sábado, 28 de diciembre de 2013

Piden una medalla para el taxista

Hoy os voy a contar algo que no es un chiste, aunque podía ser. Tampoco somos xenófobos ni racistas.
Tenemos por suerte muchos extranjeros en nuestro País, de todas nacionalidades. Europeos, Africanos Sudamericanos, musulmanes y no digamos chinos...
A mi me da alegría cuando veo a esas chicas rumanas, tan guapas, que van por la calle sin pasar el frío que hace en su país y van despojadas de abrigotes y gorros. Van luciendo sus piernas porque en España no hace tanto frío como en Rumanía.
Tengo vecinos rumanos y también chinos y...tan contentos.
¡Que algunas veces les ponemos motes! También nos los ponemos nosotros mismos. ¡ Hay que ver las veces que hacemos chistes de los de Lepe, los gallegos, los catalanes,  nos reímos de la chulería de los madrileños y...no digamos de los gitanos! Pero eso no quita para que en su momento seamos respetuosos con todos y, si alguno necesita algo...No hay nadie que sea tan solidario como el pueblo español.
La historia de hoy ha ocurrido aquí, en Madrid:

En la calle de Toledo de Madrid una musulmana le hace señas a un taxi para que pare. Una vez dentro del taxi, le pide al taxista que apague la radio porque ella no puede oír música occidental debido a su religión.
"En la época del Profeta no había música como esa y mucho menos radio", dijo la viajera.
"La música occidental es de los infieles y yo no puedo oírla".
El taxista apaga la radio, pero en el siguiente semáforo detiene el coche, sale del mismo y con amabilidad abre la puerta trasera.
La mujer se sorprende y pregunta un tanto enfadada.
-¿Que pasa? Todavía no hemos llegado a mi destino.
El taxista le contesta:
"Mire señora, en la época del Profeta no había taxis, así que, por favor, salga del mío y busque un camello que la transporte.

¡Bien por el taxista!
Si hay que firmar para lo de la medalla...iré...¡Faltaría más"

jueves, 26 de diciembre de 2013

Navidad de 1948

¡¡Que lejos está!!
En aquellos tiempos celebrábamos la Navidad de otra manera. Quizá, porque al haber carencias de muchas cosas valorábamos más lo que teníamos en esos momentos.
España estaba en plena posguerra, los alimentos eran escasos. No había supermercados ni mucho menos grandes extensiones alimentarias como hay ahora, no, solo había un mercado y no muy bien abastecido. En aquellos tiempos era difícil comer carne fuera de Navidad, a menos que tuvieras familia en algún pueblo que  trajera de vez en cuando un pollo, pero en mi familia "no nos caía esa breva".
Aquel año de 1948, mi madre y una amiga hicieron cola en una carnicería toda la noche para poder agenciase un cordero...lo consiguieron. Aparecieron a las 9 de la mañana con su preciosa carga, los niños, cuando vimos a mamá descargar aquel magnifico animal, pensamos que íbamos a comer carne en abundancia.
Vivíamos en una casita de planta baja que nos había alquilado una señora mayor, Se llamaba Gregoria, pero con la condición de que ella tenía que vivir con nosotros. Disponíamos de toda la casa excepto una habitación que, lógicamente ocupaba esta señora, que no trabajaba en nada y se apañaba con la renta que le pagaban mis padres. Mi madre, además de la renta, muchas veces le ponía un plato de nuestra comida que ella aceptaba, creo que no daba ni las gracias.
Aquella nochebuena en la que mamá guisó el excelente cordero, mi madre, que era muy caritativa, antes de que llegara mi padre para la cena, me dijo: - Niña, vamos a llevar algo de cena a la señora Carmen que quizá no tenga nada, (otra protegida de mi madre).
Cuando volvimos, empezamos a poner la mesa, mamá fue a la cocina a ver si el cordero se mantenía caliente y la sopa también, pero ¡Ja! el cordero había mermado una barbaridad y...la sopa también. Esta estaba más aguada y cociendo a borbotones. Antes de entrar en la cocina vimos a la señora Gregoria apartando la olla de la sopa, quizá la puso a cocer para que aumentara.
Aunque mi madre tenía mucho carácter, no dijo nada. De todas maneras había sopa y cordero para todos. Mi madre tuvo la elegancia, como hacía muchas veces, de poner el primer plato a la señora Gregoria, tanto de sopa como de cordero.
Uno de mis hermanos dijo a mamá que el quería el trozo de las tabas del cordero, con las cuales jugaba, pero dio la "casualidad" que parte de las patas del cordero donde estaban las tabas no aparecían por ninguna parte.
Solo estábamos en el secreto de la desaparición de "ciertas tajadas" mi madre y yo, no quiso que se enterara mi padre ni los niños. Yo he guardado el secreto hasta hoy...
La señora Gregoria siguió siendo mala, mala, mala con nosotros los niños, sobretodo conmigo. Mama decía que aguantáramos, pues le estaba agradecida por realquilarnos la casa. Menos mal que al cabo de 5 años mis padres encontraron una buena casa y la perdimos de vista.

