lunes, 25 de mayo de 2015

Maldad y tragedia

A veces hay casos que superan a la ficción. En la ficción los autores ya sean directores de cine o escritores de novelas parece mentira las cosas que se inventan y nosotros nos regocijamos y divertimos, viendo la película o leyendo el libro. Lo que no nos damos cuenta es que a veces, ocurren cosas tan dramáticas que nos dejan sobrecogidos.
Hoy traigo dos sucesos relacionados entre si y a cual más doloroso, me lo cuenta una entrañable vecina:
Ahora ya es mayor, pero ocurrió cuando era joven, tenía dos niñas y un marido maravilloso, tan maravilloso, que un día salió de casa hacia su trabajo y ya no volvió, pues había sido víctima de un accidente de trabajo.
Me quería contar la desesperación que sintió en aquellos momentos, pero dice que ya casi lo tiene olvidado, es verdad aquello de que el tiempo todo lo cura, aunque fue gracias a sus hijas que salió adelante, perdió el apetito, descuidaba a las niñas, hasta que una de ellas le dijo:
-Mamá, hoy tampoco comemos?
Me cuenta que en aquel momento sintió tanta pena, de que sus niñas llevaran quince días comiendo pan con chocolate, mientras ella estaba derrumbada en la cama sin querer saber nada del mundo, que se rehízo rápidamente. Mandó a la mayor a comprar un pollo y les hizo una buena comida. Ella se hizo un caldito con los huesos y algo del pollo, pero como tampoco había comido en tantos días, ni siquiera pan con chocolate, le dio tal diarrea, quizá provocada por la grasa, que casi se muere ella también.
Bueno, poco a poco las tres se fueron reponiendo. Las niñas iban a la escuela y ella mientras trabajaba. Lo hacía en casa, pues no quería que cuando las niñas volvieran del colegio se encontraran solas. Ella se dedicó a coser. Hacía cosas nuevas y reparaba viejas. Hizo cortinas y visillos a todas las vecinas, les remendó sábanas y demás cosas que son necesarias en las casas.
Cuando salían a la calle, tanto ella como sus niñas, llamaban la atención de lo guapas que eran y lo bien vestidas que iban las tres. Lo que no sabían sus "adorables" vecinas, es que muchas noches dormía lo justo cosiendo y planchando.
Por supuesto que la pobre chica no se salvó de las criticas vecinales: que como se las apañaba, que con lo que ganara y la pensión de su esposo, no podía alcanzarle para como iban...el caso es que las lenguas de doble filo, no solo la criticaban, sino que empezaron a hacerle la vida imposible.
Murmuraban en la escalera, por los balcones, y decían barbaridades y picardías a voces para que lo oyeran, ella, las niñas y los demás vecinos.
Eran dos desocupadas.
 Una tenía su marido emigrante en Suiza. La otra, el suyo era camionero y se pasaba las semanas sin venir a casa. Las dos fueron su mayor pesadilla.
Aunque Madrid es una gran ciudad, a veces es un pueblo pequeño donde todo se sabe. Tal era así, que los demás vecinos del barrio veían con malos ojos a las dos "cotillas".
Por fin el emigrante en Suiza llamó a su mujer y esta se marchó...una cotilla menos...pero a la otra...le aguardaba algo peor que no se le desea a nadie por muy malo o cotillo que sea.
Un fin de semana, como hacían muchas veces, dos de los hijos de esta vecina se fueron con sus abuelos, su tía y su tío (los padres y los hermanos de la vecina cotilla), de excursión.
Mientras estaban cenando ella con su marido y la niña pequeña, vieron en el telediario, el coche de su familia destrozado y los zapatos de su hija en el asfalto.
Murió la madre, el padre, la hija, la hermana, el hermano y quedó gravísimo el hijo, que según dijeron los médicos no se recuperaría jamás.
Al día siguiente el barrio era un hervidero de comentarios y muchos decían que era un castigo por lo que habían hecho con la pobre chica viuda.
Cuando salió a la calle por ver que pasaba con tanto alboroto y se lo dijeron, los que así lo hicieron se quedaron mudos de asombro, pues esta mujer al escuchar lo que había ocurrido, se echo las manos a la cara y dijo:
-Cuanto lo siento, como debe de estar sufriendo la pobre después de perder a tantos seres queridos en un mismo día.
Muchos no comprendieron esta reacción.
Cogió a sus hijas y les propuso rezar por esta pobre vecina que tanto debía de estar sufriendo.

