sábado, 4 de febrero de 2012

Un Viaducto

Ya se que hay muchos Viaductos, pero ninguno como el de Madrid: este es el suicidio de los madrileños.
Este viaducto se empezó en 1860 y se terminó en 1874 pero al año siguiente, las barandillas tuvieron que ser sustituídas por otras más altas, dado el elevado índice de suicidios. Problema que ha viajado en el tiempo y que ha sido resuelto hace no muchos años. En 1942 tuvo que ser reconstruido por los daños sufridos durante la guerra civil. Es un símbolo de la imagen de Madrid que se vislumbra desde la entrada a la capital por el Paseo de Extremadura.
Hace unas semanas, varios transeúntes vieron con horror como un hombre vestido de mujer se arrojaba  al vacío, aunque se creía que se podían evitar, ya que el Ayuntamiento ha puesto unas mamparas que les resulta muy difícil acceder a ellas, pero aún así, sigue habiendo suicidios.
El primer suicido (o casi), fue por el año 1889. Se trataba de una jovencita a la que querían casar con un hombre mayor, ella estaba enamorada de un apuesto joven madrileño y lógicamente el vejete no le parecía bien, la chica amaba a su novio.
Ni corta ni perezosa se dirigió hacia el viaducto y como entonces no había nada más que una barandilla y abajo el suelo que la esperaba era de arena blandita, la chica no se hizo más que roturas de pies y manos. Cuando su familia vio este acto seguro que pensó un poco y dejaron que se casara con su amado noviete. Se casaron y tuvieron 13 hijos pero la pobre murió al dar a luz al 14.
Ahora el que se cae o se tira no tiene tanta suerte, pues lo que entonces era un arroyo arenoso que pasaba por debajo del viaducto, ahora es una calle bien asfaltada y con mucho tráfico, pero todavía alguno se acuerda y se va hacia allí para suicidarse. Algunos tienen suerte y fallan.
Un fallo ocurrió en 1948 si la memoria no me falla. Lo recuerdo porque yo le leía a mi madre todos los días el periódico. Mientras ella cosía nuestras ropas de niños, yo leía. A mi madre lo que más le gustaba era que le leyese los sucesos, claro por eso me enteraba de todo lo que ocurría en los madriles. Algunas veces me daba un poco de repelús, pues al ser una niña no me gustaba enterarme de las cosas malas que traía la prensa, pero bueno, aquel suceso me impresionó y mucho:
Como en aquellos tiempos todo se hacía manual, también el reparto de pan se hacía así: Un día iba un panadero con su gran cesta de pan hacia una panadería, llevaba la enorme cesta en la cabeza sobre un rodete, el pobre hombre iba tan campante...cuando le cayó un suicida desde lo alto del viaducto, este majadero de suicida calculó mal y fue a caer encima del panadero. El pobre panadero murió en el acto. El suicida se salvó.
¿Queréis creer que aunque han pasado los años yo no he podido olvidar al pobre panadero?





9 comentarios:

  1. Si; realmente angustiante. Seguramente ese hombre luego tuvo otro motivo para sentirse absolutamente desgraciado: provocar la muerte de un inocente.

    Sin dudas es un hecho paradójico; tanto como que en una ciudad exista un sitio tan "ameno" para los suicidas; obviamente, no es culpa del sitio, por más que le hagan mil reformas si alguien se quiere suicidar lo va hacer,

    Un fuerte abrazo argentino, como siempre gracias por el viaje.

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    1. Gracias a ti Ojeda por seguir leyendo mis "peroratas".
      Disfruta el calor de tu tierra, aquí seguimos helándonos.
      Un abrazo fuerte

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  2. supongo que volveria a tirarse al dia siguiente no?? o lo metieron en la carcel por asesinato??jajaja pobre panadero!!!

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    1. Amylois, la verdad es del suceso aquel ya no supe nada.
      Un besito y otro para Izan.

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  3. No me extraña que no puedas olvidar al pobre panadero, son cosas que quedan marcadas. Es una delicia leer tus historias. Un abrazo

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  4. Una cosa asi no se puede olvidar tan facilmente.
    Lamentablemente hay cosas en las ciudades que ocurren y que no son un grato recuerdo.
    Se que no vas a publicar este coemntario. ¿la razon? no la conozco.
    No se que pude haberte dicho que te ofendiera, pero de lo que si estoy seguro es: de nunca he tenido la intension de hacerlo.
    Sea lo que fuese: yo me disculpo, aun sin saber porque.
    Soy persona que respeta mucho al projimo y sobre todo si es una dama.
    Lo siento mucho y espero que mis disculpas sean aceptadas.
    gracias.

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    1. ¿Que te hace pensar que estoy ofendida?
      No solamente voy a dejar tu comentario aquí, si no que también lo voy a hacer en tu blog. No me seas "Quisquilloso".
      Todos los días visito tu casa para enterarme como va el relato por entregas que escribes y espero con ansia el final.
      Te mando un abrazo... y un beso de propina.

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  5. todo tiene una razon:
    Te escribi dos comentarios y no se publicaron, por eso pense, que estabas molesta. Asi que: nada de quisquilloso. Que por cierto me encato la palabra; no la escuchaba hace mucho años y gracias ati la voy a poner en uso.
    Bueno gracias por la aclaracio, pero tenia razon.
    Gracias por el abrazo y la propina: me la quedo y la guardo bajo siete llaves.
    Hay vuelto...Un beso mas grande.

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