lunes, 26 de octubre de 2015

Guijarros y diamantes.

Un grupo de nómadas estaban acampados en el desierto una noche y, tras una dura jornada a lomos de sus camellos, se disponían a descansar. Pero un extraño fenómeno los interrumpió:
una intensa luz apareció en el cielo y, a continuación, una voz sobrehumana se dirigió a ellos en estos términos:

"Reunid todos los guijarros que encontréis por el suelo y guardadlos en vuestras alforjas. Caminad y, al anochecer, os sentiréis contentos y,  a la vez, tristes".

Cuando la presencia divina volvió a hacerse invisible, los nómadas se miraron entre sí, decepcionados y enojados por lo que había ocurrido, ya que esperaban una revelación que les ayudara a crear riqueza, salud y bienestar para todo el mundo y, en cambio, les había hecho un encargo sin aparente importancia y al que no hallaban sentido.

No obstante, le hicieron caso y cogieron algunas piedrecillas.

A la noche siguiente, descubrieron que los guijarros se habían convertido en diamantes y se alegraron de ello, pero también estaban tristes por no haber recogido mayor cantidad.

Así es la vida, está llena de cosas que parecen carentes de sentido-como un saludo, un beso, un apretón de manos, unas gracias...-,pero realmente son tan valiosas como los diamantes.

Estoy totalmente de acuerdo con este Psicólogo que me cuenta cosas tan bonitas y que yo a mi vez, puedo contar para los muchos que gracias a Dios, no tenemos que asistir a su consulta.

martes, 20 de octubre de 2015

La leyenda del Pozo Amargo

Yo, que el romanticismo me puede, sufro mucho cuando me encuentro con estas leyendas de Judíos y Cristianos. Claro está que ya pasaron aquellos tiempos en que se enamoraban unos de las otras o viceversa. El caso es que casi siempre terminaban mal por causa de los padres de ambos. ¿Qué dirían ahora aquellos, viendo el desmadre de nuestros jóvenes? en fin, vayamos con nuestra historia aunque suframos un poco.
    
       Es una de las numerosas leyendas que relatan los amores imposibles entre mujeres hermosas judías y caballeros cristianos, amores que parecían irremisiblemente abocados a un final trágico.
    
       Don Fernando, caballero principal de la ciudad de Toledo, y Raquel, la bella y única hija de un opulento hebreo, cuyo palacio se encontraba situado en la calle que, más tarde, tomaría el nombre de la leyenda. "El pozo Amargo".
    
      Los amores de don Fernando y Raquel, encontraron, desde un principio, la más rotunda oposición por parte de ambas familias. De nada servían los ruegos y amenazas, pues los enamorados prosiguieron con sus furtivos encuentros, aprovechando la oscuridad de la noche, y las discretas frondas que ofrecía el jardín del judío.
    
       Una noche, don Fernando no acudió a la cita, y Raquel le aguardó en vano, sentada junto al brocal de pozo que se abría en el rincón más apartado y escondido de su jardín, y que solía ser lugar elegido para sus apasionados encuentros. El alba la sorprendió en su prolongada e inútil vela y Raquel regresó a sus aposentos con una tristeza, superada tan solo por el temor de que algo terrible le hubiera sucedido a su amante.
    
       La noche siguiente se repetiría la misma escena, y la bella israelita lloró desconsoladamente junto al Pozo cuyas aguas, testigos de tantos momentos de felicidad, recibieron aquellas amargas lágrimas como testimonio de dolor. Así, noche tras noche, Raquel derramaría sus lágrimas sobre las aguas del pozo, que, incomprensiblemente, se tomaron tan amargas como la hiel.
    
       Un día supo que una daga había segado la vida de don Fernando, cuando este, como todas las noches, se disponía a saltar las tapias del jardín. Las fuerzas la abandonaron, y bajó por última vea al jardín, se asomó al brocal del pozo, y contempló su imagen reflejada en las aguas. Allí permaneció, como hipnotizada, hasta que sintió la llamada de aquellas aguas, que habían sido sus confidentes en tantas noches de amor, y se hundió en ellas para siempre.

       Desapareció el pozo cuyas aguas, por efecto del dolor de una mujer, se tomaron amargas, pero no así la trágica leyenda que, desafiando el paso del tiempo, llega hasta nosotros como un canto de amor desesperado.

      Esto ocurrió hace mucho tiempo, pero no hay que ir muy lejos para saber que aún hoy hay padres que no "entran" por el aro sobre las relaciones de sus hijos.
      Según me contaba mi madre, mi abuela, o sea, su madre y su padre, se veían por las gateras. Claro que poco podían hacer mis futuros abuelitos...¡¡¡Pero el amor triunfó!!! Tuvieron 10 hijos. Uno de ellos mi madre....

martes, 13 de octubre de 2015

Perlas de sabiduría

Erase una vez, en un país de Extremo Oriente, un hombre muy sabio a cuya casa llegó un joven europeo que deseaba conocerlo.
-Maestro, he viajado durante días y días para aprender cuanto pueda de usted, le dijo el muchacho.
-Verás que sencillo es. En realidad, sólo me dedico a coleccionar perlas de sabiduría que tengo guardadas en aquel baúl. Éstas son las que he recogido a lo largo de toda mi vida, le respondió el maestro.
-¿Y a donde tengo que ir para encontrarlas?, le siguió preguntando el joven.
-No tendrás que viajar muy lejos, porque están en todas partes. La sabiduría está en cualquier rincón del mundo. Es como una planta que se nutre de los otros hombres y que da frutos que, a su vez, alimentan a los demás, respondió el sabio.
-Ya lo voy entendiendo. Lo que me quiere decir es que he de descubrir lo que hay de sabio en cada persona para crear mi propia sabiduría y, luego, compartirla, sentenció el muchacho.
Y en ese preciso instante, sus palabras formaron una pequeña nube de vapor de agua que, al condensarse, acabó convirtiéndose en una perla.
El maestro la recogió y le dijo:
-Ves lo que te quería decir. Mi única sabiduría es coleccionar perlas para, después, utilizarlas en el momento adecuado.

