lunes, 31 de octubre de 2022

De Londres a Chicago


           Creo que esto ya lo conté en otra ocasión, pero viene muy bien para las fechas que estamos:

          Ocurrió una mañana de invierno. Una de las azafatas que hacía la ruta Londres-Chicago, se dirigía por el pasillo del avión hacia la cabina de mando despues de atender a los pasajeros. Se acercó a uno de los pilotos y le informó que la cabina de descanso estaba libre. Entonces el hombre se levantó y se marchó a dormir un rato.

          Cuando el piloto entró en la pequeña cabina estaba totalmente oscura, pero al apoyar una mano en una de las literas notó un bulto. Había alguien durmiendo, pero la azafata le había comunicado que la cabina estaba vacía. Alumbró con una linterna de bolsillo hacia la cama y observó con sorpresa que había una niña de unos 5 años tumbada en la litera. La arropó con la manta y sin hacer ruido salió de la habitación y cerró la puerta.

          Al momento fue a buscar a la azafata y le contó lo que había sucedido. Esta, le dijo que era imposible porque no iban niños en ese vuelo. El piloto no se lo podía creer, el había tocado con sus propias manos el cuerpo de la pequeña. ¡¡Incluso notó su respiración mientras dormía!!

          Entonces la azafata con cara de preocupación le dijo: -¿Ve usted esa pareja de allí al fondo? ¿La ve?, repetía, dirigiéndose a una joven pareja con los rostros pálidos y demacrados. -Si, si, por supuesto que los veo...afirmó el piloto. ¿Pero que tienen que ver ellos en la historia? Pregunto con cara de intriga.

          Se dirigen al entierro de su hija, ella va abajo en un ataúd, junto con el resto de mercancías...contestó ella. 

          El piloto se quedó pálido al escuchar la noticia y salió corriendo a la cabina donde vio a la niña. Allí no había nadie. Se acercó al baño a refrescarse la cara y al mirarse en el espejo se dio cuenta de que había escrito algo con un pequeño dedo, decía:

Gracias por arroparme...

            A mi no me ha dado miedo, al contrario. Me ha parecido tan encantadora la historia, que no me he resistido a contarla y mis nuevos seguidores, seguro que me lo agradecen y les gusta.

lunes, 24 de octubre de 2022

¡Se ha caído!


          Esto que cuento es la pura verdad.

     Cuando mi hijo estaba aparcando su coche despues de estar todo el día trabajando, pues ya no lo hace en casa al haber acabado la pandemia. Pues bien. En aquel preciso momento oye los gritos de una mujer. Lógicamente va rápido a ver que ocurre. La señora de unos 50 años está en el suelo dando gritos. Mi hijo enseguida sacó su telefono móvil y llamó al 112. La señora le dice que no, que donde tiene que llamar es (le da el nombre de una sociedad privada). Le dice que no se preocupe que cuando lleguen las asistencias ellos sabrán donde llevarla. -¡No! dice la señora...a todo esto dando gritos de dolor sigue en sus trece.

     ¡-Que no, que no! Que tiene que llamar a X.

      Ya va llegando gente, la señora seguía gritando, por lo visto se ha roto una mano. Mi hijo la estaba sujetando la cabeza sobre su pecho y le decía que se estuviese quieta hasta que llegara algún socorro.

     Despues de un rato llega una ambulancia de la Cruz Roja y la policía. Ella insiste en que tienen que llevarla a X. Los asistentes de Cruz Roja le dicen: -Señora, nosotros nos la llevamos y por el camino vamos donde nos manden, ya sea a X o a S.

     Aquí los gritos, no son gritos, son alaridos. Pero dice que no se va hasta que no llamen a su hijo. Resulta que el hijo de esta señora es policía, allí estaban sus compañeros, uno de ellos dice;

     -No le llaméis que está en el gimnasio...la pobre señora cada vez gritaba más, pero no había quien la convenciera de entrar en la ambulancia. Los policías no es que se rieran...pero casi. Los de la Cruz Roja ya no sabían que hacer, Por fin, mi hijo le dice:

     -Señora, deme mi móvil, mi chaqueta, (con ella la había arropado) y quédese aquí hasta que quiera, yo me voy que mi madre estará preocupada por mi tardanza.

