lunes, 27 de febrero de 2023

La Recoleta


          Vamos con un poco de historia, ya se que todos lo sabéis pero no está mal recordarlo un poco.

      Los frailes de la orden de los recoletos descalzos llegaron a Buenos Aires a principios del siglo XVIII. Construyeron un convento y una iglesia que colocaron bajo la advocación de la Virgen del Pilar. Los lugareños terminaron denominando a la iglesia de los Recoletos, simplemente La Recoleta. Cuando la Orden fue disuelta en 1822, la huerta del convento fue convertida en el primer cementerio público de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina).

     En el cementerio de La Recoleta descansan los restos de numerosos personajes históricos, pero lo que realmente lo hace interesante son las historias que se cuentan...cuento un par de ellas.

EL NOBLE OLVIDADO

     Los restos de Miguel Haines, nieto del Rey Jorge IV de Inglaterra. Su padre, hijo natural del monarca, llegó al Rio de la Plata durante las invasiones inglesas. Su hijo llegó a Buenos Aires a los 20 años, ciego despues de una fallida operación realizada en Europa, se dedicó a la música. A su muerte fue enterrado en La Recoleta, pero un descuido durante la reforma realizada en 1880 hizo que sus restos desaparecieran para siempre.

LA NIETA DE NAPOLEÓN

     En 1847 arribó a la Argentina el conde Alexandre Walwski, hijo de una amante del Emperador Napoleón, para negociar el bloqueo francés al puerto de Buenos Aires. A la semana de llegar, su esposa dio a luz a una débil y enferma niña, la llamaron Isabel Elvira. Fue atendida por los mejores médicos pero a los pocos días falleció. Tiempo despues el matrimonio regresó a Francia, pero decidieron dejar aquí el cadáver de la niña. Luego de la reforma se creyó que Isabel había corrido la misma suerte que Miguel, pero el estudio de los archivos del cementerio permitió demostrar que los restos de la niña descansan en la tumba de su madrina, Mariquita Sánchez de Thompson, aunque no hay ninguna placa que la recuerde.

     No pocos cuidadores comentan que ciertas noches puede oírse el llanto de un bebé proveniente de esa tumba, algunos se atreven a contar que si uno es lo suficientemente valiente como para acercarse, podrá ver a la pequeña Isabel llorando en bazos de su madrina.


Espero no haberos asustado a uno sólo, mejor que os hayáis asustado varios...yo...tambien.

    

     

     

lunes, 20 de febrero de 2023

La chica del aire


 

          Yo no he viajado nunca en avión, ni pienso viajar, pero no por ello dejo de admirar, tanto a la gente que viaja, como a los operarios que llevan este trasto, ya sean Pilotos o señoritas azafatas como el caso que nos ocupa hoy, pues vamos a conocer a la primera azafata que se atrevió a ir en un aparato de esta índole.

          En una época en que se consideraba que las mujeres no estaban capacitadas para se pilotos o realizar cualquier otra tarea en un avión, Ellen Church, consiguió hacer realidad su sueño de volar, deseo que tenía desde que era niña. Por eso, además de estudiar Enfermería, como quería su señor padre, se sacó el titulo de piloto. Cuando empezó a trabajar en un hospital de San Francisco, el destino quiso que pasara cada día por delante de las oficinas de la compañía de aviación Boeing, que acababa de estrenar vuelos con pasajeros. Un día, se decidió y atrevió a entrar para ofrecer sus servicios como piloto. Pero no tuvo éxito.

           Sin embargo, Ellen aprovechó la circunstancia de que los vuelos de entonces eran incomodos, se movían mucho, los pasajeros sufrían ataques de ansiedad, lanzó otra propuesta y  fue ofrecerse como profesional para ayudar al pasaje. Si no podía pilotar, al menos la dejarían volar. Y así fue. El 15 de mayo de 1930, Ellen se convirtió en la primera azafata de vuelo de la historia, en un viaje entre Oakland y Chicago, que duro 20 horas y requirió 13 escalas.

          Su trabajo nada tenía que ver con el de las azafatas actuales, sino que se encargaba de comprobar la seguridad de los asientos (que estuvieran bien sujetos) y dejar a punto los instrumentos de vuelo o ayudar a calmar a los pasajeros que se ponían nerviosos.

          Tuvo tanto éxito que le encargaron la preparación se siete enfermeras más para ser azafatas y así nacieron las llamadas Sfy Girls, que viene a ser las abuelas de las actuales azafatas de vuelo. 

Mi admiración a todas.


Y ahora una bonita frase:

AMAR NO ES MIRARSE EL UNO AL OTRO, SINO MIRAR LOS DOS EN LA MISMA DIRECCIÓN. 

Autor.   Antoine de Saint Exupery 

lunes, 13 de febrero de 2023

Mi gatita


Mi gatita Rufa           

     Hoy me siento nostálgica y recordando, recordando he pensado en mi linda gatita Rufa: siempre la recuerdo, pero no se que me pasaba hoy. Quizá ha sido al ver los gatitos del jardín. Tambien, quizá, ha sido que hemos estado hablando mi hijo y yo de la Rufita...eso habrá sido.

     Fue muy querida por todos menos por mi hijo pequeño y luego por mi nieta. Mi hijo la hacía de rabiar, pero cuando mi nieta estaba en casa, la Rufa daba un rodeo para no cruzarse con ella.

