Este Santo, como todos sabéis, se cree que nació en torno a 1082 en Madrid, durante el reinado de Alfonso VI y aunque era un santo, no se libró de los chismes y acusaciones falsas a que somos tan aficionados los madrileños.
Al bueno de Isidro le gustaba orar y dado que siempre estaba en los campos, allí mismo lo hacia elevando su oración a Dios. Él estaba solo con sus bueyes, pero un día, un compañero que era un "cotilla" fue con el cuento al jefe de que Isidro no trabajaba, se sentaba mirando al Cielo tan tranquilo. Lógicamente don Iván de Vargas, que así se llamaba el amo, tenía que comprobarlo y, ni corto ni perezoso se puso en camino hacia donde Isidro estaba arando. Su asombro no tuvo limites, pues vio mientras oraba, un Ángel araba con un par de bueyes.
Tras presenciar tan extraordinario milagro nombró a Isidro administrador de su hacienda. Nos imaginamos la "alegría" que le dio al chismoso de su compañero.
Y ahora vamos con su esposa:
Como los madrileños si no estamos urdiendo alguna calumnia no estamos tranquilos, un día, cuando vivían en Torrelaguna, un par de chismosos fueron a contarle que su esposa, María de la Cabeza, todos los días iba hacia las afueras del pueblo, sola, después volvía pasado un buen rato.
Aunque Isidro era un Santo, no quiere decir que no sintiera algunos "celillos". El buen hombre decidió que uno de esos días la seguiría a ver donde iba.
Su asombro fue de lo más grande, pues el río Jarama que ella tenía que atravesar venía con un enorme caudal, era totalmente imposible atravesarlo.
Vio con gran estupor que María se quitó la toquilla, la echó al agua y ella cruzó el río sobre la toquilla, como si fuera una barca.
Tal fue su asombro, que allí mismo se hincó de rodillas pidiendo perdón por su sospecha y dando gracias a Dios pues la señora había ido a rezar a la ermita que estaba al otro lado del Jarama...
La frase es mía:
CHISMOSOS, SEGUIMOS TENIENDO DE SOBRA EN MADRID...Y EN TODA ESPAÑA.