miércoles, 21 de abril de 2010

Esperanza

Acabo de ver por la tv a la presidenta de la comunidad de Madrid, magnifica, no voy a entrar en política para no herir la sensibilidad de nadie, ya estamos bastante sensibles, solo voy a referirme a un comentario que nos preocupa a todos.
Los periodistas le han preguntado a la presidenta por el tema de las medicinas que almacenan los ancianos; si yo hubiese estado en dicha rueda de prensa, les podría haber contestado, quizá mejor que la presidenta, no por que ella no tuviera información, si no porque yo la tendría mejor por mi experiencia.
Hace...unos años (ya estoy jubilada), yo trabajaba en los servicios sociales del Ayuntamiento del pueblo donde vivo como auxiliar de geriatría, pues bien, tenía que visitar a varios ancianos para acompañarles al médico, pasearles, hacerles la comida etc.etc.
Voy a contar el caso de una de las ancianitas, que dicho sea de paso nos apreciábamos mucho.
Yo llegaba a las diez de la mañana y le preguntaba lo que quería que hiciéramos.
Lunes, el lunes era seguro que íbamos al médico, yo le decía:_¿ Se siente mal? ella me contestaba.- No es que tenemos que ir a por medicinas. Al principio de conocernos yo no sabía sus males, luego supe que lo único que necesitaba, era la pastilla del corazón, como ella misma me dijo, pero una vez que estábamos ante el doctor le pedía: alcohol, esparadrapo, vendas, laxante, unas pastillas para los dolores y no se cuantas cosas más.
El médico se lo recetaba sin más y salíamos las dos con un montón de recetas y luego de la farmacia con una bolsa llena de medicamentos: el alcohol, era una botella de litro igualmente el laxante, el caso es que la bolsa pesaba lo suyo. Esto era todos los lunes. Un día le pregunté para que se tomaba los analgésicos, me dijo que eran para su hijo.
Los médicos y enfermeras de la zona, ya nos conocían a mí y a mis compañeras, por lo tanto muchas veces no esperábamos turno, tenían esa deferencia con las auxiliares, pues ellos sabían que teníamos mucho servicios. Un día le pregunte al doctor (la señora era sorda) que para qué le recetaba tanto alcohol y me dijo:-Es que a los ancianos les gusta tenerlo en su botiquín.
-Si, pero cuatro litros al mes...el médico se pensaría que yo me iba a "chivar" y a partir de ese día le daba los frascos de alcohol pero pequeños. Él le preguntó que por qué tomaba tantas pastillas, que no eran buenas para su corazón...no me pude callar y le dije que no eran para ella si no para su hijo. También le cortó la ración.
Este es un caso, pero vi muchos más.
A veces nos decían: esconde el cajón de las medicinas, no sea que vengan a registrar y las vean.
Lo mismo ocurría con los alimentos que les daban de cáritas, tenían verdaderos almacenes de galletas, aceite, leche, en fin que aunque nos pese...los mayores con tal de acaparar...aunque sean aspirinas. No quiero ofender a nadie.

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