viernes, 3 de febrero de 2012

Frio madrileño

¡¡¡No os lo podéis imaginar!!!
No es para contarlo el frío que hace hoy en Madrid. se nos van a helar las ideas. Como tenemos costumbre muchos madrileños de visitar al Cristo de Medinaceli y hoy con mayor motivo, pues es primer viernes, allá que me he ido. A pesar del frío, la iglesia estaba llena y una cola enorme para subir al camarín a besarle el pie.
El recorrido que hago desde la estación de Atocha por el paseo del Prado, siempre está lleno de gente, la mayoría turistas, pero hoy no había "ni rata", como decía mi madre.
Recuerdo (siempre recordando), recuerdo cuando yo era pequeña, que en estos días de frío y cuando mi padre se ponía el uniforme (era policía municipal), como digo, cuando se estaba vistiendo, mi madre le forraba el cuerpo con papel de periódicos, o sea, debajo de la guerrera, le envolvía practicamente todo el cuerpo, nosotros nos reíamos y decíamos que papá iba como si fuera un paquete. Creo que así no le traspasaba el frío. El  motivo era que en aquella época todavía no había semáforos y los policías tenían que dirigir el tráfico que, por supuesto lo hacían, con brazos,manos cuerpo y a veces con los pies, pues si venía algún despistado, tenían que correr hacia las aceras para ponerse a salvo.
Tampoco en aquellos tiempos había mucha costumbre de tomar café o algo a media tarde como ahora que cualquiera si tiene frío se mete en una cafetería, se toma un cafelito y quizá con churros, pero entonces los padres no se podían permitir esos "lujos".
Cuando hacía mucho frío, recuerdo que mi madre preparaba una botellita de café con leche muy caliente, la envolvía en papel de periódico, la metía en el bolso y nos decía:-Niños, estar quietecitos que voy a llevarle un café con leche a papá que estará pasando mucho frío,! ale¡, y allí si iba la pobre mujer, con su botellita envuelta en papel de periódico. Una de esas veces, yo quise ir con ella...y fui.
Yo iba muy contenta, pues iba al centro de Madrid con mi madre y nada más y nada menos que a ver a papá dirigir el tráfico. Cuando llegamos, mi padre puso una sonrisa de oreja a oreja, lo primero, seguro, que de ver a mi madre...¡¡¡Entonces eran muy jóvenes!!!
El caso es que en un momento nos acercó a un portal que había cerca, se quitó los guantes, cogió la botellita que todavía iba caliente y se la tomó. Después miró a mi madre y la besó, todo esto digamos que "a la remanguillé" pues en aquellos tiempos la gente no se besaba así como así en la calle, después, también me dio un beso a mí. Acto seguido el se fue en medio de la Puerta del Sol, que era donde hacía su servicio y nosotras cogimos el metro hacia nuestra casa. Mi madre sonreía y yo iba muy contenta.
 Todo esto me lo ha hecho recordar el frío que hace hoy en Madrid y también me ha hecho pensar. Si mis padres hubiesen vivido esta época, seguro que podría comprase un café con leche en cualquier bar de la esquina, ahora en la Puerta del Sol de Madrid...hay muchos, y si vamos a ver, tampoco son caros.









8 comentarios:

  1. Bello recuerdo; a mí también me disparó algunos. Si bien soy joven (23 años) he vivido en lugares muy fríos y alejados del centro. Por lo tanto muchas veces entre la piel y la ropa llevaba trozos de diario (es un material increíblemente cálido, casi tanto como una tela polar),

    y el café sin dudas es un elemento infalible a la hora de levantar temperatura.

    Un gran abrazo desde Argentina, más exactamente la Patagonia.

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    1. Hola Ojeda, ya veo que no eran solo mis padres los que sabían quitarse el frío con los diarios, pues tu que eres tan joven, también lo has hecho.
      En Madrid seguimos con mucho frío.
      Recibe un gran abrazo

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  2. ¡Qué duda cabe, los teimpos han cambiado mucho! Parece que estamos hablando de muchos años atrás y, si lo piensas bien, no son tantos, lo que ocurre es que hemos el cambio lo estamos haciendo de manera acelerada. Pero a mí me gusta recordar esos tiempos y tu relato de hoy es muy bonito y entrañable. Una beso

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    1. Querida Hada, para tu placer, seguiré contando cosas de mi pasado, aunque a mi me parece muy cercano,me alegro que pases momentos agradables con mis relatos.
      Desde mi helado Madrid te mando un besazo

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  3. Desperezo mis dedos, ateridos por el frío que me embarga sólo con imaginar lo que debe de estar pasando más allá del cristal, y le escribo a usted, querida María Ángeles, estas líneas de agradecimiento por compartir con nosotros esos hermosos recuerdos que nos sitúan en tiempos que, pese a la crudeza que asolaba el ánimo general del país, permitían que tuvieran lugar escenas tan sumamente hermosas como la que usted nos suscribe.
    En fin, me despido de usted, de castellano a castellana.

    Un abrazo fuerte,
    Ángel.

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    1. Erasmo, gracias por tus bonitas palabras. Como castellano que eres,seguro que estás pasando el mismo frío que yo, por eso y esperando que se pase pronto esta ola de frío Siberiano que nos anuncian, te mando un gran abrazo.
      ¡Ah,tuteame ¡por favor!

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  4. Querida abuela:


    ¡Aquí hace un frío que pela! Tanto es así que Antonio me ha regalado unas orejeras para que mis orejas no se queden petrificadas como el hielo. Desde entonces cada vez que salgo a la calle camino por el mundo con las orejas calientes, ¡no es poco! Sin embargo, la nariz siempre se me pone roja, creo que no tardarán mucho en inventar el calentador de narices. Si no lo inventan: lo inventaré yo. Con mecanismo gracioso incorporado para momentos de mocos.

    Tú no salgas mucho de casa, tienes la suerte de no tener obligaciones que te comprometan a enfrentarte al frío. Quédate en casita, que no hay nada mejor en este mundo como el calor de una buena manta y el refugio de letras escritas o leídas.
    En fin, te sigo desde las sombras de este mundo de estrés y agobios que me persigue día tras día. Tú aprovecha el tiempo que acompasan los relojes cuando no hay horarios que cumplir. El tiempo libre es lo más valioso que tenemos los humanos: disfrútalo.


    Te quiero

    Tu nieta,

    Alba

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    1. Hola bonita, te voy a contestar en tu correo pero también lo hago aquí para que vean la nieta tan guapa que tengo.
      Un beso de la abuela

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