     Yo la he regañado varias veces, sobre todo cuando ponía el Belén, no solamente me tiraba los pastores sino que una vez hizo sus necesidades en el serrín, no tuve más remedio que quitarlo del todo. Cuando llegó mi hijo mayor que trabajaba fuera de Madrid y solo venía los fines de semana dijo: ¡¡Es que unas fiestas navideñas sin Belén!!...enseguida le puse remedio. Pode las plantas de la terraza, las eché encima de donde había estado antes el serrín, puse los pastores, el castillo y el portal y todo solucionado. 

     Cuando yo volvía de la compra y traía carne picada, la llamaba...¡¡¡Rufa, ven!!! enseguida oía yo el cascabel por el pasillo y sabía que venia mi querida Rufa. Yo, además de lo que se quedaba pegado de carne en el papel, dejaba un poco y ella, a pesar de que tenía su pienso, se lo comía con deleite.

     Cuando teníamos que llevarla a la veterinaria, aquello era un caos, no había quien la metiera en la cesta de transporte. Tampoco fuimos de vacaciones los 12 años que la tuvimos, pues no nos gustaba dejarla con nadie ni en sitios especializados, o sea, que nos quedábamos en casita por la Rufa. Pero encantados.

     Un día, nos dimos cuenta de que tenía una herida en la tripita, por supuesto que la llevamos a la veterinaria y nos dijo.

     ¡Hay que operar!

     La operaron, estuvo tres días en la clínica y cuando fuimos a por ella nos dijeron que era Cáncer de mama y que era malo...

     Nos la llevamos a casa, la hicimos un vestido para que no se quitara los puntos, pasamos mucho con ella, mi hijo pequeño decía: ¡Esto es un sin vivir! Pero yo tenía esperanza que se curara. La dábamos de comer con una jeringuilla, comida que nos recetó la veterinaria,,, no tenía ganas. Nos había costado un "pastón" la operación, pero aun así teníamos esperanzas...duro tres meses.

     El día que murió, yo lloré, mi hijo pequeño lloró, mi hijo casado y su esposa lloraron, algunos vecinos que sabían de su enfermedad, lo lamentaron...en fin, todos lo pasamos mal. No os extrañe que a mi blog le haya puesto..."La Gata Rufa"

Esta foto se la hizo mi hijo siendo muy pequeño, está subida en la mesa camilla y la tiene toda revolucionada. Se ven mis gafas y un libro que me regaló mi nuera y que se titula "Los renglones torcidos de Dios", que ahora está muy de moda y a mi me pareció muy fuerte...

     

lunes, 6 de febrero de 2023

Nombres antiguos


 No hace muchos años, según iban naciendo los hijos, la madre, siempre la madre miraba el famoso Calendario Zaragozano y le ponían el santo del día. No importaba si era bonito o feo...asi se quedaban con su "hermoso" nombre. Mi familia no iba a ser menos y mis queridos tíos tenían el nombre que ponía dicho calendario. Luego no quedaba ahí la cosa, no, pues le ponían al próximo el nombre de alguno que ya había fallecido. Ese fue mi caso, menos mal que mi pobre tía, de la que yo llevo el nombre lo tenía bonito, pues la siguiente se llamaba...Crisantas, la otra Gabriela y mi pobre madre, Timotea. Los varones, Jacinto, Sabas, Eustaquio...total, un desastre.

Lo que yo quiero contar es que no hace mucho, bueno si, fue cuando se iba a casar uno de mis hermanos. Por cierto, con una chica muy guapa, pero tenía un nombre...nosotros la conocíamos por Dori pues jamás nos dijo como se llamaba, aunque lo adivinábamos.

Un día se presentó en casa de mis padres con un montón de invitaciones, pues faltaban pocos días para su boda. Y necesitaba ayuda para mandar las tarjetas a sus familiares. Mi hermano, su novio, y yo nos prestamos muy gustosos a escribir dichas tarjetas. Ella nos iba diciendo los nombres de sus familiares, nosotros, además de reírnos, escribíamos sin parar de reír pues los nombres de estos familiares nos parecían raros.

Brígida, Eutiquio, Escolástico, Cirilo...y así sucesivamente.  Como mi hermano y yo nos reíamos, cogió las tarjetas e hizo intención de irse, pues estaba muy enfadada o eso nos hizo saber. Entonces mi hermano y yo nos pusimos serios y nos dispusimos a seguir escribiendo. Le dijimos... el siguiente y nos contesto...  mi tío Cleto.

Aquí ya si que no pudimos mas y casi nos desternillamos. Aunque se enfadó, le escribimos las tarjetas, aunque seguíamos riéndonos por lo "bajinis".

Hoy los nombres han cambiado aunque nos parecen a los "normales" un poco raritos pues mi peluquera a su segunda hija le ha puesto Nayrobi.

La boda fue muy bonita, el banquete tambien, la novia muy guapa y no digamos el novio. Ya han cumplido las bodas de oro, tienen  cuatro hijos, dos chicas y dos chicos. Tambien tienen varios nietos. Creo que no se acordaran de aquel trance, yo si y le pido perdón a mi querida cuñada por lo mal que lo pasó cuando le hacíamos las invitaciones.

¡¡Se me olvidaba!!

El señor cura tambien la llamó Dori,,,o sea que no sabemos cual es su verdadero nombre...pues he buscado en Internet y no me sale ni Santa Diodora ni san Diodoro...Habrá Santa Dori...