¡Señora Gregoria, donde quiera que esté aún la recuerdo, pero sin odio !
Fíjese que mientras estoy escribiendo, me he reído yo sola al recordar la cara que  puso mi madre cuando vio que nos había robado las mejores tajadas del cordero...
¡¡¡Era mala, pero no tonta!!!

sábado, 21 de diciembre de 2013

Humor de fin de semana

Esta frase de "humor de fin de semana" es de mi buen amigo Víctor que además de mandarnos todos los días correos de enseñanzas y consejos, los sábados nos ponía cosas graciosas y chistes para relajarnos, lo hacía con esta frase. Desde hace unos meses le están dando Diálisis y, aunque no nos tiene abandonados, hay poco de humor...
                          I
Una noche, un señor elegantemente vestido, detiene un taxi y pide al chofer lo lleve a su casa. En la mitad del camino ve a una señora muy bien arreglada entrando en un club de alterne...La mujer le pareció familiar, por lo que pide al taxista:
Aquí tienes 1000 euros. Te lo ganas si sacas a la mujer vestida de rojo que acaba de entrar a ese sitio, pero eso sí: A patada limpia...sin contemplación, esa desgraciada es mi esposa.
El taxista que jamás había visto tanto dinero junto, acepta y se mete en el club.
A los diez minutos el taxista sale con una mujer arrastrándola por los cabellos, toda golpeada y diciéndole cuanto improperio te puedas imaginar.
El señor echa una ojeada y se da cuenta que la señora esta vestida de verde, y sale corriendo a detener al taxista por el error cometido.
-Pare señor, pare !!!  ¡Esa no es!
El taxista jadeando le responde:
-Tranquilo amigo, que esta es la mía. Ahora voy por la suya.
                             II
Un gitano que va conduciendo y le para la policía. -¿Puede enseñarme el maletero por favor?, le dice el policía.
Se sorprende el policía al ver que hay una pistola y le dice:
-¿Pero que lleva ahí señor?
-Una calculadora, le contesta el gitano.
-Pero no ve que es una pistola?, dice el policía cada vez más nervioso.
Y dice el gitano gritando:
-"Pos mi primo "el Richal" me ha dicho que servía para ajustar cuentas.
                         III
Una empleada doméstica pidió aumento de sueldo. A la señora no le sentó bien, así que le preguntó:
-María, ¿Por qué crees que mereces aumento de sueldo?
-Señora, hay tres razones: La primera que yo plancho la ropa mejor que usted.
-¿Quien te ha dicho que planchas mejor que yo?
-Su esposo, señora.
Oh, vaya.
-La segunda razón es que yo cocino mejor que usted.
-Eso es puro cuento, ¿Quién te ha dicho que cocinas mejor que yo?
-También su esposo, señora.
-¡Ah, caramba.
-Y la tercera razón,  la más importante, es que yo soy mejor que usted en la cama.
Al oírlo, la señora, completamente descompuesta y gritando le pregunta a la empleada:
-¿Mi esposo te ha dicho eso?
-No señora...de momento me lo ha dicho el jardinero...
LA SEÑORA LE AUMENTO EL SUELDO

