lunes, 27 de noviembre de 2023

Un honrado Policía


 He puesto el emblema de la Policía Municipal de Madrid. A la que pertenecía mi padre. Creo que todos nosotros nos sentimos orgullosos de nuestros padres, pero yo, quizá me sentía orgullosisima. No se ponía el uniforme más que para ir al trabajo, o sea, que no se aprovechaba de él.

    Como muchos me habéis preguntado lo que pasó con mis padres despues de la "compra" de lentejas, pues os lo voy a contar.

    Lo primero es que, mi madre cuando le quitaron los de abastos lo poco que traía, iba con cuatro niños y uno lo llevaba en sus brazos. Al llegar a la estación de las Delicias me dijo, coge a dos niños de la mano y no os soltéis. Ella llevaba, uno en brazos y otro de la mano. Ya sabéis lo que paso...que le requisaron las lentejillas. Cuando llegó a casa y se lo contó a mi padre, dijo que él no iba a pedir favores no se fueran a creer que éramos estraperlista. Y así quedó la cosa.

    Cuando volvimos de aquel día de marras, ya estaba en casa mi amado padre, se había quitado el uniforme. Yo no tenía ganas de cenar y mucho menos mi madre. Y al preguntar de dónde veníamos. mi madre no enojada, sino cabreada, le contestó:

    -Pues que hemos ido a por lana y venimos trasquiladas.

Mi padre se asustó, nos miró y cuando vio que estábamos bien, se quedo mas tranquilo. Mi madre desde la cocina, le estaba preparando la cena, y como no se podía callar, le dijo:

    Pues que si tu fueran como otros hombres, nosotras no teníamos que ir a comprar de noche  comida a escondidas.

    Con esta respuesta mi padre se asustó más. Pero le conté  lo que nos había pasado y no se le ocurrió otra cosa que preguntarme:

    -¿Le ha pegado mamá a ese hombre?    (conocía bien a mi madre)

    -Le ha faltado poco, le respondí.

    Nos echamos a reír, cosa que enfureció más a mamá .

    Pero mientras mi padre cenaba, mi madre no paraba de despotricar, le llegó a decir. ¡¡¡Calzonazos!!!

   ¿Qué quieres que haga yo?

   -Pues lo mismo que hiciste con tu madre cuando trajo esa bolsa llena de guisantes.

  -Es que si llego a saber que mi madre trae esa bolsa de guisantes, no voy a buscarla a la estación.

  -Es que si tu madre hubiera dejado la bolsa en la carretera había llegado sola a casa, de los bichos que tenían.

   -¿Que los guisantes de mi madre tenían bichos?

   -Ya lo creo, si hasta despues de cocidos, la olla se movía.

Bueno el caso es que estuvieron discutiendo  un buen rato, yo me fui a mi cuarto, de vez en cuando los oía, bueno oía a mi madre, pues mi padre solo decía...si, no, bueno, lo que tu digas.

El caso es que a los nueve meses tuve un nuevo hermanito...


No se si lo he explicado bien, pero lo podéis leer en mi libro "El soldado Feliciano" que está mejor.


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15 comentarios:

  1. Me ha encantado la historia y el final ya no puede ser mejor.Besicos

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    1. Ya lo creo amiga Charo. Después de tantas vicisitudes, al final llegó algo hermoso.
      Un besito.

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    1. Siempre terminaban asi y claro tanto ir a la fuente...que el cántaro se rompió.
      Un beso Susana.

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  3. Y después de la pelea apasionada vino el hermanito! Es que había que acomodar los sentimientos! Muy buena la
    historia, Ma de los Angeles, aunque ya tengo las anécdotas en El Soldado Feliciano! Un abrazote!

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    1. Me alegro mucho de que hayas leído todo esto en mi libro, yo le echo una mirada de vez en cuando.
      Un fuerte abrazo querida María Cristina.

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  4. Una historia muy de nuestro "tiempo".
    Un abrazo.

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    1. Ya sabes que en aquellos tiempos ocurría de todo.
      Un buen amigo nos ha contado lo que ocurría con los zapatos que requisaban en los mercadillos.
      Aquí el que no corre. vuela.
      Un abrazo amigo Alfred.

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  5. Excelente historia.

    Te deseo lo mejor con tu nuevo libro.

    Abrazos, querida Maria De Los Angeles.

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    1. Gracias por tus palabras y por tus buenos deseos hacia mis libros. Estos llevan muchos años en AMAZON, por lo tanto ya son "viejos" ahí.
      De todas maneras muchas gracias Ricardo.
      Un fuerte abrazo.

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  6. Lo cuentas con tanto detalle, que me parecía mientras leía que yo estaba en la mesa con vosotros.

    Abrazos.

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    1. Muchas gracias amiga Conchi. Me has hecho reir.
      Un fuerte abrazo querida amiga.

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  7. ¿ Donde estará mi comentario. ? Besos.

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