Joan Baptista Cendrós
Quizá el nombre de este señor a muchos, lo mismo que a mi, no les diga nada. Pero alguno se acordará y muy bien de él cuando sepan que fue el descubridor del >>aftershave<< FLOID.
Antes de que el señor Cendrós lo inventase los hombres se daban de bofetadas ellos solos cuando se afeitaban. Si, si como lo digo, yo recuerdo a mi padre echarse alcohol después del afeitado y "bufar" como un animalito herido. Pues bien, el señor Cendrós iba a un colegio religioso de los Padres Escolapios allá en su Barcelona natal y los cortaba el pelo gratis, por este motivo uno de ellos le regaló: una botella con una mezcla de hiervas, limón y alcohol que usaban para curar quemaduras y afecciones dermatológicas leves.
En un año indeterminado del siglo XX, se instaló en Barcelona y regentó una barbería que llamó Buenos Aires, en honor a su sueño de emigrar a Argentina. En la barbería empezó a aplicar a los clientes la loción de olor intenso, cuya fórmula sigue siendo secreta aunque se sabe que lleva esencia de jazmín, de rosa, limón y vinagre, a la que bautizó como Haugron. Hasta entonces, para paliar el escozor provocado por el afeitado, los hombres se masajeaban la cara con piedra de alumbre, un mineral que se utilizaba como desodorante y tónico.
Llegó a tener una plantilla de 150 trabajadores, se hizo millonario fue consuegro de Henry-Colomer, dueño de la empresa de cosméticos que lleva su nombre, pero un escandalo minó enormemente su salud. Siendo uno de los fundadores de Banca Catalana, entidad que años más tarde le ocasionaría muchos disgustos tras estallar el escandalo por presuntas irregularidades. Según su hija, Rosa María aquella querella lo mató. Al día siguiente de decretarse el procesamiento de los consejeros de Banca Catalana, fue ingresado en la clínica Quirón de Barcelona. Días después murió.
Y ahora, otro hombre: Manuel Díaz de Castro
A este "jovencito" muchos le conocéis pues habéis estado en su blog ya que es un seguidor mío, escritor y poeta. Ahí queda eso.
Es una verdadera suerte tener amistades de tanta categoría. Manuel es un maestro de instituto de Alcalá de Henares. Digo maestro porque no encuentro palabra más hermosa para definirle.
Hace unos días hizo la presentación de su último libro y me invitó al acto. Fui con mucha alegria, pero volví a casa mucho más contenta.
Me alegré ya nada más entrar en la sala, él estaba en la mesa principal rodeado de varias personas. No nos conocíamos personalmente, solo a través de los blogs, pero me emocionó mucho cuando le oí decir mi nombre. Enseguida vino hacia mi y nos saludamos con un beso como buenos e íntimos amigos. Charlamos un rato y enseguida empezó el acto.
daba gloria escuchar como nos comentaba su libro, que dicho sea de paso es de lindos y graciosos poemas. No son mi fuerte los versos, bueno, nada es mi fuerte, pero escuchar a Manuel leyendo y a través de diapositivas viendo, era enormemente emocionante. Ya digo que la mayoría de los asistentes eran MAESTROS, yo pensaba. ¿Qué hago aquí entre tantos intelectuales? Pero todos ellos eran encantadores y al final me sentí casi como ellos.
Creo que el estilo que lleva Manuel (espero que no se enfade por decirlo), es parecido al de Gloria Fuertes. De hecho, lo mismo hace rimas a una ventana abierta que a un puré de calabacín.
Ya al final, cuando me firmo el libro, como buen poeta que es, me hizo la dedicatoria en verso. Dice así.
Me dio una gran alegría
verte en la presentación
de mi libro de poesía.
Entre todos ellos he elegido este porque además me ha parecido muy gracioso.
CARRITOS DE HOSPITAL
Carritos de hospital vienen y van
carritos enfilados ruedan sin cesar:
Unos con bandejas verdes, otros con barras de pan.
Unos con mandarinas, otros con papas sin sal.
Unos con parafinas, otros con el cubo de fregar.
Unos con aspirinas, otros con ampollas de cristal
Si Manuel me lo permite iré contado otros de sus poemas.