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Se que voy con retraso, pero como todos los Santos tienen octava, felicito a todas las Pilar y las Teresa y siento no haberlo hecho antes. Dicho esto, voy a relatar algo que pasó hace muchos años. Ya lo he contado en el 2013, pero como ahora tengo nuevos amigos, ahí va para los nuevos.
Se llamaba Miguel Pellicer y se le conoce como el cojo de Calanda. En 1636 fue a Castellón a casa de un tío materno. En julio de 1637, iba montado en un carro cargado de trigo, se cayó a tierra pasándole una rueda del carro sobre su pierna derecha fracturándole la tibia en su parte central. Le trasladaron a Valencia al Hospital Real, según consta en el libro de registro que aún se conserva. En este Hospital está cinco días, solicita permiso para trasladarse a Zaragoza. Tardaron 52 días en llegar.
Lo primero que hizo al llegar a Zaragoza fue una visita a la Virgen del Pilar y a continuación es ingresado en el Hospital General. Aquí consta que le amputaron la pierna cuatro dedos más abajo de la rodilla. Enterraron dicha pierna en el cementerio del hospital, se le colocó una pierna de madera y se le proporcionó una muleta. Hubo de recurrir a la limosna para poder vivir, esto lo hacía en una de las puertas del Templo del Pilar, en Zaragoza. Y aprovechaba esta circunstancia para oír misa todos los días a la vez que ungía con aceite de las lámparas el muñón de la pierna para aliviar el dolor.
Esta vida de Miguel duró dos años ya que quiso volver a su casa de Calanda.
El día 29 de marzo de 1640, después de una dura jornada de trabajo en su casa, su madre le preparó la cena y un jergón para dormir en el cuarto de sus padres. Eran aproximadamente las 10 de la noche.
Entre las 10 y media y las 11 entraron sus padres en la habitación a la luz del candil y percibieron una "fragancia y olor suave no acostumbrado allí" y al acercarse su madre para comprobar como se había acomodado Miguel en el lecho improvisado, lo encuentra durmiendo pero, ve admirada que por debajo de la capa paterna asomaban dos pies cruzados.
Miguel y sus padres comprobaron las cicatrices en la "pierna amputada" y en la nueva pierna.
De este suceso dieron fe, D. Miguel Andreu, notario de Mazaleón y el Acta Notarial, con todo protocola del año 1640, se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza.
El Conde Duque de Olivares informó al rey Felipe IV, quien visitó a Miguel y le besó la pierna.
Este milagro en su momento se difundió por toda Europa. En 1999, Victorio Messori, escribió un libro titulado "El Gran Milagro", por lo que estoy segura que está difundido por todo el mundo.
Como está cercano el día de la Pilarica, he querido hacer mi pequeño homenaje.¡¡¡Cuánto rogaría Miguel Pellicer a la Virgen por su pierna!!!
¡Y Ella se lo concedió!
Dicen que con el Manto Blanco La Virgen del Pilar es más milagrosa...¡¡Recemos!! por la ¡¡PAZ!!
Al vivir en Zaragoza u nos años y visitar con frecuencia el Pilar conocía este milagro que me ha gustado volverlo a leer y si lo vuelves a publicar lo volveré a leer. Lo que no sabía es lo del manto blanco. Besicos
ResponderEliminarAunque no he vivido en Zaragoza si que he ido varias veces. Lo del manto blanco, dio la casualidad de que el día 2 de enero que es cuando se celebra su fiesta yo estaba allí y tenía dicho manto, por supuesto que me lo explicaron.
Eliminar¡A lo mejor lo pongo otro año!
Un besito querida Charo.
Un hecho inexplicable por la ciencia, la del momento y la actual, por eso hablamos de un milagro.
ResponderEliminar¡Ojalá lo mismo nos alcance para la paz!
Un abrazo.
Esperemos que no nos llegue aquí la guerra y la Virgen del Pilar nos tienda su manto, blanco o del color que sea.
EliminarUn gran abrazo aligo Alfred.
Hola Mª Angeles, no conocia lo que nos relatas de este milagro de la virgencita y me ha gustado, como dices tu, lo que le rogaria el chaval a la virgen y ella se lo concedio, tampoco sabia lo del manto blanco, siempre nos enseñas algo nuevo.
ResponderEliminarEspero que estes bien, cuidate mucho.
Besos.
He leído mucho sobre Pellicer y todos los días le pedía a la Virgen del Pilar que le devolviera su pierna llorando. Ya sabes que en aquellos tiempos los tullidos tenían que pedir para poder vivir, no es como ahora que gracias a Dios siempre hay un trabajo que puedan hacer, y si no fíjate en los ciegos, que hubiera sido de ellos.
EliminarUn besazo querida Piruja.
Una historia preciosa. Un beso
ResponderEliminarSi que lo es Susana, además el pobre hombre sufrió mucho.
EliminarUn beso.
Un milagro de los tantos que seguro desconocemos, la fe es poderosa! Gracias, Ma de los Angeles, recemos por la PAZ! Un abrazote!
ResponderEliminarYo creo que la paz en estos momentos nos trae a mal traer a todos los hombres de buena voluntad.
EliminarUn fuerte abrazo María Cristina
No conocía este milagro de la Virgen del Pilar, y me ha gustado mucho saber de él.
ResponderEliminarGracias por compartir, y me uno a ese rezo por la paz en el mundo que falta hace.
Un fuerte abrazo, amiga.
EliminarEs muy largo pero yo lo he resumido. Espero que os hayáis enterado bien, pues tu das más pelos y señales en lo que escribes
Espero que Dios nos oiga y terminen estas guerras absurdas.
Un fuerte abrazo querido Manuel.
ya no rezo por la paz del mundo
ResponderEliminarque cada uno haga lo que le venga en ganas
Rezo pr los mios y por mi
besitos querida
El caso es que reces, bien por los tuyos y sobre todo por ti.
EliminarQue bonito, me encantó esté milagro. Gracias por la felicitación, yo también llego tarde, pero como dice el refrán más vale tarde que nunca. Abrazos María de los Ángeles.
ResponderEliminarLos milagros gustan a todos y me alegro que te haya gustado. También tienes razón en lo de que mas vale tarde que nunca.
ResponderEliminarun gran abrazo querida Teresa.
Me gusta leerte francay positiva siempre
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