Esta buena mujer sigue viviendo con sus "niñas", ya treintañeras y con carreras universitarias.
 Las tres son muy felices y tienen en palmitas a su querida mamá.

lunes, 18 de mayo de 2015

La ventana

Había una vez dos hombres enfermos que compartían habitación en un hospital.
Aunque era muy pequeña, tenía una ventana.
Al paciente que estaba junto a ella, le dejaban sentarse cada tarde una hora, en la que describía a su compañero, que solo podía estar boca arriba, lo que veía.
Según contaba, la ventana daba a un parque en el que había un lago, un bosque y, detrás de los árboles, la ciudad.
El hombre acostado escuchaba todas las explicaciones y disfrutaba de cada minuto como si él mismo pudiera verlo.
Una de esas tardes, pensó que porque el hombre de la ventana podía disfrutar de ver lo que pasaba fuera.
-¿Por qué no puedo ser yo quien esté frente a la ventana?, se preguntó.

Y una noche, mientras él permanecía despierto mirando al techo, su compañero se despertó con tos y ahogos y trató desesperadamente de llamar a la enfermera.
El compañero de habitación no hizo nada por ayudarle.
A la mañana siguiente, la enfermera encontró al hombre muerto y se llevaron el cadáver.

Al cabo de un tiempo, preguntó si podían cambiarlo de cama y colocarle junto a la ventana desde la que tanto había disfrutado su compañero.
Cuando lo trasladaron, se asomó por dicha ventana y vio que enfrente sólo había una pared.
El hombre, destrozado, entendió que muchas veces hacemos daño, sin motivo, a aquellos que más se esfuerzan por hacernos la vida más agradable.

Lo peor de todo, es que nos damos cuenta demasiado tarde, o mejor dicho, cuando ya no hay remedio.

martes, 12 de mayo de 2015

¡Otra vez en fiestas!

¡¡Hay que ver como pasan los días, las semanas, los meses y los años. Parece que fue ayer mismo cuando estábamos celebrando la fiesta de San Isidro y ya han pasado doce meses, o sea, un año.
Madrid con  su primavera encima está hermoso, precioso y maravilloso. Ya se ven por calles y plazas, no solo a los turistas extranjeros, si no a los de siempre...los "isidros". Estos son los que un año tras otros no dejan de venir a Madrid por estas fechas. Unos vienen a los toros, pues es una de las ferias taurinas más importante, no solo de España, sino también del mundo.
Además de los toros hay muchas diversiones más. Aunque somos la Capital de España, parecemos un pueblo. Pero un pueblo de los de antaño. Con sus verbenas, la pradera y hasta las rosquillas del Santo, que son "las tontas y las listas". Las dos están muy ricas y ambas nos hacen engordar unos kilitos estos días.
Yo he empezado mi fiesta con una reunión de cuñadas, si, mis cuñadas y yo nos hemos permitido el lujo de irnos solitas al viejo Madrid a degustar una rica comida.
Primero hemos tomado el aperitivo en casa Labra. Esta casa es especialista en Bacalao rebozado, no os quiero decir como está...
Después y aunque no íbanos a los toros, si hemos almorzado en un restaurante típico madrileño que se llama "La taurina" y la comida era de rechupete.
 Como teníamos mucho que charlar, hemos ido a una cafetería a tomar, claro está, el cafelito.
Y después de estar un rato largo, tan largo que casi hemos hecho un agujero en las sillas, hemos decidido ya a media tarde marcharnos cada una a su casa, que dicho sea de paso nos pillaba bastante retirada del centro.
Así hemos empezado las "chicas" de la familia las fiestas de San Isidro. Los maridos, hijos y nietos no sabemos como las disfrutaran, nosotras por si acaso...lo hemos pasado muy requetebién.

