Estación antigua.
Que hace calor no es cosa nueva para los españoles, hoy mismo estamos a 41% a la sombra y no por eso vamos a dejar de hacer nuestras cosas y sobre todo dar un poco la "murga" a quienes nos molestan. En mi caso, a mis vecinos que no paran de hacer obras y más obras.
Hoy voy a contar algo que nos sucedió a mi amiga Piluca y a mi hace unos meses. Seguro que os causará risa o pena. asi que allá voy:
Los que conoceis la estación de Atocha sabéis el tráfico que tiene y el bullicio que hay en ella. Como digo, hace unos meses habíamos quedado Piluca y yo en dicha estación, pues nos viene bien a las dos.
Salimos de Cercanías hacia el invernadero. Los que conocéis el tramo sabéis que es bastante largo.
Cuando las dos cogiditas del brazo (fue antes del coronavirus ese que nos trae a mal traer), llegamos a la altura de la salida del AVE, oímos gritos y vimos que corría la gente.
Uno corría más que los demás. Era un caco que le había dado un tirón a una señora y llevaba el bolso en la mano. No por ello dejaba de correr. Pero el policía que le seguía corría más que él. Este iba pistola en mano, señalando hacia el techo.
Nosotras, niñas de la posguerra que nos asustamos con un petardo y que además hemos visto muchas películas, nos fuimos hacia una enorme columna que estaba cerca, y nos tiramos al suelo.
En ese momento perdimos de vista al caco y al policía.
La gente seguía corriendo. Nosotras, en el santo suelo y acurrucadas una junto a la otra. Por fin alguien dice:
-¡Aquí! corran, hay dos señoras heridas.
Enseguida se formó un corro de gente- nosotras, quietas- una señora se le oye decir:
-Parece que están desmayadas...yo pienso. ¡Que desmayo ni que narices!. Lo que nos ocurre es que no podemos levantarnos.
Por fin alguien nos tiende una mano y nos ponemos de pie. Les damos las gracias a todos y se van después de asegurarse que no nos pasa nada.
Como somos masoquistas y aunque no nos había pasado nada, gracias a Dios y solo había sido un susto, nos vamos hacia el jardín cubierto y vemos que hay bastante gente riéndose. Por supuesto que nos teníamos que enterar a qué venía tanta risa.
La verdad es que no era para menos. Nosotras también nos reíamos cuando nos enteramos que el pobre caco en su huida, vió una puerta abierta, se coló y no se dió cuenta de que era...
La Comisaría de Policía de la Estación.
¡¡Además de ladrón, tonto!!
Voy a contar un chiste que me ha parecido muy gracioso, lo he escuchado por la radio:
"Un chaval que tenía 14 años y no había dicho una palabra en su vida, va y dice: Abuela.
Al día siguiente se murió la pobre abuelita.
Ese mismo día, el joven dice: Mamá.
Al día siguiente muere la mamá.
A toda la familia le caían sudores, pues no sabían que palabra iba a decir el "nene·
Y el muchacho dijo:
Papá...y murió el vecino del 5º.