Este joven estudioso, no se parece en nada a otros que están concursando en un Realitý de esos que nos meten de vez en cuando por la tv.
Me refiero al concurso "Gran Hermano" que no solo se hace en España sino en todo el mundo, pues hay veces que hacen intercambios.
Pues bien: los jóvenes que concursan son todos muy atractivos, lo mismo las chicas que los chicos, pero a la hora de saber, lo único que saben bien es, hablar de sexo y practicarlo sin importarles que los está viendo el mundo entero. Aquí si que se les puede dar matricula de honor, pero de cultura... 0 patatero.
Después de estar tres días en Zaragoza viendo lo hermosa que está la Virgen del Pilar, (como siempre), al llegar a casa me fui derecha a mi mecedora porque estaba más cansada que una mula. Mi hijo me recomendó que me estuviera quietecita y descansara.
Puse la tv. y dando vueltas por todas las cadenas me pare donde en ese momento estaban haciendo preguntas a los chicos de "Gran Hermano" ¿Cómo chicos tan jóvenes pueden ser tan incultos? Estoy segura que jamás han leído un libro, os cuento, pero seguro que todos los españoles lo habéis visto pues no se habla de otra cosa en las redes sociales, en la calle y hasta en los periódicos.
Le preguntan a una niña monísima, modelo según ella, que cuantas eran las provincias de la Comunidad Autónoma de Zaragoza. Contesta. ¿Dónde está Zaragoza?
A otro le preguntan que es un lechón, contesta: Una lecha grande.
Otra pregunta: ¿Si estás en Gibraltar, en que país estás?
Contesta: Y Yo que se tío?
¿Cuantas provincias tiene la Comunidad Autónoma de Andalucía? Le preguntan a otro.
Contesta: Cinco...
No cuento más para no aburriros, pero ya rizó el rizo, uno de ellos preguntando:
¿Paco, como se escribe " aunque", junto o separado...

Lo dicho, de cultura poca, pero de lo "otro" están muy puestos, solo hay que oírles hablar.
¿Estarán sus "mamás" tan contentas?
Pensarán que por tener hijos guapos no hay que llevarlos a la escuela. Todos estos concursantes, chicos y chicas, están entre los 22 años y los 28...

lunes, 5 de octubre de 2015

El león y los tres bueyes

Había, hace tiempo inmemorial, tres bueyes que eran tan amigos que siempre  salían a pastar juntos y así permanecían todo el día.
En la misma colina, vivía un león hambriento que solo deseaba hincarles el diente. Pero como siempre eran una piña, resultaba imposible atacarlos sin salir malherido del enfrentamiento.
Transcurrieron unos días y, por fin, el león creyó haber encontrado el plan perfecto para separar a los tres bueyes y lograr su propósito.
Se dedicó a contarles, uno por uno, mentiras e infundios  sobre los otros, con el único y perverso fin de enemistarlos.
Y tan persuasivo fue el felino que, al día siguiente, los bueyes salieron a pastar por separado desconfiando de sus amigos sin haber comprobado, en ningún momento, si lo que aseguraba el león sobre ellos era cierto o no.
Cuando el león llegó al prado donde pastaban y vio que estaban separados por centenares de metros, se atrevió a atacarlos y, sin demasiado esfuerzo, les dio muerte.
Si hubiesen permanecido juntos y ajenos a las habladurías, si hubieran hecho oídos sordos de las opiniones falsas sobre sus amigos, aún estarían vivos.
Porque la unión hace la fuerza y la discordia la debilita.

Esta fábula me la ha contado mi amigo, el Psicólogo cuando yo a mi vez le pedí ayuda respecto a un pequeño conflicto de vecindad.
Resulta que mi vecina B, intentó enemistarme con mi vecina A, después de 28 años de convivir en la misma comunidad. Nuestros hijos se criaron juntos y hoy ya hechos hombres y mujeres, casados unos y otros no, se quieren como hermanos.
Yo fui a casa de mi vecina A y le dije que quería hablar con ella, esta con toda la grandeza del mundo me dijo:
-Ya lo tenemos todo hablado.
Nos abrazamos, nos dimos un beso y aquí terminó todo. ¡Ah, también lloramos un poquito!
Nuestros hijos siguen como siempre, mi vecina A, y yo...ahora nos queremos más.
No creo oportuno seguir con el tema. Lo hemos solucionado mejor que los bueyes.
Aunque falta mucho para Navidad, mi vecina A, me dijo:
¡Como todos los años tomaremos la uvas juntas con nuestros hijos, nietos y con quien quiera arrimarse!.
¡¡Veis que vecina tengo!! 
¡¡¡Por algo nos querían separar!!!