Imagen de la Virgen del Carmen regalo de mi madre.
Hoy como todos sabéis es Nuestra Señora del Carmen. Antes de nada felicito a todas las Carmen y Carmelo.
Como siempre estas fiestas tan señaladas me traen recuerdos de antaño, unos buenos y otros menos buenos, pero fiel a dar la tabarra a quien tiene la paciencia de leerme voy a contar como vivíamos en mi niñez fiestas tan hermosas como esta:
Recuerdo siendo muy niña que vivíamos en Puente de Vallecas donde era la Patrona la Virgen del Carmen. estaba en la Parroquia de San Ramón Nonato, a la que pertenecíamos.
En tal día como hoy estrenábamos vestidos, zapatos, incluso un lazo que a mi madre le gustaba mucho ponerme. Podíamos tener carencias de otras cosas, pero mi lazo en la cabeza no faltaba, los tenía de todos los colores, principalmente de color Rosa, que era el que más le gustaba a mamá.
Como decía, ese día bien vestidos y bien lavados, nos íbamos a la procesión que recorría varias calles del barrio. Después a la verbena a montar en las atracciones y a comer churros.
Ya he contado muchas veces que hemos sido 7 hermanos, pues bien, mi madre compraba una rosca de porras y nos la zampábamos en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, veo un churrito y se me llena la boca de aceite. ¡Lo que son las cosas y el pasar de los años!
Claro que en aquellos años no había exquisiteces que comer, solo de tarde en tarde había algo extra. El caso es que nos lo pasábamos maravillosamente y no nos separábamos de mis padres hasta que no se había terminado la rosca de porras, pero ahí no terminaba la fiesta, a mi padre le encantaban los camarones y a mi madre el coco.
Nosotros nos arrimábamos primero a los camarones y después al coco. Tambien nos compraban peladillas y almendras garrapiñadas, en fin, alguno de nosotros terminaba empachado. Siempre le tocaba a mi hermano el mayor de los chicos, ese no tenía fin, creo que aún hoy se come todo lo que pilla.
Luego cuando ya era bien de noche nos marchábamos a casa...a cenar.
Después de la cena mis padres y todos los vecinos salían a la puerta de la calle, cada uno bajaba su silla, se sentaban a charlar mientras nosotros jugamos a corretear. Aquel día no terminó bien...
Como digo, estaban todos sentados contándose sus cosas, de vez en cuando reían todos, nosotros no sabíamos de qué.
En un momento que jugábamos al escondite y nos escondíamos donde podíamos, incluso entre los mayores, resulta que yo iba como una loca a esconderme y tropecé con una niña que pasaba por allí con sus padres y sus tíos.
La verdad es que no puede parar, tropecé y la niña y yo caímos las dos al santo suelo. La nena empezó a llorar, su tía dirigiéndose a mi me dijo:
-Te voy a dar un bofetón niña tonta.
Mi madre que estaba cerca le dijo:
-Si quieres dámelo a mi.
La señora, sin pensárselo dos veces le sacudió a mi madre una "torta" de categoría.
Mi madre no se lo pensó dos veces, se sacó la zapatilla (que lo hacía muy bien), se lio a zapatillazos con la señora. Esta gritando pidiendo socorro, el cuñado tratando de coger a mi señora madre para separarla...no pudo.
En un pis-pas se levantaron todos los vecinos.
La mujer chillando y mi madre cosiéndola a zapatillazos...No se cuantos le dio.
Cuando se canso, la dejo. Entonces la hermana, el cuñado y la niña se fueron hacia su casa que vivían en la otra calle.
Una vez que desaparecieron, una de mis vecinas dijo que las conocía, que eran verduleras (entonces las que se dedicaban a vender frutas y verduras tenían muy mala fama), y además estas tenían muy mala fama de verdad de la buena.
Desde entonces no las vimos aparecer por nuestra calle, ni siquiera a pasear.
Mi madre era una estupenda mujer, pero que no se metieran con ella porque entonces...
Bueno, espero que os guste la imagen que tengo en mi cuarto de La Virgen del Carmen, estuvo en casa hasta que mi madre murió pero dejó dicho que era para mi.
Me gusta más que las joyas.
¡¡Amigos!! Me voy unos días de vacaciones. Si hay algo importante o algún cotilleo os lo cuento pues me llevo un iPad.
Si no, hasta la vuelta, esta semana todavía estoy en casa por lo tanto os contestaré.