lunes, 7 de diciembre de 2015

La Virgen de los Alfileritos

Esta es una leyenda como otras tantas que hay en lo largo y ancho de nuestro mundo, no por ello deja de ser bonita de leer y después te queda un agradable modo de pensar. Ya sea verdad o simplemente imaginario, el caso es que yo he recopilado tres versiones a cual más linda y me propongo contarlas:
Me ha gustado principalmente esta:
En tiempos en que no hemos estado muy boyantes económicamente, resulta que un grupo de amiguitas que salía todos los domingos a misa, entre ellas había una, como ocurre siempre, que tenía menos ducados que uno que se está bañando, pues bien. Cuando pasaban el cepillo para las limosnas, todo el que podía o quería echaba una moneda. La niña de nuestra leyenda vio con pesar que sus amiguitas echaban algo a dicho cepillo, pero ella no tenía ni un maravedí, entonces no se le ocurrió más que echar lo único que tenía. Se quito unos alfileritos que le sujetaban su pañoleta y los echó, que visto por sus compañeras, se rieron del gran recurso que aportaba haciendo sacar los colores a  la pobre niña.
Mas aquella humilde limosna ofrecida con tan buena fe, dio con el tiempo y desde aquel día, los más felices resultados que podían esperarse.
Ya sabemos que en épocas pasadas la iglesia vivía de las limosnas, y ahora casi también, pues bien, se extendió la costumbre de echar alfileritos al cepillo.
 Como es de esperar, hubo alguien que dejó caer, que los alfileritos eran de la Virgen y empezaron a subastarse, que siempre se los llevaba algunas piadosas mujeres que acudían a tan curiosa subasta.
La fiesta desde entonces y la imagen de Nuestra Señora que se encontraba en una hornacina que aún hoy existe, fue conocida como. "La Virgen de los Alfileritos".

La otra leyenda cuenta que:
En un obrador de encajes que había en la Plaza de Zocodover, allá por los tiempos que reinaba  Felipe V, trabajaba una linda oficiala bordadora llamada María Sánchez, quien tenía por costumbre detenerse, al volver de su trabajo, ante la hornacina de la Virgen en calle del refugio.
Un día se tropezó con la punta de un alfiler que estaba mal colocado en la almohadilla del encaje de bolillos en que trabajaba, causándole un profundo rasguño en la mano. El rasguño fortuito produjo a la joven una infección con hinchazón en la mano que le impedía ir al trabajo durante días. Durante todo este tiempo, la joven rezó ante la venerada imagen. Una vez restablecida, con la intervención del cirujano, ofreció a la Virgen el alfiler causante del daño.
Mientras, con contenida emoción, la joven María, arrojaba al interior de la capillita, el malhadado alfiler, no advirtió que presenciaba tan fervoroso acto un hidalgo distinguido y apuesto, quien en días sucesivos, la esperaba en el mismo sitio,  asistiendo extrañado a tales actos.
Finalmente, el hidalgo, prendado de la belleza de María, claro después de contarle todo lo ocurrido y además vencer todos los obstáculos que les ponía la familia del galán, por no ser de misma clase, los dos enamorados...se casaron.
El hecho fue tan sonado en la ciudad, que todas las chicas casaderas cogieron la costumbre de llevar los alfileres a la Virgen.

Otra leyenda dice:
Una joven que sufría porque su amor estaba en los tercios de Flandes, iba todos los días a rezar ante la imagen de la Virgen a pedirle que volviera pronto el que le había prometido matrimonio. Tal era su desesperación que se pasaba las noches rezando ante la hornacina donde se encontraba la Virgen.
Una de esas noches temiendo ser vencida por el cansancio, pidió a la mujer que la acompañaba que sin contemplaciones la pinchara con el alfiler para no caer dormida. Una vez despierta, introducía el alfiler por entre los barrotes de la reja, dejándolo allí a modo de ofrenda...
Un buen día, el novio regresó de las indias, o donde estuviese,  y se casaron. Comenzando otras jóvenes desde entonces a hacer lo mismo.

Estas historias las he reducido un poco, espero haberlo hecho bien y os enteréis de las leyendas.

Las tres son muy bonitas. Tengo que confesar que he ido infinidad de veces a Toledo y no he pasado por dicha calle. Después de leer estas bonitas leyendas, historias o como queramos llamarlas, le he dicho a mi hijo que cuando vamos a Toledo, él muy complaciente me ha dicho que cuando quiera.
Como es soltero, le he contado estas leyendas y le he dicho que ya tengo el acerico preparado lleno de alfileres para pedirle una novia a la Virgen...Me ha mirado muy serio y me ha dicho.
-No vamos...

¿¡Que hago yo ahora con tantos "bonis"!?

12 comentarios:

  1. Me encantan las leyendas y Toledo está plagado de ellas.En uno de mis viajes a Toledo me compré un libro de sus leyendas y que ahora no recuerdo donde lo tengo, una pena porque me gustaría volver a leerlo.

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  2. Pues ponte a buscarlo rápidamente, seguro que no te vas a arrepentir.
    También las puedes leer a través de Internet, eso es lo que yo hago.
    Un besito Charo

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  3. Yo también quiero poner alfileres para mi hijo. Un beso.

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  4. No te preocupes Susana, si consigo que me lleve a Toledo, echaré un puñado más de alfileres por ti. Ya tengo dos acericos llenos pues son más de una las madres que me han pedido ayuda, jajaja.
    Creo que La Virgen de los Alfileritos va a tener mucho trabajo.
    Un beso

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  5. Curiosas y entretenidas leyendas.Todas reflejan la fe del pueblo sencillo en la Virgen.
    Un abrazo

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    1. Me alegro que te gusten.
      Ahora tenemos que buscar las leyendas navideñas, pues hay muchas y muy bonitas.
      Un abrazo Carmen

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  6. Pues nada sabía yo de esta hermosa leyenda, siendo de la forma que haya sido estas son siempre formas de aprendizaje y propagación para saber las historias locales, que muchas veces desconocemos. Encantada de leerte. Un abrazo.

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    1. Ocurre que muchas veces las tenemos cerca y no nos paramos a leerlas, y mucho menos contarlas. Pero yo que soy un poco "cuentista", voy y os doy la oportunidad de leerlas.
      Muchas gracias por tus bonitas palabras Lola.
      Un fuerte abrazo

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  7. ¡jaja! Lógica respuesta la de su hijo, yo tampoco iría.
    Hay muy buenas leyendas, eso es lo que son, en realidad el hombre siempre busca la manera de conseguir sus deseos y echa mano de la Virgen o de cualquier santo. Pero en fin...respeto esas cosas, aunque yo nunca las haría.
    Le deseo que pase unas Felices Navidades. Volveré después de Reyes.
    Un gran abrazo amiga.
    Sor. Cecilia

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    1. Mi hijo se ha puesto muy contento con su consejo.
      Nosotros también le deseamos unas felices Navidades.
      Un abrazo de los dos Sor Cecilia, o sea, de mi hijo y mío.

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  8. Me encantan estas leyendas. Mi niño ya está casado y con cinco hijos. Soy feliz por él.
    Un abrazo.

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    1. Enhorabuena Josefa. El mío mayor también está casado, tiene dos hijos, No voy a decir niño y niña porque mi nieta tiene 22 añitos. El pequeño...no quiere ataduras, él sabrá lo que se hace.
      Gracias por tu visita
      Un abrazo

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