lunes, 29 de marzo de 2021

¡La olla...explotó!


 

     Mi entrada de hoy, viene a cuento porque esta mañana mientras todos estábamos en casa, o casi todos, uno de mis vecinos ha salido a pasear, con tan mala fortuna que se ha dejado una olla en la lumbre con la comida, pensando que no iba a ocurrir nada. Pero ha ocurrido. El caso es que, con la cocción el caldo se ha consumido...la lumbre seguía encendida...la olla no podía más, y...los vecinos que llaman a los bomberos porque salía mucho humo del 2º izquierda. Menos mal que cuando el pobre de mi vecino ha llegado ya estaba todo solucionado. Bueno...según se mire, pues la puerta estaba rota, la cocina destrozada y no digamos la olla...para tirarla. Yo me he enterado cuando me lo han contado, pues con esto de no salir de casa...

     Esto me ha hecho recordar, que en una ocasión, hace muchos años, en casa explotó la olla exprés y el susto fue morrocotudo.

     Mi madre, como buena ama de casa y haciendo lo que le venía en gana, en cuanto se enteró de que había salido una olla que en media hora hacía el cocido y demás viandas, no se paró a pensarlo...la compró. Eso si, la mas grande que había. Si que éramos muchos ( 9 ), y lógicamente los guisos eran muy grandes. Mi padre era tan buenazo que la dejaba hacer, nunca se opuso cuando compró una lavadora, los muebles de la cocina ni nada que a ella le gustara, así que compró una enorme olla exprés.

     Ese día metió en la olla un kilo de garbanzos, medio kilo de morcillo, dos buenos huesos de jamón, un hermoso trozo de tocino, cuatro chorizos (morcilla no, pues se reventaba), dos patatas y, por era poco, también metió en la olla un repollo.

     Todos estábamos en casa, pues mi padre tenía el servicio por las noches. A todo esto como la olla era tan rápida, faltaba poco para la hora de la comida, pues bien...

     Aunque las instrucciones dicen que no se debe llenar la dichosa olla, mi madre la llenó, los mayores le decíamos que no lo hiciera, ella siempre nos contestaba que nosotros de cocina no sabíamos nada, que cuando nos casáramos hiciéramos en nuestra casa lo que quisiéramos.

     Estábamos en el comedor, cuando se hoyó una explosión y todos salimos corriendo, mi padre el primero. Uno de mis hermanos le pilló en el baño y salió corriendo con los pantalones en la mano. Mi madre solo sabía decir...¡¡¡Mi hijos, mis hijos!!!

     Por el agujerito de la válvula, ese pequeñito que tienen las ollas en la tapadera, por ahí salió parte de la comida, el tocino y los chorizos se quedaron pegados en el techo de la cocina, junto con parte del repollo y algunos garbanzos. Según se apaciguó el ruido, mis hermanos y yo que estábamos ya en el primer piso, pues vivíamos en el 4º, empezamos a subir las escaleras, a mi padre tardamos tres días en encontrarle...

     Bueno, para que no diga mi cuñada Pepi que soy una exagerada...lo encontramos, pero ya en la calle y despues de un buen rato y nos preguntaba si nos había pasado algo, sobre todo a los pequeños...claro que casi nos quedamos sin comer.

     La desgracia de mi vecino, digo desgracia porque los bomberos le han hecho un buen estropicio, pues bien, esto me ha hecho recordar una pequeña anecdota de mi juventud y parece que estoy viendo a mis queridos hermanos correr por el pasillo hacia la puerta de la calle, yo tambien corrí, todos menos mi madre. ¡¡¡Y es que era una valiente en todos los sentidos!!!.

lunes, 22 de marzo de 2021

Reyes y cuernos


 

     Una leyenda más de Madrid es la que se cuenta de la calle del lazo. Una callecita que se encuentra en lo que llamamos "el viejo Madrid". Hoy en día, pasear por esta calle, nos hace pensar que no estamos en una gran ciudad y mucho menos en la Capital de España, 

     Está muy cerca del Palacio Real y estando en ella te crees que no ha pasado el tiempo ya que al ser, además, muy estrecha, no circulan coches. Por supuesto que no habrá un madrileño que no la conozca, pero hay muchos más turistas que se quedan prendados por su encanto. Como todo tiene su porqué, ahí va su historia, leyenda o como queramos llamarla y la cosa va de reyes...

     Todos sabéis que Alfonso X "El sabio" nació en Burgos en 1221. A la muerte de su padre Fernando III el Santo, subió al trono. Hasta aquí, todo bien. Con su esposa doña Violante, tuvo nada más y nada menos que 11 hijos (once), que ya son hijos. Pero como no debía de estar contento con tanto niño, además de ser un padre débil y rey discreto, también tuvo sus "devaneos amorosos".

     Se cuenta que, el rey Alfonso X, regaló un bello lazo de oro como prenda de amor a su amante María Delanda, esta lo lucía en sus citas reales, o sea, cada vez que la visitaba el bueno del rey. Aquel día salió preocupado de la casa de su amada porque no lucía el lazo como en sus anteriores citas. El rey Alfonso, sospechando que su amada tuviera otro amante, y pensando... que no le iba a caber la corona con los cuernos, mandó que la vigilaran.

