viernes, 30 de diciembre de 2011

Las arañas de Navidad

Si hay un "Bicho" que me de terror...esa es la araña, no la puedo soportar, además como vivo en un piso bajo rodeado de jardín y además, y gracias a Dios, a las afueras de la ciudad, pues en verano es muy frecuente ver arañas, arañitas y arañones. No hace muchos días vi una, quizá estaba rezagada y se había perdido, El caso es que después de enterarme de esta leyenda ya no las tengo tanto miedo, incluso creo que me van gustar un poquito, la cuento:
Hace mucho tiempo, en un pueblecito de las montañas Harts, en Alemania, empezaban a prepararse para la Navidad y como era costumbre, todas las señoras se dispusieron, escoba en mano, a limpiar dejando todo reluciente para cuando llegaran las fiestas. (Solo faltaba allí mi amiga Piluca)
En una de las casas una araña había establecido su nido en las vigas del comedor y cual no sería su miedo al ver como la escoba se acercaba peligrosamente a sus pequeñas hijas. Así que las llamó a todas y se escondieron un poco más arriba, justo en un pequeño hueco entre los ladrillos, que casi no se veía. Y allí quedaron escondidas dos o tres días, hasta que una noche vieron algo asombroso.
Del mismo suelo del comedor, había brotado un árbol centelleante de luces y lleno, desde la raíz a las puntas de toda clase de cosas brillantes y deliciosas. Las pequeñas apenas podían contener su impaciencia, pero la madre araña no las dejó salir del nido hasta que toda la casa estuvo en silencio.
Entonces las arañitas se deslizaron por sus hilos y bajaron hasta el árbol para ver de cerca todas aquellas maravillas. Pasearon arriba y abajo mirándolo todo, tocando los adornos con sus patas y dando tantas vueltas que, al final, todo el árbol quedó envuelto en una gran masa de telarañas y había perdido todo su esplendor.
Justo aquella noche era la noche en que Santa Claus llegaba a las casas para dejar sus regalos. Se rió mucho viendo lo felices que eran las arañas, pero también sabía que los niños se pondrían tristes cuando vieran su árbol tan sucio y gris, así que les preguntó si querían quedarse en el árbol para siempre. Algunas dijeron que si y otras decidieron volver a su nido. Santa Claus sopló sobre el árbol y, las que quisieron quedarse, se convirtieron en arañitas doradas y sus hilos en bonitas y brillantes guirnaldas que colgaban de las ramas del árbol, haciendo que este fuera aún más bonito.

Y esa es la razón por la que muchas personas ponen arañas y cintas doradas en los árboles de Navidad.

2 comentarios:



  1. Deseo que la paz secuestre tú vida
    el amor inunde tú alma
    la felicidad se refleje en tú cara.

    Y que tú corazón me recuerde
    como la estrella fugaz
    que abraza en armonía
    todo lo bueno que te mereces.

    Cuando hoy brinde mirando al infinito
    le rogaré que siga arropando
    la semilla de bienestar
    que lleva tú nombre inscrito.

    Te quiere!!

    María del Carmen


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  2. No se de donde sacas esas historias, pero son muy bonitas y enriquecen a nuestros contaminados corazones.
    Hablo de la contaminaciòn espiritua, que hoy en dia nos aqueja a los seres humanos, en este mundo tan superfluo que hemos construido.
    Leerte es un placer y un poco de oxìgeno para nuestros espiritus.
    Gracias por todo y que el 2012 sea el mejor de los años para ti.
    Un beso

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