     Cuando ha llegado a casa y me lo ha contado, aun estaba nervioso, me ha dicho:

     -Que suerte que nosotros solo tenemos la Seguridad Social. Así no tenemos dudas a donde vamos.

A veces nos obcecamos en alguna cosa...y ahora vamos a recordar a Víctor con unos de sus chistes:

Una paciente de 60 años le pregunta al doctor: - Oiga doctor, cuando subo una pendiente para llegar a mi casa me fatigo muchísimo. ¿Que me aconseja tomar? Y el medico le responde: -Un taxi señora.

Otro.

Un hombre le pregunta a su medico: -Doctor, ¿Que puedo hacer para que mi esposa no se quede embarazada durante las vacaciones?...-Llevársela con usted.

No me puedo resistir ya que va de médicos a contaros otro.

Dos cirujanos en un bar ven pasar a un paciente. - A ese hombre lo operé yo. ¿Que le sacaste? -Diez mil euros.
 

lunes, 17 de octubre de 2022

Pelea de...chicas

 



          Hace unos días salió por televisión, en las noticias, dos chicas que se peleaban mientras sus compañeros del instituto las grababan con sus teléfonos móviles. Nadie las separaba y todos las jaleaban para ver quien de las dos ganaba. Claro, alguno tuvo la decencia de llamar a la policía y en cuanto llegaron, la pelea se terminó.

          Por su puesto que luego llegaron los padres a pedir explicaciones al instituto para saber lo que había pasado. Total. Ni dicho instituto, ni los padres ni siquiera la policía pudieron decir o hacer nada ya que fue una pelea de chicas...por otro chico. O sea que...-A mi me gusta este chico, tu me lo has quitado, que si patatín, que si patatán.¡¡¡¡ El caso es que salió en las noticias y...toda España se enteró y quizá parte del extranjero.

          Con esto de la "tele", enseguida lo sabe todo el mundo. No como antes que solo se enteraban...los vecinos y pare usted de contar.

           Ya hace muchos años, los vecinos salían en el verano a tomar el fresco. Sacaban cada uno su silla o lo que fuera, y se sentaban todos a contar sus cosas, (no había ni tv. ni radio), mientras, los pequeños, o jugaban correteando o se entretenían con los cuentos que les contaban los mayores. En este caso, el que contaba los cuentos era mi padre que sabía muchos (una pena que no los escribiera), tambien jugaban con nosotros a los acertijos, cosa que nos gustaba y nos entretenía. Mi padre junto con algún vecino, nos llevaba a los fuegos artificiales cuando era la patrona del barrio. La Virgen del Carmen,

          Uno de estos días estabamos jugando y corríamos como descosidos pues no había coches como ahora. yo era muy pequeña, pero lo recuerdo perfectamente y me tropecé con una niña que iba con su madre y sus tíos. La niña se cayó al suelo y empezó a llorar, yo me quede parada, entonces la tía de la niña dirigiéndose a mi me dijo:

        -Tonta, te voy a dar un bofetón...(Dijo otra palabra muy fea). Yo me quede parada esperando el tortazo, entonces mi madre se levanto de la silla donde estaba sentada junto mi padre y los demás vecinos y tratando de defenderme, dijo:

         -¿Porque no me la das a mi?...¡¡Zas!! Y se la dio. Mi pobre madre se llevó el guantazo, pero...

          En ese momento, mi señora madre, la cogió como si fuera una chiquilla, se quitó la zapatilla y...la dio una tunda que, entre mi padre, los cuñados de la señora y algún vecino, no se la podían quitar, la dio zapatillazos hasta que se hartó. La señora gritaba...¡¡hay, Santiago, Juanita...que me mata!!

          El tal Santiago y Juanita eran sus cuñados, pero mi madre hasta que no se hartó de sacudirla no paró...no me parezco a ella (por desgracia).

          Estos señores, creo que tenían un puesto de verduras en el mercado e iban paseando....ya no volvieron a pasar más por la puerta de mi casa. 

          Mis vecinos siguieron tomando el fresco, nosotros seguimos jugando a lo que fuera ese día y, como mi padre decía cuando acababa una cuento...yo me vine y allí se quedaron...