miércoles, 18 de diciembre de 2013

La puerta verde

 Prometo no poner cosas como mi anterior entrada hasta que no pasen las Navidades, no quiero que mis seguidores paséis mal rato como se ha dado el caso. Por eso, os voy a contar una avería que tengo en casa y no se como la voy a solucionar...Seguro que vais a sonreír, pero más vale reír que llorar o pensar en cosas raras.
Ocurre muchas veces que cuando se te rompe una cosa, detrás van siete más. Hace poco se me rompió el televisor, al día siguiente apareció mi hijo con uno nuevo. Antes del verano se estropeó el frigorífico y no hubo más remedio que comprar otro, pues este electrodoméstico es imprescindible.
Para colmo, hace unos días, la  puerta de uno de los baños arañaba el suelo y hacía un "raspeo" que daba repelús. Pensé, esto ya pasa de castaño oscuro no falta más que tengamos que cambiar la puerta. Pero claro, hacer el cambio de puerta supone cambiar todas las puertas de la casa, o sea, siete puertas que son las que dan al mismo pasillo; esto no supone 500, ni 600 euros como un electrodoméstico, no, esto supone...lo voy a decir en pesetas para que impresione más, como decía, esto supone, 1000.000 de las antiguas pesetas.
Me he dicho:
Ni hablar, aquí no se compran ni siete ni ocho puertas...si no se puede reparar, pongo una nueva. Pero como va a ser difícil que sea igual que las que hay por aquello del color de la madera y  mil zarandangas más, pues he pensado que...pongan una puerta, eso sí, de color verde, así no se nota la tintada. ¿Qué va a dar el cante? Si claro que lo va a dar, pero porque a la tonta de la puerta le de por arrastrar un poco no nos vamos a gastar la friolera de 1000.000 de pesetas, (suponiendo que lo tuviéramos). Creo que ahora con eso del árbol de Navidad que también es verde no quedaría mal, ¿Verdad?
Y es que cuando se rompe alguna cosa en las casas, le sigue otra y otra.
Mi hijo se ríe de mi decisión, pero ¿Verdad que quedaría mona una puerta verde en medio del pasillo?
Yo creo que original si será.
Admito sugerencias...

lunes, 16 de diciembre de 2013

No hay quien se libre de "Ella"

El califa se asombró de ver tan pronto aquella mañana al visir y en tal estado de agitación.
"Por favor, deja que me vaya de la ciudad en este mismo instante", le pidió el visir a su señor.
-¿A que vienen estas prisas?, le preguntó el califa, al lo que su fiel servidor respondió:
Esta mañana, cuando venía camino de palacio, alguien me ha tocado en el hombro y, al girarme, he visto que era la Muerte. Era una vieja dama vestida completamente de negro y seguro que me buscaba. Si me da su autorización, cogeré mi caballo y así esta noche ya estaré a salvo en Samarkanda.
No acabando de creérselo, el califa se disfrazó como era habitual para ir a recorrer de incógnito las calles su ciudad.
Cuando llegó a la plaza del mercado, buscó a la Muerte y, efectivamente, aún estaba allí. El califa, lleno de valor, salió a su encuentro y le preguntó:
"Mi visir es un honrado hombre joven, rebosante de salud. ¿Por qué, entonces te acercaste a el esta mañana y lo miraste de forma amenazadora?."
La muerte, sorprendida al ser interpelada por el califa, le respondió:
"No me acerqué a él con aire amenazante, solo me mostré extrañada. No esperaba verlo en el mercado, porque, de hecho, tenemos una cita esta noche en Samarkanda"

viernes, 13 de diciembre de 2013

Para sonreír

Entre unas cosas y otras parece que estamos todos un poco "cabreados" así que vamos a ver si sonreímos un poco.

