Hoy nos vamos a sentir un poco niños y vamos a ver lo que le pasa a este Ciervo con el León y no nos dejemos atrás al Zorro, que también está en el cuento.
No nos podemos fiar de nadie. Y si no veamos lo que le paso a uno de nuestros amigos. No digo a cual, para no quitar el poco suspense que hay en este cuento que creo que es de nuestro muy querido amigo, el maravilloso Esopo.
Así que sin preámbulos vamos con el cuento:
Estaba el león enfermo en una cueva, y dijo a su amigo el zorro:
-Si quieres que me cure, ve a buscar al ciervo y tráelo aquí que me muero de ganas de devorarlo.
El zorro obedeció y encontró al ciervo saltando por el bosque.
-Traigo buenas noticias. El león nuestro rey esta próximo a morir y ha pensado en ti como su digno sucesor. Ven y él mismo te lo contará- le dijo.
Hinchado de orgullo e ignorante de lo que le esperaba, el ciervo se fue hasta la cueva real donde el león se le echo encima, pero le rasgó solo una oreja y el ciervo huyó veloz.
-¡Encuentra una nueva astucia y tráemelo aquí!!- le dijo rabioso el león al zorro. Éste corrió y, cuando dió con el enfadado ciervo, le dijo:
-¿Así tan tímido y vil eres? ¿Que te ha hecho el león? Te ha cogido por la oreja para darte instrucciones sobre tu próximo cargo. ¡Y tu no soportas ni el rasguño de una pata debilitada! Ahora se propones elegir rey al lobo...Ve y no temas nada. Tu tienes que ser el rey.
Cayendo una vez más en la trampa, el ciervo regresó a la cueva del león que, esta vez tuvo su comida.
Este cuento nos enseña que no hay que permitir que el ansia de honores perturbe nuestro buen juicio.
Una frase, que por supuesto, no es mía.
EL HOMBRE NUNCA SABE DE LO QUE ES CAPAZ HASTA QUE LO INTENTA.
Autor. Charles Dickens.