miércoles, 9 de abril de 2014

Leyenda de la calle del Pozo

Hace unos días me mandaron un pps resaltando las pastelerías de Madrid antiguas y con mucha solera. Echándolas un vistazo me encontré con muchas de las que conozco y otras no, me llamó la atención la llamada Viena Capellanes, pues es muy famosa en Madrid y la conozco por las cosas tan ricas que fabrica. Lo que no sabía era que hacían roscones de Reyes todo el año y, como a mi hijo es el dulce que más le gusta, he decidido ir a comprar uno aunque ya esté lejos el día de Reyes.
Claro que lo primero que tenía que hacer era buscar la más cercana a mi casa, la he encontrado, pero también he encontrado, una bonita leyenda que tiene la calle donde está ubicada, La Calle del Pozo. Por supuesto que no os vais a librar de saberla...
La leyenda de la calle del Pozo se sitúa en la guerra de Sucesión. Estamos en las inmediaciones de la Puerta del Sol, en el corazón de la capital. Allí está la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, un templo en el que se guardaban dos espinas de la corona de Cristo, entre otras muchas cosas de valor.
En medio de la guerra, un nutrido grupo de soldados se adentró en la iglesia y se hizo con todo lo que encontró en su interior, cuadros, objetos de valor, joyas...y las espinas de Cristo. Estas no les importaban, puesto que los soldados pensaron que apenas tenían valor material, ya que solo les interesaba el dinero.
Las espinas las lanzaron a un pozo cercano.
La leyenda cuenta que con la llegada al poder de Felipe V, los vecinos de la zona empezaron a notar que el agua del pozo era dulce y buena, cuando antes era oscura, amarga y apenas podía beberse.
Nadie sabía por qué había cambiado el sabor del agua del pozo. Algunos enfermos que bebieron del agua del pozo se curaron.
Podéis imaginaros el revuelo que se formó  en toda la ciudad. Todos acudían al pozo a beber agua , con sus tazas y cántaros, con la esperanza de curarse de algunos males.
En una de las ocasiones, una mujer encontró flotando algo en el cubo de agua que sacó del pozo. Para su asombro, pudo comprobar que se trataba de las espinas de la corona de Cristo, que por fin aparecían.
Guardaron el preciado tesoro en una pequeña urna de cristal y la leyenda cuenta que este lugar se llamó calle del Pozo en honor a este suceso.

Ya tengo la situación de la calle del Pozo, ahora me voy a comprar el roscón...Y de paso entraré en la iglesia a ver si tengo suerte y veo las espinas del Señor.

8 comentarios:

  1. Curiosa la leyenda de la calle del Pozo.
    Y no hay que esperar al día de Reyes, el Roscón está bueno siempre.
    Ojalá lo hubiera aquí en Sevilla.

    Saludos, manolo

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    1. Bien dices Manolo que no hay que esperar al día de Reyes para comer roscón, pues ya sabes lo que tienes que hacer: coges el AVE, te compras un rico roscón en Madrid, vuelves a Sevilla ( que siempre es una maravilla) y en el viaje te vas comiendo es roscón, verás que coro se te hace la vuelta.
      Un saludo

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  2. Una poquita de ese agua le haría falta a mi marido Maria de Los Ängeles......Besicos

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    1. Si puedo agenciar una botella de esa preciada agua te lo digo. Por otra parte, ayer viernes ante el Cristo de Medinaceli, rogué, como siempre hago, por mis amigos enfermos, lo hice muy especialmente por tu marido.
      También en la Basílica hay una imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia a la que un día desesperada rogué por mi hermano al cual operaron de cáncer de colon y hoy está perfectamente y le rece por tu esposo. Lo voy a seguir haciendo todos los viernes que voy a misa de una. Estoy segura de que se va recuperar.
      Un beso Charo.

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  3. Hola María de los Ángeles, pues sí, todas las leyendas tienen esa curiosidad de hacer las cosas sencillas, especiales.
    A mí también me gustan los roscones, lástima que estoy lejos.
    Un abrazo
    Sor.Cecilia

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    1. Hola sor Cecilia, le mandaría un roscón aunque fuese muy lejos, pero seguro que iba a llegar destrozado,
      Gracias por visitarme.
      Un abrazo

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  4. Otra historia interesante Ma de los Angeles! Y además viene con rosca! Acá tenemos la de Pascua, que se diferencia de la de Reyes en que la adornan con huevos duros, un abrazo!

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    1. Aquí además del Roscón de Reyes también tenemos la rosca que tu dices con huevos y todo.
      También en el mes de noviembre que es la Virgen de la Almudena patrona de Madrid, tenemos la Corona de la Almudena, es un enorme rosco relleno de crema, moka o chocolate. Como verás en cuestión de comidas nosotros nos apuntamos a un bombardeo...después decimos que estamos gordos...
      Un abrazo María Cristina

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