          

lunes, 10 de octubre de 2022

Dolorosa caída


Rataplashssssss

          Hace unos días fui yo la que cayó al santo suelo, no tuve consecuencias, me levanté y...eso si, deshice la cama, pues fue en mi cuarto y es que siempre estoy por los suelos. Cuando mi hijo apareció, me dijo. ¿Pero que ha pasado aquí? Yo muy dramática le digo que me había caído y por eso, al agarrarme, había deshecho la cama...fue peor el remedio que la enfermedad pues empezó a mirarme los huesos, la cabeza, los brazos y no se cuantas cosas más. Bueno, el caso es que esto me ha dado pie para recordar lo que le pasó a un vecino...


Estaba el pobre hombre haciendo de "manitas" cuando se movió la escalera, se cayó y el si que se hizo mucho daño. A pesar de los emplastos y de las pociones que le daba su señora madre, el dolor le hacía sufrir terriblemente. 
       
          Sus mejores amigos, enterados del accidente, se personaron en la casa para consolarle. Y creo que fue peor que si no hubiesen ido. 

          -¡Vaya, pero si esto no es nada. Hubiera podido ser mucho peor!, dijo el primero nada más entrar por la habitación.

          -Claro, deja de quejarte. Despues de todo, no te has roto nada- , afirmó el segundo, restando importancia a la aparatosa caída.

          -Sí, sí. Ya veras como muy pronto te vas a poner bien-. le repuso el tercero, animándolo a que dejara de lamentarse.

          En el colmo del dolor, el joven se puso a pegar alaridos: "¡Salid todos de aquí! ¡Abandonad esta habitación en el acto!  Y sin contemplaciones, exclamó: 

         ¡¡Madre, la próxima vez no dejes entrar a nadie a menos que se haya caído alguna vez de una escalera!! 

Y es que, a veces, intentando ayudar a alguien, sin querer, empeoramos la situación si no hemos pasado por las mismas circunstancias.

Mi vecino está bien, su señora madre tambien y yo estoy perfectamente.

lunes, 3 de octubre de 2022

Una gran Cirujana


        Yo he visto una fotografía de esta gran mujer que me ha dejado "patidifusa". No se parece en nada a la que vemos en la foto pues siempre se vestía de hombre, solo en esta ocasión se puso las galas femeninas. Quizá para lucir la medalla tambien ganada.

       Mary Edwards Walker fue una cirujana rebelde, pero muy buena en lo suyo. Era hija de unos granjeros neoyorkinos, ya de joven, esta valerosa mujer devoraba libros de anatomía, para graduarse finalmente en Medicina. Al estallar la Guerra de Secesión, Edwards se hizo voluntaria del ejercito de la Unión y pidió que la contrataran como cirujana militar. Por ser mujer, solo le propusieron un puesto de enfermera. Ella lo rechazó, si bien acabó trabajando como cirujana de campo no remunerada.

      Curtida en varias batallas, esta doctora incluso pidió ser espía, de nuevo, sin éxito, aunque su implicación en el conflicto la convirtió finalmente, en 1863, en la primera cirujana empleada por el ejercito de los Estados Unidos. Incluso pasó por prisión, cuando la capturaron las tropas enemigas.

      Sorprendentemente, el talento de Edwards para sanar a los heridos en el frente y su demostrada valentía quedaron en un segundo plano para la prensa, que la atacó sin piedad burlándose de su aspecto físico, sobre todo, por ir vestida con ropa considerada socialmente como masculina. Aquellas prendas, que la científica llevaba por comodidad al trabajar, tambien denotaban su ideología, ya que Edwards siempre apostó por que las mujeres cambiaran su forma de vestir como un paso necesario para la liberación femenina. Su determinación le trajo problemas, como cuando a la salida de una tienda en Nueva York, llegaron a arrestarla por su indumentaria.

      Escritora y conferenciante, Edwards siempre tuvo un espíritu rebelde. Otra pueda fue que al casarse, en el 1855, no quiso que sus votos incluyesen la palabra "obedecer" referida a su marido.

      También entró en política, defendiendo el voto femenino, que intentó ejercer sin éxito. Con todo, dejó huella, ya que aún hoy es la única mujer que ha recibido la máxima condecoración de las Fuerzas Armadas norteamericanas.


¡¡¡Que pena que esta señora no nos viera ahora que casi todas llevamos pantalones!!! Por lo menos yo...