lunes, 20 de febrero de 2017

Efemérides

Estamos cerca de recordar una efemérides, 23 F.
No es que sea muy agradable pero a muchos que la vivimos no se nos olvida y si se le olvida a alguien, aquí estoy yo para recordar, que dicho sea de paso mi memoria está estupendamente. Yo la viví así:
"Aquel día, estaba yo tan tranquilita en mi cuarto de estar con mi hijo pequeño que estaba terminando su merienda y yo escuchando en la radio "El consultorio de doña Elena Francis". Tenía la costura en mi regazo, pues me encanta coser.
De pronto se me va la emisora, o eso creí yo, escucho al momento un ruido raro, me digo: -Ya me he quedado sin escuchar mi programa favorito.
En esto que llaman a la puerta; era mi vecina del tercero,  debajo de mi, que no tenía teléfono y siempre me estaba dando la murga utilizando el mío. No es que no quisiera compartirlo, no, es que se presentaba a las horas más raras que nadie se pueda imaginar. A lo que voy...Abro la puerta y muy sofocada me dice que ha ocurrido algo muy gordo en la Carrera de San Jerónimo y tiene que tratar de encontrar a su marido y a sus hijos, estos, son mayores de edad.
 Yo me creía que había ocurrido algún accidente de tráfico.
A todo esto mi radio seguía sin funcionar. Sube uno de sus hijo a buscarla y me cuentan lo que está pasando. ¡¡Un golpe de Estado!!
El memo de mi vecino, hijo de la madre... que usaba mi teléfono, muy contento él, dice que se va a las Cortes, donde está el Congreso de los Diputados, a ver lo que pasa que le hace mucha ilusión que estén hablando en todo el Mundo, de Madrid...¡Criaturita! Sera memo, idiota y unas cuantas cosas más. ¡Ah, por aquel entonces tenía 25 años y la carrera de Filosofía y Letras, pero era tan tonto como antes de estudiarla.
Cuando se cansaron de utilizar mi teléfono, madre e hijo se marcharon. Yo me quedé sola pensando en mi otro hijo que estaba en la Universidad Laboral de Alcalá de Henares interno.
Traté de ponerme en contacto llamando a la Universidad...¡Imposible! Centralita bloqueada.
Con los nervios, la radio, la televisión y el niño pequeño dando la tabarra con los indios y los americanos metidos en un Fuerte, ni siquiera oí cuando llamaron a la puerta.
 Después de mucho tocar el timbre, abrí y...¡Oh, era mi hijo!
Yo debía de tener cara de circunstancias. él venía sonriente. Supongo que era porque tenía unas vacaciones extra.
Cuando ya tuve a mis hijos conmigo, yo ya no temía nada...de momento. Según iba avanzando la noche y aunque no habíamos cenado, no teníamos apenas apetito. El pequeño se acostó, nosotros seguimos atentos a la tv. (como todos los españoles) durante toda la noche. Vimos al rey tranquilizándonos.
 Como entonces vivíamos casi en el centro de Madrid, oíamos las sirenas de la policía, las ambulancias y todo lo que había que oír.
A la mañana siguiente levanté al pequeño y le acompañé al colegio. Cuando volví y aunque lo hice rápidamente...ya todo había terminado, o sea que me perdí el final. Después de estar toda la noche sin dormir, sin cenar, voy y me pierdo el desenlace...¡rabia que me dio!
Menos mal que fue un final feliz, o eso creemos"...
Después dijeron que algunos de los diputados se habían mareado por falta de alimentos...¡pobrecitos!
¡Que sabrán ellos lo que es pasar hambre!
Yo he visto a una madre de cuatro niños pequeños y uno de pecho, dándoles su poca comida a los mayores  y dando de mamar al bebé, ella apenas comía y nunca se mareó y estos zánganos porque un día les llegó el desayuno más tarde ya no se tenían en pie...
Me callo por hoy.

Mi hijo pequeño, que ahora es un hombre, está contento porque me acuerdo muy bien de todo...aunque soy una mujer... mayor.


Creo que viene muy bien un chiste que me contó un amigo y que ya puse en otra ocasión, pero por si alguno no lo sabe, lo repito, hace alusión a los politicos,  ahí va:

Se titula La colecta.

