lunes, 31 de enero de 2022

Otra Isabel...


 Primera mujer almirante:

     Hoy nos enfrascamos en una aventura épica, de viajes y expediciones oceánicas, en una época en la que los mares estaban llenos de piratas, corsarios y exploradores. Y en medio de todo eso una mujer, Isabel Barreto. Se convirtió en la primera almirante de una flota en la historia de la navegación mundial. Para conseguirlo, esta gallega, nacida en Pontevedra en 1567, tuvo que ser una mujer fuerte, valiente y capaz de tomar decisiones en un entorno de hombres que siempre la miraron con una mezcla de recelo, desconfianza y desprecio.

     Isabel tuvo la suerte de que su padre decidió darle la misma educación que a sus hijos varones. Y así fue cómo estudió geografía, y geometría sin saber lo útiles que le iban a resultar aquellos conocimientos al cabo de los años. Y es que, a los 28, se embarcó en la expedición que su marido, Álvaro de Mendaña, organizó rumbo a las islas Salomón, en los Mares del Sur, en busca de oro. Pero cuando llegaron, éste enfermó de malaria y murió, no sin antes nombrarla heredera universal.

     De esta manera, Isabel se convirtió el 18 de octubre de 1595 en adelantada del archipiélago, cargo que le correspondía a la persona que llevaba a cabo o adelante una empresa pública bajo designio real. Además pasó a ser también capitana general y almirante de la flota de Felipa II y tuvo a su mando cerca de 400 hombres. Desde entonces, "demostró unas excepcionales dotes de mando y la dureza que se requería para someter a obediencia a hombres rudos y aventureros".

     Tras afrontar el levantamiento de los indígenas y un ambiente en el que afloraban constantemente conflictos, Isabel zarpó hacia Filipinas en busca de nuevas rutas. Llegó a Manila después de una travesía infernal de varios meses, convertida en heroína y habiendo logrado una gesta increíble, recorrer 20.000 kilómetros, la mayor distancia surcada por naves españolas en el siglo XVI.

     Después siguió navegando y sus aventuras la llevaron hasta Perú, donde murió en 1612, a los 45 años.


¿Que dirán las feministas de ahora, que solo saben hablar y mal, sentadas en un despacho, de esta admirable mujer?

lunes, 24 de enero de 2022

Una "bellota" en la cabeza...

     Antes de contar esta fábula de Don Félix María de Samaniego, contaré una anecdota que le ocurrió a uno de mis hermanos. Esto ocurrió allá por los años 40. Ni el hipódromo estaba como ahora, ni los medios de comunicación tampoco, mucho menos la seguridad, pues por aquel entonces mandaban, en este caso a mi padre y sus compañeros de servicio  allí. Más de una ver se llevó a mi hermano mayor con él. Como iban otros hijos de compañeros de mi padre, los niños se entretenían en coger bellotas, ya que en ese sitio había muchas Encinas. Tiraban piedras para que cayesen las bellotas, y caían bellotas pero muchas de las piedras se quedaban en la Encina...y una de ellas (la piedra), cayó con tan mala fortuna que fue a parar a la cabeza de mi hermano. No solo le hizo un chichón, sino que le tuvieron que vendar la cabeza al pobre...pero el venía contento porque traía muchas bellotas para sus hermanos, lo cual que, estaban muy amargas, pero mamá las cocía con anises y nos sabían muy ricas.

     Dicho esto, paso a contar la fabula de Samaniego que nació en 1745 y escribió muchas fabulas todas ellas con su moraleja: esta se titula...El labrador y la Providencia.

     Un labrador que estaba trabajando en sus campos, obligado por el calor y la fatiga, se paró a descansar y se sentó debajo de una encina.  Allí, recostado en el tronco del árbol, contemplaba agradecido sus campos y los frutos y verduras que éstos le daban; melones, calabazas, pepinos, tomates, naranjas...Sin embargo, para sus adentros reflexionaba y se preguntaba por qué la Providencia había puesto la bellota, que es el fruto de la encina, en un sitio tan alto, inalcanzable y bonito. "¿No sería mejor que los melones y calabazas colgasen también de los árboles? así no me tendría que agachar a recogerlos...," 

     Mientras estaba enfrascado en sus pensamientos, una bellota cayó del árbol repentinamente y le dio en la nariz. Entonces se dijo: "¡Caramba! Si en vez de una bellota me hubiese caído un melón o una calabaza, me hubiera quedado sin cabeza. Pero como ha sido una bellota, me duele un poco la nariz, pero sigo vivo". 

