN A LOS ANIMALES

lunes, 8 de diciembre de 2014

La poder de la oración

Lo primero que quiero hacer hoy es felicitar a todas las Conchitas, o sea, a las que se llaman Concepción, pues sé que en Argentina, eso de "Conchita" quiere decir otra cosa. Sea como sea...Felicidades a todas las...C...
Hoy voy a contar un testimonio que he vivido muy de cerca. Ya sé que algunos me critican cuando cuento algún "milagrito" pero el de hoy es tan cierto como que hay Dios.

Hace unos meses, una de nuestras compañeras de la parroquia, que dicho sea de paso pertenece al coro y canta como un Ángel, enfermó. Enfermo de la noche a la mañana, pues la vi el domingo en la misa y al día siguiente me dijeron que estaba gravísima.
Rápidamente llamé por teléfono a otra compañera para interesarme y me dijo llorando: Nuria está en estado crítico. Por lo que me contó le había dado un ictus o algo parecido.
Al domingo siguiente en la Homilía el sacerdote nos dio la real y mala noticia a todos, además nos aconsejó que rezáramos por ella.
Nuestra buena amiga seguía muy grave en el Hospital de la Princesa de Madrid, pues es el que está capacitado para esas enfermedades. Nosotros seguíamos rezando y muchas veces llorando pues es una chica joven, alta y hermosa, trabaja mucho por la parroquia además de pertenecer al coro y al grupo de liturgia al yo pertenezco.
Llegó el siguiente domingo y el otro, pero a pesar de nuestros rezos Nuria seguía igual. Entonces el sacerdote decidió que teníamos que orar en grupo, propuso que el siguiente miércoles haríamos una misa para rogar por ella, todos los que quisiéramos ir.
Ese miércoles estaba la iglesia como si de un domingos se tratara, llena.
Fue muy emocionante ver ahombres y mujeres en un día laboral, todos juntos rezando por nuestra amiga.
Como digo, esto fue un miércoles. El domingo siguiente cuando fuimos a celebrar la Eucaristía, nos dice el cura...¡¡Nuria ha salido del peligro!!
Paso lo menos otro mes en el hospital, pero el primer día que se acercó a nuestra parroquia, con lagrimas en los ojos, ella y su madre, nos dieron las gracias. Cosa que no merecíamos pues lo hicimos con mucho gusto.
Hoy día de la Purísima Concepción, como tantos otros días, ella ha cantado el Salmo, otro señor y yo hemos leído las lecturas. Cuando hemos salido para hacer la reverencia los tres, Nuria iba en el centro, yo he sentido tal alegría, verla tal alta, no la llego ni al hombro, tan guapa y tan sana, con esa voz que Dios le ha dado, no he podido por menos que sonreír de alegría, ver y pensar cuanta fuerza tiene la oración y más si es en grupo.

También tengo que decir que la primera lectura de hoy que yo he leído, me ha quedado bordada, perdón por mi falta de modestia, pero es verdad. Claro que era tan bonita...Alguien quiere leerla...pues ahí va:

Lectura del libro del Génesis
Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: ¿ Donde estás? Él contestó: Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí. El Señor le replicó: ¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer? Adán respondió: La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí, El Señor dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Ella respondió: La serpiente me engañó, y comí. Él Señor Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho eso, serás maldita entre  todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tu la hieras en el talón.
El hombre llamó a su mujer Eva, por se la madre de todos los que viven.
Palabra de Dios.

Y ahora os digo a los que me criticáis, que seguro que no habréis leído toda la entrada, pero por si acaso, os vuelvo a decir...Soy Católica Apostólica, por lo tanto tengo que hacer Apostolado...he dicho

lunes, 1 de diciembre de 2014

Latas de consevas

Tenemos que reconocer que nuestra generación hemos sido casi los mas listos de la humanidad, no lo digo por mi, claro está, yo ni soy lista ni he inventado nada. Quizá podemos retroceder un  par de siglos atrás en cosas de alguna importancia, pues se inventó la luz eléctrica, la radio, el pararrayos...e incluso el caso que nos ocupa hoy...El abrelatas.
Resulta que en 1810, el inglés Peter Durand revolucionó el mundo de las conservas reemplazando los tarros de cristal por recipientes de hierro forjado recubiertos interiormente de estaño para evitar su oxidación.
De los  tarros de cristal tengo el recuerdo de haberlos visto en casa de mis abuelas, como todos los habitantes de los pueblos hacían conserva de tomates, frutas y verduras. Incluso mi madre también hizo algún que otro tarro, aunque vivíamos en Madrid.
 En temporada de tomates, entonces solo los había en el verano, hacia conserva y también dulce de membrillo...Sigamos...
Después de que míster Peter Durand hiciera esta invención, la fama se la llevaron Bryan Donkin y John Hall, que le compraron la patente por 1000 libras y fundaron la empresa Donkin and Hall cuyo primer cliente fue la Royal Navy.
¿Qué problema tenían estas primeras latas?
Que no se había inventado el abrelatas.
 Según se indicaba en las etiquetas, para abrirlas era necesaria la ayuda de un martillo y un cincel.
¿Os imagináis, a mí por ejemplo, en mi cocina con martillo, cincel y un paño para limpiarme la sangre que me iba a ocasionar, suponiendo que abriera el bote de tomate a fuerza de porrazos?
Pues muchos soldados las abrían utilizando las bayonetas, o disparando contra ellas o golpeándolas con piedras.
El primer abrelatas fue inventado en 1855 por un tal Ezra.J.Warner, que seguro que fue más listo que el que trató, con toda su buena fe, de meter las conservas en botes de lata.
Hoy tenemos la suerte de tener un montan de cachivaches para abrir latas y botes, y, a menos que seamos unos manazas, como es mi caso, se abren muy bien.