Un conductor se encontraba en un monumental atasco en plena Carrera de San Jerónimo. (Esta calle empieza en la Puerta del Sol y termina justito, justito en el congreso de los Diputados).
 No había forma de avanzar. De repente, un hombre avisa por el cristal. El conductor baja la ventanilla y pregunta. -¿Que es lo que pasa?
"Unos terroristas han entrado en el Congreso  y han secuestrado a los Parlamentarios. Si no reúnen 10 millones de euros los rociarán con gasolina y los quemaran. Así que estamos haciendo una colecta entre los coches.
El conductor, echándose mano al bolsillo, pregunta: -¿Y cuanto viene dando la gente?
A lo que el hombre responde:
"Pues...unos medio litro...,otros un litro...

Jajaja, la risa es mía.



14 comentarios:

  1. Pobrecita. Es que no se habían tomado el aperitivo. Muy bueno. Un beso.

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    1. La lastima es que nos los tuvieron tres días y tres noches allí encerrados, jajaja.
      Un beso Susana

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  2. Muy bien por contar la historia de primera mano, Ma de los Angeles, lo que se publica a veces allende los mares no tiene estos detalles, que son los mejores, aunque no se trate de algo alegre sino preocupante. Y el chiste está buenísimo y puede aplicarse por todo el mundo! Un abrazo!

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    1. Ya sabes que los periódicos la mitad de lo que cuentan es mentira o no lo saben bien. Cuando quieras saber algo, solo tienes que pedírmelo pues con lo "cotilla" que soy, estoy "enterá" de "to", jajaja.
      Del chiste no se libra ningún país.
      Un fuerte abrazo María Cristina

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  3. Vaya recuerdos, yo estaba en el trabajo y nos quedamos enganchados a una radio, luego por la noche de la tele a la radio, incluso grave unas casettes. Por suerte no hubo que lamentar bajas.
    Un abrazo.

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    1. Tu, como todos los que vivimos aquel día-noche y madrugada, no lo olvidaremos nunca. Como bien dices, no pasó nada que tengamos que lamentar.
      Un abrazo Alfred.

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  4. Yo viví ese golpe de estado muy lejos de España, al otro lado del "charco" pero con la intención de regresar a España definitivamente ese mismo verano con lo que me pilló tan de sorpresa que temí por el regreso a mi pais y me intranquilicé mucho, seguí toda la noticia que nos quisieron dar por la TV de ese pais donde vivía y cuando todo se solucionó respiré tranquila por España, mi familia y por mí viendo que ya no se me fastidiaba elviaje de retorno. Muy bueno el chiste......yo aporto 5 litros:-))
    Besicos

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    1. Gracias a Dios que no llegó, como se suele decir, la sangre al río. Estemos mal o bien, el caso es que tengamos Paz.
      Yo no se conducir, pero eso no me impide que si hay que ir a por gasolina, vaya a por una buena lata.
      Un besito Charo

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  5. Es una fecha que no se olvida, fueron 20 horas terribles sin saber el desenlace.
    Viéndolo en positivo, creo que fue una vacuna para que nadie volviera a intentarlo.
    Saludos.

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    1. Como bien dices no se olvida sobretodo a los que la vivimos.
      Un saludo Matías

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  6. Olá Maria.
    Um belíssimo conto, intrincado conto, com situações interessantes como ouvir sua estação de rádio favorita, o vizinho pedindo para usar o seu telefone, num ótimo ritmo e com o necessário suspense. Muito bom, minha amiga, Parabéns.
    Um abraço.
    Pedro.

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    1. La verdad es que después de tantos años nos parece gracioso, pero aquél día todos los españoles lo pasamos bastante mal.
      Me alegro que te haya gustado todo el lío de mi vecina con el teléfono, ahora, incluso me hace gracia.
      Un abrazo Pedro.

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  7. Hola Mª Angeles, yo estaba en el trabajo a 25 km de donde vivo y no me entere hasta que el conductor del autobús nos lo dijo y llegamos a Valencia y vimos todo lo que se había liado, y mas cuando vi los tanques cerca de donde vivo, no te puedes imaginar el cangis que nos entro a mis compañeros y a mi cuando vimos todo eso, que miedo madre mia pase, encima cuando llego a casa mi padre (Guardia Civil) tan contento de lo que estaba pasando, en fin..., algo que no se olvida y que menos mal que todo acabo bien, sobre los políticos lo que tu dices, pobrecitos que no pudieron comer ellos...
    Muy bueno el chiste jeje

    Besos.

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    1. No me extraña que os asustarais creo que nos asustamos todos pero ahí en Valencia estaba el plato fuerte con Milans del Bosch a la cabeza.
      Yo también estoy de acuerdo con tu padre, Ya sabes que mi padre era Policía Municipal y todos los varones de mi familia política eran y son de la Guardia Civil, pero mis pensamientos son libres.
      Un besito Piruja.

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