En Italia, un hombre mayor italiano, que vivía en las afueras de Nápoles, fue a la iglesia local a confesarse. Cuando el sacerdote abrió el tablero del confesionario, el hombre le dijo:
-Padre...Durante la segunda guerra mundial, una mujer bonita llamó a mi puerta y me pidió que la escondiera del enemigo. Así que yo la escondí en mi altillo.
-¡Eso fue algo maravilloso, hijo - contestó el sacerdote - No tienes necesidad de confesar eso.
No, padre, es que ella empezó a agradecérmelo  con favores  sexuales.
-Bueno...Estando en gran peligro...y bajo esas circunstancias..., dos personas pueden ser muy tentadas a actuar así.  Pero si lo sientes verdaderamente, estás perdonado.
-Gracias, padre. Esa es una gran carga que me saca de mi alma. Pero tengo una duda más.
-¿Y cual es, hijo?
-¿Cree usted que debería decirle que la guerra ha terminado?
                                   ---
Alberto y Alicia son pacientes de un hospital mental.
Un día mientras caminaban cerca de la piscina del hospital, Alberto inesperadamente saltó a la piscina y cayó hasta el fondo, donde permaneció sin moverse.
Alicia rápidamente entró para salvarlo, nadó hasta el fondo y lo sacó.
Cuando el director del hospital se enteró del acto heroico  de Alicia, ordenó que se le diera el alta pues consideró que ella ahora estaba mentalmente estable. El director le dijo a Alicia:
-Tengo dos noticias para ti...una buena y otra mala.
-La buena es que te dimos el alta por haber salvado a otro paciente, considero que estás mentalmente sana y puedes abandonar el hospital.
-La mala es que, Alberto, a quien salvaste la vida, se colgó en el baño con el cinturón de su bata, momentos después de que salvaste su vida...Alicia, lo siento mucho, Alberto está muerto.
Alicia muy sorprendida le contesta al director:
" No se colgó él...lo colgué yo para que se secara...

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Ingenio del orador

A veces tiene gracia la política y si no mirad lo que ha ocurrido hace poco en Las Naciones Unidas:
El periodista lo ha titulado:

CUANDO MOISES GOLPEO LA PIEDRA.

Esto es a mi modo de ver un ingenioso ejemplo de oratoria política.
Ocurrió recientemente en las Naciones Unidas, hizo sonreír a la Comunidad Mundial:

EL REPRESENTANTE DE ISRAEL ANTE LAS NACIONES UNIDAS.

"Antes de empezar mi discurso querría contarles algo sobre Moisés:
Cuando Moisés golpeó la roca y de ella saltó agua, pensó:
"Que buena oportunidad para darme un baño. Se quitó la ropa, la dejó junto a una roca y entró en el agua. Cuando acabó su baño y quiso vestirse, su ropa no estaba allí. Se la habían robado los palestinos.

El representante de Palestina saltó furioso como un basilisco y le dijo:

"Que dice!!! Si los palestinos no estaban allí entones".

El representante de Israel sonrió y dijo:

"Muy bien...y ahora que ha quedado bien claro quienes llegamos lo primeros a este territorio y quienes fueron sus invasores, comenzaré el discurso.

Hay que reconocer que el señor de Israel fue muy ingenioso y, es que a veces los políticos también tienen su cosilla.
Nosotros los españoles tenemos este mismo caso con los catalanes, que aunque son españoles como yo, no quieren serlo...pues eso que se pierden. A ver si han oído o leído este caso y se ponen un poco las pilas. ¡¡¡Claro que de momento todos nos respetamos!!!  ¡Faltaría más! ¡¡¡Y Cataluña es tan hermosa!!!

lunes, 9 de diciembre de 2013

La madre loca

En una recóndita aldea, vivían dos hermanas jóvenes que no habían podido ser madres y que se sentían desdichadas por ello pues, según un dicho del lugar, "la mujer sin hijos es una fuente de desgracias para todos".
Un día llegó allí una anciana que, de puerta en puerta, pedía algo de comer. Las mujeres le abrieron la casa y la colmaron de atenciones.
 Antes de marcharse, la viejecita les preguntó que si no tenían hijos, pues reinaba un silencio sepulcral en aquel hogar.
-No, nosotras no hemos tenido esa suerte, le respondieron.
Viéndolas a tristes, la anciana les dijo:
Yo tengo una medicina para tener hijos, pero tras dar a luz, la mujer se vuelve loca.
Una de las mujeres le confesó que a ella no le importaría si su sueño de ser madre se hiciese real, por lo que la viejecita le dio a tomar su remedio.
Pasaron unos años y la anciana regresó a la aldea y se encontró con las dos mujeres jóvenes. La que no quiso su medicina le soltó el siguiente reproche:
" Tu nos dijiste que quien la tomara se volvería loca, pero mi hermana fue madre y no enfermó"
A lo que la sabia abuela respondió:
-Lo que yo quise decir es que una madre llorará y reirá por su criatura, la castigará y amará. Eso es ser madre y volverse loca.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Permanent o moldeado

