sábado, 18 de octubre de 2014

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Lo que yo tengo en estos momentos no lo comparto con nadie. Lo que tengo para mi solita es...un tremendo resfriado que no quiero compartir.
Hace más de una semana que no salgo de casa, pero aún así, a veces he echado una miradita discreta a mi ordenador y noto con un poco de pena que mis amigos no responden a mi última entrada. Averiguo un poco y me entero de que muchos están de vacaciones. ¡Claro! Pienso un poco, miro el calendario y me digo, "tate" están casi todos en Zaragoza, pues son las fiestas del Pilar...¡Que pena! me las he perdido, bueno otro año será, felicito a todos los que hayan podido ir, seguro que se lo han pasado muy bien.
Voy a animarme un poco y a ver si consigo animar a otros.
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Un viejo y sabio filósofo de Oriente, reunido con sus discípulos para impartir una de sus clases, les contó la siguiente historia:
Hace muchos, muchos años, en una lejana montaña, un grupo de hombres se quedó encerrado en una profunda caverna por accidente. Tal era la oscuridad que reinaba en la cueva, que no podían ver nada.
Pasó algún tiempo y, finalmente, uno de ellos logró encender una pequeña tea. Pero la luz que daba era tan escasa y tan débil, que aún así seguía sin poder percibirse nada.
Después de estar cavilando varios días, al hombre se le ocurrió que con su luz podía ayudar a que cada uno de sus compañeros prendiera su propia tea. Y así lo hizo.
De repente, compartiendo la llama con todos sus compañeros, la caverna se iluminó intensamente.
Cuando acabó de explicar esta narración, los alumnos se quedaron unos minutos reflexionando en silencio, hasta que uno de ellos le preguntó al maestro:
¿Pero, qué es lo que nos quiere decir este relato? ¿Qué nos enseña?
Y el maestro contestó:
Nos muestra que nuestra luz seguirá siendo oscuridad si no la compartimos con los demás. Y también nos dice que el hecho de compartir nuestra llama no la apagará; al contrario, la hará crecer.

Este buen filósofo nos quiere dar a entender que, no solamente compartamos la luz, si no, el agua, el pan y que a veces echemos una mano al vecino que no paga la comunidad y no le critiquemos.
A muchos les sobra la luz, el pan y los coches de lujo, y...a otros les falta de todo...
¡Ayudemos! ¡Compartamos! Seguro que nos sentimos un poco más felices...

8 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo contigo en lo de compartir..........que bien viviríamos todos . Besicos

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    1. Me encanta volver a tenerte cerca, me alegro de que hayas disfrutados de unos días de vacaciones.
      Un beso

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  2. Este “buen cristiano“ no se fue a Zaragoza. Esta aqui y comentando tu relato con el mayor de los gustos y el mas grande de los cariños.
    Yo siempre he practicado la solidaridad. Me parece que es la mejor manera de convivir con el projimo y sentirse util como ser humano.
    Si cad uno ayudara un poquito, este mundo seria otra cosa.
    Muy interesante tu reflexion.
    Un beso y un abrazo, con la esperanza de que te mejores y estes bien muy pronto.

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    1. Si eres solidario es seguro que eres, no solo buen cristiano, si no buen ser humano, de eso estoy segura.
      Un beso para ti tambien

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  3. Deseo que tu catarro dure lo menos posible.
    Compartir hace muy feliz al que da, mucho más que al que recibe.
    Besicos.

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    1. Muchas gracias amiga. Parece que ya va remitiendo, menos mal que solo ha sido un resfriado, si llega a ser una gripe...esperemos que no nos de nada de eso este invierno.
      Un besito para ti

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  4. Ma de los Angeles, comparto con vos esta experiencia que mi hija tuvo en le jardín de infantes de mi nieta. Los papás o mamás tenían que ir a explicar sus profesiones y darles algún ejemplo, como mi hija es psicóloga hizo un trabajo para valorar el esfuerzo en equipò, llevó una soga, se la anudó en la cintura y cada chico tenía que
    tirar en forma individual para moverla, cuando le tocó el turno a mi nieta, hizo tal esfuerzo que mi hija tenía que plantarse al piso para no ser movida por esa chiquita determinada, fue muy gracioso cuando nos lo contó, pero por poco se le malogra el ejemplo que tenía que dar, cuando todos se unieran y tiraran juntos la podrían mover, un abrazo!

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    1. No solamente fue gracioso si no que quizá fue muy emotivo ver a la chiquitina tirando con tanto afán de la cuerda.
      Dale un besito de mi parte y un fuerte abrazo para ti.

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