viernes, 20 de mayo de 2011

reencuentro

Es curioso como a través de un chiquillo reconoces a alguien que hace más de 25 años que no ves.
Iba a entrar en una óptica, cuando salía una señora con dos niños de la mano, unos niños como estos no pasan desapercibidos, me quedo mirando y me dice la señora.-!Hola¡ La miro y pienso, puede ser ella pero lo que no puede ser, es que los niños sigan siendo niños, pero claro, resulta que, !Eran sus nietos¡
A María la conocí hace mucho tiempo, yo pasaba unos días de vacaciones en casa de mis tíos (los molineros), en Campo de Criptana.
Ella acababa de quedarse viuda, tenía 25 años y dos niños preciosos, uno de 8 años y otro de 5.
Fue a refugiarse en casa de su madre y allí nos conocimos y pasamos un mes de agosto de puro descanso.
Donde estaban los molinos situados, le llamaban La Sierra y pasábamos casi todo el día allí con los niños y con muchos vecinos del pueblo que subían a tomar el aire puro.
La mayoría de las personas eran mayores. Iban vestidos, las mujeres con sus sayas y refajos, los hombres, casi todos, llevaban unos grandes blusones de rayas o negros, incluso alguno calzaba albarcas.
Esta señora, que aunque viuda tenía unos preciosos 25 años, era muy admirada por jóvenes y menos jóvenes. Uno de sus admiradores era un anciano viudo y solo que según decía mi tía y las señoras más mayores, su mujer había muerto de hambre pues el buen hombre era un rácano y, no es que le faltase dinero, no, es que no lo quería gastar. El caso es que no dejaba en paz a la pobre María, tanto mis primas como yo nos reíamos viendo al viejo (con respeto) detrás de la muchacha. Cuando le tiraba los tejos le decía.-Mira si te casas conmigo, de la Iglesia vamos al notario...Y es que Horacio (que así se llamaba), era propietario de viñas que abarcaban media Mancha.
Algunas tardes cuando subía a la Sierra, nos contaba que se había comprado un muslo de pollo y había comido de C....otro día decía que había comprado una sardina arenque y lógicamente, también la comida resulto de C...
Nosotras entonces eramos jóvenes y nos hacía mucha gracia lo que hoy se diría, acoso, pero a nosotras nos resultaba gracioso. Un día el buen hombre le pregunta que cuantos años tenía el niño mayor y cuando le dijo que 8, el muy...dijo que ya se le podía poner a Jalbegar, para los que os suene raro esta palabra es, blanquear las casas con Cal. ¿Os imaginais al precioso niño de 8 años jalbegando? Aquello ya nos superó. Él seguía insistiendo y otro día le preguntó que si cobraba pensión de viuda, aquí la que se "coronó" fue ella y sabiendo lo tacaño que era le dijo:- Si tengo una pensión muy maja, pero el día primero de mes, voy, la cojo con una mano y me la gasto con la otra y cuando llego a casa no me queda ni un duro, ya me he gastado todos los ahorros que tenía.
Aquello le hizo cambiar de color y de pretensiones, desde ese día dejo a la pobre chica en paz.
Hoy cuando nos hemos encontrado y después de los saludos de rigor y de contarnos las cosas que nos han pasado en estos 25 años, hemos recordado al pobre Horacio que después de estar pasando penalidades, y según las gentes del pueblo que le conocían, su esposa e hija habían muerto de hambre, al fin cuando murió, dejo ricos a los sobrinos.
Mi querida amiga hoy, tiene dos hijos médicos y unos nietos tan guapos como lo fueron sus padres. Claro que si se hubiese casado con él, hoy sería una viuda riiiiiiiiiiiquísiiiiiiimaaaaaaaaaa.
Opino como ella y apelo al refrán. NO es más rico el que más tiene....

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