lunes, 1 de agosto de 2016

Dos historias

Me han parecido bonitas y rauda como una centella me he puesto manos a la obra, mejor dicho, manos al ordenador. No es que tenga muchas ganas pues aquí en Madrid estamos a casi 40º a la sombra y en mi cuarto de estar, ni con el ventilador se puede estar. Diréis, pon aire acondicionado. Pues os explico el motivo por el que no lo tengo:
Lo primero es que en Madrid solo hace calor quince días al año. Lo segundo es que vivo en un piso bajo con todas las ventanas al jardín de la Comunidad y muchas horas al día y por la noche se está muy bien. Si queréis saber más, os diré que también pienso en lo que cuesta ponerlo, la factura de la electricidad y...lo que es peor, no molestar al vecino más próximo con el "rum-rum" de los aparatos. Por ese motivo y porque dentro de cuatro días ya no hará calor...de momento me estoy achicharrando.

Ahora voy con mis historias:
La horca.
"Erase una vez un hombre muy rico que tenía un único hijo, su heredero. Este vivía a cuerpo de rey y se pasaba todo el día rodeado de amigos y aduladores. El padre estaba harto de advertirle que esos "amigos" sólo estarían a su lado mientras tuviera dinero con el que agasajarlos, pero que cuando se terminase lo abandonarían.
Un día el anciano ordenó a sus criados que construyeran una horca con una placa que decía: "Nunca desprecies las palabras de tu padre". A continuación, hizo venir ante si a su ocioso heredero al que comunicó lo siguiente:
Esta horca es para ti. Si sucede con tus amigos lo que te he advertido, quiero que te cuelgues de ella".
El joven creyó que era una broma de mal gusto de su viejo progenitor pero prometió cumplir lo que le pedía.
Transcurrieron unos eses, el anciano falleció y, tal como éste sospechó, el muchacho empezó a gastar su fortuna sin control hasta arruinarse y quedarse sin un solo amigo. Desesperado, recordó las palabras de su padre y lloró por no haberle hecho caso.
Entonces, se colgó la soga al cuello pero el brazo de la horca se rompió y empezaron a caer sobre su cabeza monedas de oro, diamantes y una nota que decía: "Ésta es tu segunda oportunidad. ¡Te amo mucho! Tu viejo padre".

La señal.
Tras navegar a deriva en una balsa, el único superviviente de un naufragio llegó a una isla inhabitada.
Cada día, nada más despertar, miraba el horizonte buscando un indicio de que pronto alguien lo salvaría.
Pasaron los días y, convencido de que tendría que dotarse de un mínimo de comodidades para sobrevivir a la espera de ayuda, empezó a construirse una cabaña. Allí pasaría las noches protegido de los animales salvajes y guardaría todas sus pertenencias.
Un día, tras recorrer la isla en busca de alimento y observar el mar desde distintos puntos estratégicos, regresó a su campamento base y se llevó un gran disgusto. Los rescoldos de una hoguera mal apagada habían hecho saltar chispas y, con toda probabilidad, esa era la causa de que su cabaña hubiese sido arrasada por el juego.
¡Oh, Dios!, ¿Cómo has podido hacerme esto?, grito desesperado al cielo.
Pero a la mañana siguiente, lo despertaron las sirenas de un barco que acababa de atracar en la playa y que se disponía a rescatarlo.
¿Como supieron que estaba aquí?, les preguntó.
Vimos sus señales de humo, respondieron...

Así sucede en la vida, cuando creemos que todo está perdido puede que alguien esté ya en camino para brindarnos apoyo.

Dos buenas enseñanzas. La horca salvó a uno y La señal del fuego al otro.


18 comentarios:

  1. Dos buenos finales a pesar de una actuación discutible por parte de los protagonistas. Un mensaje de optimismo.
    Un abrazo.

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    1. El caso es que todos terminó bien para ambos protagonistas y, mejor no discutir.
      Un abrazo Alfred.

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  2. Hola Mª Angeles, sobre el calor que decirte, tu aun tienes el consuelo que son pocos días los que hace ese calor, aquí el consuelo que tenemos esque llegue pronto el Otoño porque nos morimos del calor, y no nos achicharramos, nos estamos derritiendo:), aquí si no es por el aire acondicionado no podríamos vivir.
    Me han encantado las dos historias, ya que las dos son dos buenas lecciones de la vida de las que debemos aprender mucho, gracias por compartirlas, animo con el calor, que no pueda con nosotros:)

    Besos.

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    1. Cuando he estado en Oropesa del Mar ha hecho unos días estupendos, nada de calor incluso ha habido un par de días con bandera roja en la playa. A pesar de todo si no hubiese sido por el aire acondicionado del hotel no abríamos podido dormir.
      Aquí a partir del 15 de agosto, dice el refrán que "Frío en rostro". Yo lo espero con ansiedad.
      Mi querida Piruja, que te sea breve y pases poco calor lo que queda de verano.
      Un besito

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    1. Me alegro que te hayan gustado Susana. Un besito para ti también.

