lunes, 30 de abril de 2012

La cueva de la mora

En tiempos de las cruzadas, vivía en las cercanías de Madrid, un rico moro, tan famoso por sus riquezas como por la belleza de su única hija quien, a pesar de los muchos jóvenes que la pretendían en matrimonio no mostraba deseo de casarse.
Sucedió que una tarde, durante un paseo por las orillas del río Manzanares, se encontró con un joven caballero cristiano que abrevaba a su caballo y de ese encuentro, nació un amor tan intenso, que enseguida desearon contraer matrimonio.
Los jóvenes fueron a pedir permiso al padre de ella, que se negó rotundamente a la boda y ordenó que el joven fuera expulsado de su casa y encerró bajo siete llaves a su hija.
Desesperado, el joven le hizo llegar un mensaje de despedida a su amada y embarcó hacia Tierra Santa a luchar contra el infiel.
La joven mora esperó en vano meses y meses el regreso del caballero. Jamás volvió a tener noticias suyas y tampoco jamás quiso casarse con ninguno de los pretendientes que su familia le propuso. Su padre amenazaba, su madre rogaba, pero nada podía convencerla de que tomara esposo.
Por ver si conseguía doblegar su voluntad, su padre ordenó que fuera encerrada en una cueva de pastores y que solo se le diera pan y agua y unos harapos con que cubrir su cuerpo.
Pero todo fue en vano. La joven no opuso resistencia alguna y se dejó encerrar y encerrada siguió llorando y anhelando el regreso de su caballero cristiano.
Al cabo de algunos meses, las sirvientas que le llevaban a la cueva el pan y el agua, la encontraron muerta.
Se cuenta que su alma siempre  esperanzada, vaga todavía por allí aguardando la vuelta de su amado, y que todos los años en el mismo día de su partida el espíritu de la mora sale a pasear por la Pedriza, para otear el horizonte por donde siempre espera ver regresar a su amado.

6 comentarios:

  1. Que bellas historias de amor que transitaron la tierra en distintas épocas! con dolor, con tragedia, pero siempre con firmeza y convicción de quienes lo vivieron, tanto hasta llegar a morir.mas allá de ser leyendas, historias, cuentos, reales o irreales son las historias que me inspiran a escribir como una adolescente aunque ya no lo sea.
    Gracias por la entrada de hoy amiga! besos.

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    1. Aunque pase el tiempo, tu y yo seguiremos siendo adolescentes por que tenemos pensamientos y espíritu jóvenes.
      Sigue así, guapísima.

      Un fuerte beso Karina

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  2. Bellísima Historia.
    Me recuerda a las Leyendas de Amores de Toledo o Segovia.
    Un abrazo.

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    1. Hola Pedro Luis, Leyendas amorosas las hay por todo nuestro país, pero las de Madrid y Toledo sin...superiores.
      Espero que estés de acuerdo conmigo.

      Un fuerte abrazo

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  3. A veces, parece que nunca llega el ser amado...

    Un abrazo fuerte, Mª Ángeles.

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    1. Puedes tener en cuenta, querido Erasmo, que el ser amado, siempre llega, solo hay que esperarlo.

      Un beso

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