miércoles, 19 de octubre de 2011

El columpio

Después de lo que me ocurrió el sábado, me voy a estar riendo tres meses y un día. Lo cuento:
Como decía, el sábado una vecina me invitó a su finca en el pueblo de Fuente el Saz que está muy cerca de Madrid.
Me acercó mi hijo después de comer. Nada más llegar, Eloisa muy amable ya tenía preparado el te, pues sabe que es lo que yo tomo, unas pastas riquísimas y una tarta de chocolate hecha por ella y que les gusta mucho a sus hijas, digo hijas porque tiene 5 niñas.
Como hacía un tiempo estupendo, salimos al jardín, que es enorme y muy bonito. Apenas salí , me fijé en un precioso balancín y me fui derecha a el, pues me gusta mucho todos los asientos que se muevan. Eloisa y yo nos sentamos, estábamos encantadas charlando, más bien cotilleando, y tomando el sol. Al cabo de un rato vino una de las niñas, poco después otra, más tarde una tercera, total que el columpio estaba ya casi lleno de culetes, pues mi vecina y yo ya ocupábamos bastante.
Tan enfrascadas en "nuestras cosas" estábamos, que no vimos como el resto de niñas, tomando carrerilla se tiró de golpe sobre las cinco que ya estábamos sentadas. No se si el columpio estaba resentido, pues con semejantes "niñitas"...luego dicen que los chicos son brutos...
Total, cedió una parte y todas fuimos a parar al santo suelo. Lo inmediato en estos casos es gritar y...gritamos, todas a la vez, unas más que otras. Yo sentí un poco de miedo, pues a mis años una caída de esa categoría puede traer consecuencias, pero con tanto griterío que se formó apenas tuve tiempo de pensar en mi: las niñas chillaban unas, otras se reían, yo no se lo que hice pero oía gritar a mi vecina diciendo: Nos hemos matado, nos hemos matado, !Hayyyy¡ y más hayyyy....
La verdad es que de ver el panorama, me estaba dando risa ya que yo no sentía ningún dolor, no así la pobre de Eloisa que se le había pillado un pie entre el columpio,el suelo y todas nosotras encima. Ella seguía dando alaridos diciendo que nos habíamos matado.
Al oír los gritos, salieron mi hijo y Jesús, el padre de las "deliciosas niñas" y acto seguido trataron de desenredarnos, pues estábamos hechas un lío unas con otras, menos la madre que seguía dando gritos. Jesús cogió el teléfono dispuesto a llamar a no se quien y le dije que no nos pasaba nada, todas estábamos bien menos la madre de las criaturitas que se había desgraciado un pie y no paraba de chillar a pleno pulmón. Cuando me pude levantar con la ayuda de mi hijo y viendo que que no había sangre, le dije a Eolisa.-No nos ha pasado nada y mucho menos a ti, pues cuando estás chillando es que estás bien, los que están heridos de gravedad no chillan siempre hay que ayudar primero a los que no hablan, esto es lo primero que enseñan cuando hacemos un curso de primeros auxilios y tu chillas más que una cerdo cuando le están matando, ja, ja, ja, y no pude por menos que reírme.
Después de un rato la que tuvo que hacer la manzanilla fui yo, la pobre Eloisa tenía un moretón en el pie y sentía dolor, pero vamos que no era gran cosa, por lo menos yo no lo sentía, ja, ja, ja,
Resultado final...El balancín...siniestro total, dos o tres macetas rotas, Eloisa magullada y yo...con una ganas de irme a mi casa que al verme mi niño la cara me dijo:-Cuando quieras nos vamos...!Es más listo¡¡
A todo esto el pobre Jesús estaba pendiente de su esposa la cual se le veía molesta de dolor, las niñas...!!!Hay las niñas¡¡¡...la madre que las p....
El caso es que yo me vine y allí se quedaron.
Lo siento, pero cada vez que me acuerdo...me río.

1 comentario:

  1. Tambien me encantan esos valancines, a la que me vea venir una segunda pesona, me levanto jejeje

    ResponderEliminar