     Y es que la naturaleza, como demuestra esta fábula, es sabia, y siempre nos recuerda que todo en este mundo cumple una función y tiene un  propósito. Así que, en lugar de intentar cambiarlo, deberíamos pensar en como sacar el mejor provecho de todo aquello que nos rodea.

     

 

lunes, 17 de enero de 2022

Globos al Cielo


 Esto lo escribí en 2013 con el titulo... "Trata de no llorar", pero como tengo nuevos seguidores y además nos viene muy bien por el ambiente en que vivimos...lo vuelvo a contar:


     Ella dio un salto cuando vio al cirujano salir de la sala de operaciones. Preguntó:

-¿Como está mi pequeño? ¿Lo puedo ver? El cirujano dijo:

-Lo siento. Hicimos cuanto pudimos. Teresa dijo:

-"Por qué a los niños les puede dar cáncer. ¿Dónde estabas Dios cuando mi niño te necesitaba? El cirujano le preguntó:

-"¿Te gustaría estar un tiempo a solas con tu hijo, antes de que se lo lleven a la Universidad? 

     Una enfermera la acompañó. Ella paso sus dedos amorosamente por los cabellos rizado y rojizo del niño.  "¿Te gustaría guardar un poco de su cabello? Le preguntó la enfermera. Teresa asintió que si. La enfermera cortó un pedazo de cabello, lo introdujo en una bolsa de plástico y lo entregó a Teresa. Esta dijo que fue idea de Toñito donar su cuerpo a la Universidad. Recogió sus pertenencias y se dirigió a su casa vacía...ella se dejó caer sobre la cama de su hijo y abrazando la almohada, lloró hasta quedar dormida.

     Era al rededor de la media noche cuando despertó. Y colocada al lado de ella en la cama había una carta. La carta decía:

"Querida mamá, sé que te vas a extrañar; pero no pienses que yo te olvidaré. "Te amo". Algún día nos volveremos a encontrar. Mientras tanto, si quieres adopta otro niño y así no estarás sola. El podrá usar mi cuarto y mis juguetes. No estés triste pensando en mi. Este es un lugar  maravilloso...y ¿sabes? Jesús no se parece a ninguna de las fotos que pintan de El. Jesús mismo me llevó a conocer a Dios y habló conmigo.

Ahí fue cuando le dije que yo quería escribirte una carta para despedirme de ti y decirte como me siento ahora...Pero yo creía que no se permitía. Pero ¿sabes qué mamá?  Dios me dio papel y su pluma personal para que te escribiera esta carta. Dios me dijo que te contestara una de las preguntas que le hiciste..."Donde estaba Él cuando yo lo necesitaba?  Dios me dijo que estaba en el mismo lugar conmigo, como cuando Su Hijo Jesús estaba en la cruz.

Él estaba justo ahí, según está siempre con todas sus criaturas...Pero de todos modos, mamá, nadie más puede ver lo que te he escrito...Solo tú...Para todos los demás, esto es solo un papel en blanco. ¿No es fantástico?...Oh!, olvidé decirte...Ya no siento ningún dolor...Ya no me duele más...el cáncer se fue. Estoy feliz porque puedo estar de pie y correr..., sin sentir más dolor. Por eso Él envió al ángel de la misericordia a rescatarme.

     Firmado con el amor de Dios, Jesús & Yo..., tu Toñito



lunes, 10 de enero de 2022

Los táleros o monedas de plata


 

     Mi madre que era muy sabia decía que, "hasta San Antón Navidades son". Pues bien, como este santo celebra su día el 17 de este mes de enero resulta que todavía estamos en fiestas. Yo no he quitado los adornos ni el Belén...¿Podéis creer que me da pena hacerlo? Pero lo voy a quitar con pena y todo. Pero ahora como estamos con la Navidad tan cercana, ahí va un cuento navideño de los hermanos Grimm.

