lunes, 26 de julio de 2010

alerta

No se si mis vecinos se enteran de lo que voy a contar, algunos si porque se que me leen y además son respetuosos con las órdenes vecinales...os cuento.
Lo primero para poneros en situación es lo siguiente:
Nos pusimos de acuerdo, (pocas veces lo estamos), para no abrir la puerta del portal nada más que al cartero...no se cumple. Como tenemos un segundo portal, se acordó poner otro telefonillo, así si alguien entra en el primer portal, no puede hacerlo al segundo si no le abre la puerta el vecino correspondiente, o sea, el que reciba la visita...no se cumple. Cada telefonillo tiene un sonido, así sabemos si llaman al primero o al segundo. Por otro lado el timbre de la puerta,(por lo menos el mío), es de chicharra, perfectamente identificable.

Debo de decir que yo no abro la puerta a nadie, mis hijos tienen llave y cuando recibo familiares o amigos me avisan con antelación, e incluso la vecina con la que más confianza tengo y además tiene la llave de mi piso, me llama por teléfono antes de bajar, no obstante si lo hace ya se yo que es ella por la forma de su llamada.
Despues de este relato, os digo el por qué.
Hoy sobre las tres de la tarde, suena el timbre de chicharra y aunque no suelo abrir, creyendo que es mi vecina Noemi y además esta en casa mi hijo, no lo pienso y voy a abrir la puerta, lo hago de par en par...mal hecho.

Me encuentro con una mujer de unos 25 años de nacionalidad de los paises del Este, nada más ver que he abierto la puerta, se recuesta en la jamba con la cabeza y medio cuerpo dentro de casa. Le pregunto que desea, me dice que si le puedo dar trabajo, claro está le digo que yo no tengo ningún trabajo para ella...entra al recibidor, mira hacia su izquierda que se ve la puerta abierta del salón y me dice que si se puede sentar en el sofá un rato.

Ya empiezo a ponerme nerviosa, le digo que lo siento que estamos comiendo, entonces me empuja y pasa a la mitad del recibidor, a mí me temblaba las piernas, tenía el corazón acelerado y casi no veía. En ese momento, mi hijo me dice desde el pasillo que qué es lo que pasa. Al oír la voz de un hombre, sale corriendo y cuando llega mi niño a donde yo estaba, llega justo apunto de cogerme en sus brazos porque no me tenían las piernas. Conmigo casi en brazos ha hecho intención de salir tras de ella pero ya estaba abriendo la puerta del primer portal y corría hacia la calle.

Después de dejarme sentada, mi hijo ha corrido hacia la calle, pero ya no la ha visto, además ha vuelto rápidamente por mi.
Si hoy no está mi hijo en casa seguro que tenemos un disgusto.
Luego me he ganado la regañina de mi hijo y también de mi vecina, los dos estaban nerviosos.
Desde aquí les diría a mis vecinos que tengan más control con las puertas y las demás personas que estén solas o sean mayores, que no abran la puerta a nadie.

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