Gracias a un peluquero alemán llamado Nestlé, ( como el chocolate) muchas mujeres de pelo liso han podido ver cumplido su sueño de adornarse la melena con bonitos rizos. Y es que en el año 1906, este alemán afincado en Londres hizo una demostración de un nuevo método para rizar el cabello que denominó "Permanent Waving" -Ondas permanentes -, aunque no tuvo ninguna aceptación. Al poco tiempo emigró a EEUU, donde desarrolló su técnica y consiguió gran éxito entre las mujeres. Sin embargo, hay que reconocer que las primeras permanentes quemaban bastante el pelo.
A mi me quemaba el pelo y las entrañas cada vez que mi madre me mandaba a que me hicieran la permanente.
Dicen que las ovejas son tontas, que hacen lo que les manda el pastor, los perros y siguen caminando detrás de otra oveja aunque las lleve de cabeza al río, pues bien, yo era más tonta que las ovejas porque siempre que me mandaba mi madre a la peluquera, siempre, hacía lo que me mandaba.
Le gustaban mucho los rizos y los niños rubios, nosotros todos éramos morenos con el pelo liso.
A mis hermanos les cortaban el pelo, "al cero" o sea, les dejaban la cabeza como una bola de billar. En cambio, yo, que era la única niña, tenía el pelo largo, pero liso. Entonces cuando le daba la "Vena" me decía: -Vete a que Carmen te haga la permanente.
Ahí me tenéis como una oveja caminando al martirio de la permanente. Cuando volvía a casa, después de más de dos horas de sesión, me ardían, la cabeza, los pelos, las orejas... a todo esto, mi cabeza era como la se Shirley Temple...pero en negro, si, negro como el azabache.
Otra  cosa que le gustaba a mi madre eran los niños rubios como el oro.¡¡¡Pero como íbamos a ser rubios!!!
Mi padre era, no moreno, si no morenazo, mi madre, igualmente morena, aunque no tanto, mis abuelos de ambas partes también eran morenos descendientes de los moros de Toledo. Nosotros, todos sin salvarse ninguno, éramos...morenos, morenos, morenos.
Aún ahora, que ya somos todos casi ancianos...seguimos siendo morenos.
¡¡Como con esa ascendencia quería tener un hijo rubio!!
Por supuesto que no lo consiguió. Ahora, que uno de mis hermanos se casó con una guapísima rubia y...¡al menos tubo nietos rubios!
...Y bisnietos rubitos...

lunes, 2 de diciembre de 2013

Predicando con el ejemplo

Siempre estamos dando y recibiendo consejos: No hagas esto, no comas aquello, no vayas por ese sitio...en fin, como digo siempre aconsejando o recibiendo consejos, pero alguna vez, ¿hemos hecho lo que aconsejamos? Seguro que no, pero este señor tan sabio, que por algo era sabio, si lo hizo:

Una madre muy preocupada por la salud de su hijo, de 6 años, fue con él a casa del Mahatma Gandhi y le suplicó lo siguiente:
-Le ruego, Mahatma, que le pida a mi hijo que deje de comer azúcar. Es diabético y, cada vez que toma un terrón, pone en riesgo su vida. yo lo he intentado de mil maneras, pero no me hace caso. Sé que a usted si lo escucharía porque le admira mucho.
Después de reflexionar unos minutos, Gandhi le dijo:
-Lo siento señora, en este momento no puedo hacer lo que me pide. Tráigame a su hijo dentro de 15 días.
Algo sorprendida pero convencida de que el hombre sabio tenía sus razones, hizo lo que le pedía.
En su segundo encuentro, Gandhi miró al niño a los ojos y le habló con autoridad:
-Muchacho, deja ya de comer azúcar. Tú quizá no lo entiendes, pero te está haciendo daño.
Muy agradecida, pero extrañada por la manera en que había actuado, la madre le preguntó al Mahatma:
¿Por qué hemos tenido que esperar dos semanas para que usted hablara con mi hijo? Podría haberlo hecho el primer día.
A lo que Gandhi respondió:
-Hace 15 días, yo aún comía azúcar.

Cuando me diga mi vecina Eloisa que no coma yo el rico pan, porque estoy muy gorda, le voy a preguntar, que es lo que hace ella con las 7 barras que compra todos lo días...¿Acaso las pone de adorno en la mesa?  ¡Ja!