     Había una vez una niña huérfana muy pobre cuyas únicas posesiones eran la ropa que llevaba, un gorrito de lana y un pedazo de pan. Hacía frío y ese día era Nochebuena. La pequeña caminaba hacia el bosque, cuando se encontró con un anciano que le dijo:

-Por favor, ¿podrías darme algo de comer? Estoy hambriento.

     La niña le ofreció el pan que tenía y el hombre respondió agradecido:

-Dios te lo pague.

La pequeña sonrió y siguió andando cuando, al rato, se encontró con un niño que le dijo:

-Por favor, tengo frío en la cabeza. ¿Tienes algo para abrigarme?. La niña se quitó el gorro y se lo regaló.

     Poco después se encontró con otro niño que tiritaba de frío y ella se quitó el abrigo y se lo regaló al pequeño, que por fin entró en calor. Cuando ya no tenía nada más, la niña se sentó, muerta de frío, junto a un árbol. Entonces miró al cielo y vio que las estrellas brillaban con mucha intensidad. Y, al sonreír, muchas de ellas comenzaron a caer y, al llegar al suelo, se transformaron en táleros, que eran unas preciosas monedas de plata, y en ropaje fino de lino. Recogió las monedas, se vistió con la ropa y vivió feliz el resto de su vida.

Este maravilloso cuento de los hermanos Grimm, nos enseña valores como la caridad, la gratitud y la empatía, tan necesarios en las fechas navideñas. Que aunque han pasado...todavía podemos hacer algo.


     Ya de paso, aunque muchos lo sabréis, quien fue el inventor de las bolas de Navidad: fue San Bonifacio de Maguncia quien empezó la tradición. El Santo cortó un abeto y lo decoró con manzanas, que representaban las tentaciones y que, con el tiempo, se convirtieron en las actuales bolas navideñas.

    Y como no hay dos sin tres, según he leído, el primer nacimiento del que tenemos constancia se lo debemos a San Francisco de Asís, que celebró en 1223 la misa de Navidad en una gruta donde puso un pesebre viviente. Luego nuestro  rey Carlos III, que tambien fue rey de Nápoles, importó en el siglo XVIII esta tradición a España...


lunes, 3 de enero de 2022

Carta a los Reyes Magos


Mi otro Belén

      Queridos Reyes Magos: 

Hoy no os pido aquel abriguito de visón blanco que tanto me gustaba y con el que iba a ir a la compra para ser la envidia de las "marujas" de mi barrio, hoy no lo quiero. Tampoco el chalet en la sierra madrileña ni el apartamento en el Mediterráneo, no, no lo quiero (entre otras cosas porque nunca me lo habéis echado), hoy quiero varias cosas que vosotros que sois Magos podéis hacer. No digo ponerme en los zapatos, porque mis peticiones no caben en ellos.

"Os ruego por esas madres que tienen hijos e hijas con cáncer..."¡Cuánto sufren! 

"También por las mamás que estan con ese terrible mal y tienen que cuidar de sus hijos aunque no tengan ganas."

"Por todos los niños que tienen esta terrible enfermedad, que sufren y hacen sufrir".

"Por aquellos que han perdido a un ser querido por culpa de esta maldita pandemia o por otros males y, ya se paso, si os la podéis llevar lejos y que no haga mal a nadie, mejor que mejor".

Este año no creo que ha sido bueno para nadie. Hemos salido poco. Hemos ido con mascarillas. Los jóvenes y los niños pequeños han sido muy responsables y nos han ayudado mucho, ya sea trayendo comida a los mayores, e incluso, llevándoles a pasear aunque fuese corto el paseo.

En fin, a todos aquellos que han sufrido tanto como mis hermanos y yo...traernos un poco de Paz, si es para todos, mejor.

¡¡Ah!! Se me olvidaba deciros también que si no podéis, por lo menos intentar que haya más médicos en los Centros de Salud y menos Urgencias en los Hospitales, o...menos "cuento" entre los sanitarios.

Hoy en el Ambulatorio de mi barrio solo había un médico tratando a los enfermos de Cobid-19. a los demás...ni caso.

FELICES REYES A TODOS.







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