lunes, 19 de julio de 2010

duros de plata

Hoy hubiese cumplido mi padre 100 años. Que mi felicitación llegue hasta el Cielo.
Fue un buen hombre, sencillo, simpático, gracioso...
Nos contaba que sacó la oposición a Guardia Municipal casi de casualidad. El examen, según él, fue muy duro, se trataba de: un dictado, lo pasó y, una cuenta de dividir por el 2, aquí se atrancó.
Cuando el examinador le vio pensando, le preguntó si estaba nervioso y al contestar afirmativamente, le dijo que firmase las hojas y ya tendría noticias...Igual que ahora ¿verdad?
Como las noticias fueron buenas, nos trasladamos a Madrid desde Recas (Toledo), con el recién estrenado funcionario.
Vinimos cuatro, pero la familia fue aumentando (llegamos a ser 9).
En los años cuarenta y cincuenta casi todo el mundo lo pasó un poco apurado economicamente, nosotros no íbamos a ser menos y, claro como la familia aumentaba cada dos años...
Un día, mis padres estaban discutiendo, mejor dicho, la que hablaba era mi madre, él solo decía, si, no, bueno...lo que tu digas y todo era por la economía familiar. Así llevaban un rato hasta que mi padre dijo:-Si no hubiese sido por tu madre, hoy no estaríamos tan apurados, porque lo que hizo no lo hace un niño de pecho.
Nosotros, los tres más mayores queríamos saber lo que hizo la abuela, se lo preguntamos, mi madre dijo que nada, mi padre dijo:-Arruinarnos.
Nosotros queríamos saber más e insistimos y, con la oposicion de mi madre y con mucha gracia nos lo contó:
-Viereis hijos, cuando yo estaba en Brunete en 1937 y mamá y la abuela estaban solas en Recas, oyeron que iban a venir militares y los del pueblo, que eran tan tontos como ellas, creían que venían a robar, así que todos se pusieron a esconder sus pertenencias. Mamá y vuestra abuela que eran mas tontas que "un puchero boca abajo"( jajaja, reímos nosotros).- No le hagáis caso, dijo mi madre, pero él siguió.
-Las dos decidieron esconder lo que tenían, mamá tenía poco, pero lo que ella más valoraba era su ajuar, el baúl rojo (siempre lo hemos visto en casa), con todo lo que tenía, no se les ocurrió más que enterrarlo en la cuadra, para ello hubieron de hacer un enorme hoyo, tan enorme, que cuando regresé al final de la guerra, casi me dejo los riñones tratando de sacar el maldito baúl.
Más risas nuestras.
Mi madre ya se estaba mosqueando y decía que se callara, entonces uno de mis hermanos dijo: -Papá, ¿que hizo la abuela? -Lo de tu abuela fue peor, ella no enterró las ropas, lo que hizo fue enterrar un saco de duros de plata y los pendiente de todas sus hijas,incluidos los de vuestra hermana, pero no es eso lo malo, si no que lo escondió ella sola y cuando terminó la guerra no sabía donde los había escondido. Dijo que cerca del tronco de un olivo, pero... ¿Que olivo? En Recas había una gran extensión de olivares.
Cada vez que mi madre decía algo referente al dinero mi padre sacaba el tema de los duros de plata, nosotros no lo pasábamos muy bien, pues él tenía mucha gracia y le gustaba cabrear a mi madre. No se como se las apañaban, pero cada vez que se sacaba el tema y discutían...a los nueve meses teníamos otro hermanito...hoy somos seis.

!Papá! Ahora que estáis reunidos en el Cielo, di a la abuelita que nos de una pista de donde escondió su tesoro. Aunque soy mayorcita...me compro un equipo de buscador de tesoros y, !Ale!
!En busca del olivo perdido¡...

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