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  4. Hola Ma de los Angeles! Deseo que estos cuatro días te pasen pronto en premio a tus buenas intenciones! Acá el tiempo está muy loco y nunca sabemos qué pasará de una semana a la otra, por lo pronto este invierno empezó en el otoño en mayo y sigue!!!!! Muy buenas las historias con ejemplos de vida, nunca hay que perder las esperanzas cuando se está en el momento más duro, el primero era un cabeza hueca pero su papá lo quiso salvar, el segundo tuvo su oportunidad en manos del destino, un abrazo!

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    1. Aquí tenemos el tiempo propio de verano, caluroso, lo único que esta loco es el panorama político, ellos si que están locos de atar.
      Un fuerte abrazo María Cristina.

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  5. Dos historias estupendas, me han gustado mucho y se puede aprender mucho de ellas.En La Rioja nos pasa lo mismo, sólo tenemos 4 días de calor y yo tampoco tengo aire acondicionado por las mismas razones que las tuyas pero añado que encima me sienta fatal, si estoy por mucho tiempo en un sitio con el aire acondicionado me pongo fatal.Yo tengo ventiladores en el techo que son a la vez lámparas y cuando hace mucho calor los pongo y la verdad que refrescan, no me sientan mal y la energía que gasta es mucho más barata que la del aire acondicionado.Besicos

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    1. Yo tampoco puedo estar mucho tiempo donde hay aire acondicionado. Se da el caso de que cuando cojo el tren de cercanías, cuando llego a Atocha ya voy mal de la garganta.
      De ventiladores ando bien y tampoco necesito nada más.
      Menos mal que ya nos queda poco.
      Un besito Charo

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  6. Hola Mª de los Angeles;has contado con mucha gracia dos historias que nos sirven para reflexionar.En la primera descubrimos un padre aparentemente cruel pero que resulta ser un buen padre.En la segunda un hombre que se rebela contra un Dios,a su entender también cruel, pero que resulta ser un Dios salvador.Las apariencias engañan.
    Bueno,espero que no dure más de cuatro días la calor Madrileña;en Barcelona se va tolerando, y en el piso no necesitamos ni ventilador ni aire acondicionado,simplemente con las ventanas abiertas ya corre aire.
    Un abrazo

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    1. Que suerte que en Barcelona estéis tan fresquitos. El mes que viene mi hijo va a pasar una semanita ahí, también lo hizo el año pasado y vino muy contento, tanto de Barcelona como de todos los catalanes con los que estuvo, incluyendo, camareros, taxistas, en fin todos. Espero que este año lo pase también como entonces.
      Gracias por tus palabras Carmen.
      Te mando un fuerte abrazo aunque caluroso.

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  7. Olá Mª de los Ángeles.
    O calor de Madrí dura muito pouco. Bassta um pouco de paciência, que logo passa. Nem você precisará colocar condicionador de ar.
    Gostei muito das suas duas histórias. Já disse em outra oportunidade, que você escreve muito bem.
    Abraço.
    Pedro.

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    1. Muchas gracias Pedro, me alegro que te gusten mis relatos.
      Aunque dura poco el calor aquí, todavía se nota bastante pero ya falta menos para que se vaya.
      Un fuerte abrazo.

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  8. Leyendo 'La horca ' me he estremecido! Las segundas oportunidades son el pan de cada dia aunque... muchísimas veces, como humanos, no las vemos.
    Me han encantado las dos historias!

    Por lo demás,aquí en Asturias pocos días nos achicharramos jjjj
    No sabía que en Madrid eran pocos los días de tanto calor ¡ Curioso!
    Besos
    Carmen P Mourelle

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    1. No sabes lo que me gustaría estar en Asturias, Patria querida.
      Estuve allí hace varios años y me encantó todo lo que vi y lo fresquito que se está. También visité a la Santina...¡Cuánto me gustaría volver a verla!
      Ya lo tengo difícil pues ahora dependo de mi hijo y le gusta más Levante, por aquello de la playa.
      Como ya digo, en Madrid calor, calor, solo son quince días, así que ya queda poco.
      Me alegro de verte por aquí.
      Un besito Carmen

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  9. Leyendo 'La horca ' me he estremecido! Las segundas oportunidades son el pan de cada dia aunque... muchísimas veces, como humanos, no las vemos.
    Me han encantado las dos historias!

    Por lo demás,aquí en Asturias pocos días nos achicharramos jjjj
    No sabía que en Madrid eran pocos los días de tanto calor ¡ Curioso!
    Besos
    Carmen P Mourelle

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