sábado, 19 de noviembre de 2011

El vestido de cretona

Quizá alguien no sepa lo que es la cretona, sobre todo los jóvenes, las señoras si que lo saben.
Ayer viernes y mientras comíamos mi amiga Piluca y yo, rememorábanos cosas de nuestra juventud. Nos reíamos un montón y otras veces teníamos que hacer esfuerzos para no llorar.
Me contó que en cierta ocasión, por las fiestas de nuestro barrio, quería un vestido nuevo. En aquellos tiempos, en las fiestas era cuando estrenábamos un vestido pero había veces que era difícil para nuestros padres, pues como eramos muchos hermanos alguno se tenía que quedar sin su traje nuevo, tal fue el caso ese año de 195 y...en el que Piluca se quedó fuera de combate. No creáis que ella se amilanó, no, nada de eso. Empezó a pensar y dado lo inteligente que es, enseguida dio con el resultado. Os cuento.
Las casas del Madrid de la posguerra no eran muy grandes y los que vivíamos en ellas eramos muchos, por ese motivo casi todas las familias al no tener un cuarto de invitados, como tenemos ahora, tenían en el comedor...UNA CAMA MUEBLE, esta cama para disimular el colchón, el somier y no se cuantas cosas más, estaba disimulada con unas "Faldillas" hechas de cretona, esta tela solía ser casi siempre floreada, tenía un fondo rojo, negro o azul y varias flores estampadas que resultaba muy bonita y decorativa. En mi casa, además de las faldillas de la cama, mi madre puso cortinas de la misma tela, por lo que aquello parecía que estábamos en la selva.
Cuando mi amiga supo que no tenía vestido nuevo para ir a la Kermes el día de la Virgen del Carmen, dada su inteligencia, empezó a dar vueltas por la casa pensando y buscando algo para hacerse un vestido. En lo primero que se fijó fue en...la cretona de la cama mueble. Rauda como una centella fue en busca de su madre (que todo hay que decirlo debía de ser una santa, la mía no hubiese aceptado el trato), le dijo: -Mamá, ¿me das las faldas de la cama mueble para hacerme un vestido? La buena señora dijo qué si y que sentía mucho no haber podido comprarle un vestido nuevo.
Piluca puso manos a la obra, cogió la tela, la cortó a sus medidas, pero le faltaba un poquito para el canesú. Como ya tenía la venia de su madre, se fue en busca de algo rojo que era el color predominante de la cretona y, ¿Que diréis que encontró? Pues un par de servilletas rojas.
Me contó que además cerró el escote con un cordón hecho también por ella y al final...le quedó un precioso vestido.
No quedó aquí la cosa, pues cuando llegó con sus amigas al baile el ambiente era de lo más fenómeno. Allí estaban Carmen Sevilla, Lola Flores y más gente conocida pues iban a elegir la Miss de las fiestas. Estando ella bailando, se acerco Perico Chicote y le dijo: -Señorita, apuntesé que vamos a elegir a la Miss y usted es muy guapa. Su compañero de baile también la animó, pero ella dijo: -Si se entera mi padre que me cogen Miss me da una zurra.
Así eran aquellos tiempos. Teníamos respeto al padre, a la madre, después al marido y ahora a los hijos. ¿Tendremos que temer también a los nietos? Piluca no fue Miss por miedo a su padre y yo no fui a la Kermés porque en mi casa nos habíamos comido las faldas de la cama mueble y por lo tanto, no tenía vestido que ponerme, ja ja ja.
!!!Las cosas que nos hemos perdido¡¡¡

1 comentario:

  1. Un placer leerte. He pasado un rato muy ameno. Yo usaba cretona pero era para usar debajo del vestido para que se viera como una sobrilla. Te sigo! Hasta muy pronto!

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