Al Patrón de Madrid que es San Isidro Labrador, le conocen todos los labradores de España pues en 1960, Juan XXIII lo proclamó patrón y protector de todos los agricultores españoles.
Este Santo nació en Madrid en el siglo XI. Trabajó como agricultor jornalero y como pocero.
Murió muy anciano y su cuerpo se conserva incorrupto en la Real Colegiata de San Isidro, en Madrid.
Han sido varias veces cuando han expuesto su cuerpo para ser adorado y visto por los madrileños, por eso he sido muy afortunada de poder verlo.
Y es que Madrid aunque sea muy grande, seguimos siendo un "pequeño pueblo". Tenemos las mismas costumbres de hace varios siglos y seguimos siendo tan cándidos como eran nuestros antepasados.
Recibimos con los brazos abiertos a todos los que llegan, ¡por eso vienen tantos!
Los que se marchan, van contentos y muchos de ellos se quedan.
No os podéis hacer una idea los forasteros que había hoy en la mismísima Puerta del Sol. Se hablaban muchas, he tenido la fortuna de poder hablar con, peruanos, argentinos, colombianos y hasta con ecuatorianos...fijaros si se idiomas. Inglés, Francés y Alemán, se lo dejo a mi cuñada Pepi que es la culta de la familia.

Bueno, si alguien se anima a venir a ver Madrid en fiestas, que sepa que lo va a pasar muy bien. Comida excelente y bebida no digamos. Nuestra Sangría es de interés internacional, pues no hay ningún extranjero que se vaya sin probarla.
 Os esperamos con los brazos abiertos

lunes, 4 de mayo de 2015

Un madrileño mas...

Y no me refiero a los bebés que hayan nacido este fin de semana donde hemos celebrado el día de nuestra Comunidad, o sea, el dos de mayo.
Me refiero a un hombre, un gran hombre, al que le hemos dado la medalla de oro de nuestra ciudad, porque hemos querido y porque él lo ha querido.
Según dijo, se sentía madrileño ya que desde 1958 que vino a estudiar a la Universidad Complutense había hecho muchos viajes desde su Perú natal a nuestro querido Madrid, me refiero nada más y nada menos que a Mario Vargas Llosa.
Después de imponerle la medalla, a él y otros muchos personajes de las artes, el deporte, a un par de hospitales madrileños que cumplen perfectamente con su obligación y a algún que otro héroe que casi quedan anónimos, el señor Vargas Llosa dijo un hermoso discurso, que creo que a todos nos supo a poco, en el cual añoraba sus años mozos por aquellos barrios de Madrid que, según él, le parecieron maravillosos y que estaban rodeados de campo, que ahora ya no existen, ahora los nuevos edificios los cubren.
Nuestra Comunidad ha escogido el dos de mayo porque fue cuando se levantaros los pobres madrileños contra el fiero Napoleón. Digo pobres, porque entonces no tenían armas, ni de fuego ni blancas ni de nada, se atrevieron los muy valientes a atacar al ejercito napoleónico con los utensilios que tenían en sus casas, tales como palos y las señoras con la escoba en ristre...¡¡¡Que valientes fuisteis!!! 
Acabado el acto, salieron todos los galardonados y las autoridades para poner dos coronas de laureles en las placas conmemorativas de este suceso y del ocurrido en marzo de 2004.
La primera placa, que dice así.

A LOS HEROES POPULARES
QUE EL 2 DE MAYO DE 1808
RIÑERON EN ESTE MISMO LUGAR
EL PRIMER COMBATE
CON LAS TROPAS DE
NAPOLEON.

La segunda, no menos emocionante dice...

MADRID AGRADECIDO
A TODOS LOS QUE SUPIERON
CUMPLIR CON SU DEBER
EN EL AUXILIO DE LAS VICTIMAS
DE LOS ATENTADOS DEL 11 DE MARZO DE 2004
Y A TODOS LOS CIUDADANOS ANÓNIMOS
QUE LOS AYUDARON.
QUE EL RECUERDO DE LAS VICTIMAS
Y EL EJEMPLAR COMPORTAMIENTO
DEL PUEBLO DE MADRID
PERMANEZCAN SIEMPRE.

Después de las medallas, las coronas y el desfile militar, siempre acabamos llorando.

Todos los años hago lo mismo, los recuerdos me pueden y no puedo pasar este día por alto.
Siento admiración por todos, pero...¡¡¡el 11 M-  está tan cercano!!!