     Le informaron que un joven frecuentaba la casa de María. El rey enfureció y los chivatos...tan contentos.

     Una noche encontraron a un joven muerto, este llevaba el lazo de oro que le había regalado el rey a María, confirmando así su infidelidad. Desde ese día se llamó la calle de "El Lazo", en recuerdo de este hecho.

      La tal María Delanda tuvo un hijo (no sabemos de quien), que fue, nada menos que Señor de Molina de Aragón.

Y digo yo...ni María ni el joven fueron muy listos, ya que lucía el dichoso lacito a la vista de todos, en fin...


     

lunes, 15 de marzo de 2021

No hay enemigo pequeño


      

     En los momentos que estamos atravesando políticamente, creo que los "mandamases"  debían darse cuenta que ya estamos más que hartos de tanta palabrería, también debían de pensar que...como nos cansemos, les va a pasar lo mismo a ellos que a los leones de esta fábula:

     El autor la ha titulado: "El león y las hormigas"

     Un día, el león reunió a todos los animales de la sabana, del bosque y de la montaña. Cuando todos llegaron ante él, este se subió a un árbol y gritó:

     -A partir de hoy, todos los animales deben reconocer al león como rey. Quien se niegue será castigado.

     Se escuchó un gran murmullo y una vocecita se alzó protestando. Era el portavoz de las hormigas guerreras.

     -Nosotras no aceptamos. En nuestra tribu, nuestros antepasados nos dieron una reina y nosotros sólo obedecemos sus órdenes, dijo.

     -Tendréis vuestro castigo, respondió el león con un rugido desafiante. 

     Todos los animales se dispersaron y el león y su familia, por un lado, y las hormigas por otro, se prepararon para la gran batalla. Las hormigas entraron en acción lanzándose hacia los leones, mordiéndoles con fuerza y, aunque intentaron escapar, los leones no podían luchar en la oscuridad contra el enemigo omnipresente.

     A la mañana siguiente, un buitre, paseando en vuelo rasante, vio esparcidos los esqueletos desnudos de la familia de aquel que había querido imponerse como rey absoluto de los animales. Y continuando su camino solitario pensó que los poderosos no deberían nunca despreciar la fuerza de los pequeños cuando se unen.


Para quitarnos las ganas de actuar como las hormiguitas, pongamos un chiste:

Una paciente de más de 70 años le pregunta al doctor: - Oiga doctor, cuando subo la pendiente para llegar a mi casa me fatigo muchísimo. ¿Que me aconseja que tome doctor? Y el médico, muy dicharachero le responde:- Un taxi señora.

                                        ***

Un hombre le pregunta a su médico. -Doctor, ¿Que puedo hacer para que durante las vacaciones mi mujer no se quede embarazada?  El doctor que es más dicharachero que el anterior, le responde. -Llevársela con usted.

lunes, 8 de marzo de 2021

Haced el bien, sin mirar a quien.


Edificio de la O N U en Nueva York

     Después de saber lo mal que lo están pasando en Chile, incluso peor que nosotros, cuando he ido a dar un paso y he visto a mi ex compañera Norma, chilena ella, buena amiga y mejor persona, no he podido por menos que acordarme lo que me contó hace ya muchos años, cuando las dos trabajábamos en Servicios Sociales. Ya lo conté en su momento pero como ahora tengo nuevos seguidores que quizá no lo hayan leído y para que vean lo buenas personas que han sido Norma y sus hermanas lo vuelvo a contar, Creo que merece la pena y esto fue lo que me contó:

     Cuando Norma y sus hermanas eran unas niñas y vivían con sus padres en una casa a las afueras de su ciudad y muy cerca de un camino muy transitado por gente que se trasladaba a otros pueblos en busca de trabajo. La mayoría de las veces eran hombres acompañados por niños, según mi amiga, unas veces eran suyos propios, pero muchas veces eran prestados y robados. Estos hombres eran jornaleros temporeros y cuando se les terminaba el trabajo, se volvían a su lugar. Pero casi nunca volvían con los niños, los abandonaban o se los prestaba a otros trabajadores.

     Un día vieron que un padre con su niño de unos 5 años, se acercaba a la casa, les pidió agua. Pero cuando se dieron cuenta...el padre se había ido y el niño estaba sentadito en el suelo, como esperando.

     Solo sabía que se llamaba Juan y por allí se quedo merodeando. Cuando llegó la hora de la comida se acercó a la casa. Lógicamente la madre de mi compañera, aunque no le sobraba, le dio de comer. Llevaba como única vestimenta, una camiseta que le llegaba a las rodillas. Era curioso que el niño desaparecía de la vista de estas personas hasta la hora de las comidas. Como no sabían nada más de su nombre, empezaron a llamarle..."Juan Camiseta". Al ser asiduo a la mesa, decidieron dejarle un sitio donde dormir, así que ya tenía, comida y cama.

     Cuando "Juan Camiseta" tuvo 15 o 16 años...desapareció.

     Pasaron los años y un día recibieron una carta con varios pasajes de avión con destino Nueva York, la carta iba firmada por un nombre en inglés. Mi amiga y sus hermanas se pusieron muy contentas, pues aunque no sabían quien les mandaba los pasajes les apetecía mucho ir a Nueva York. Así que allí se presentaron estas buenas gentes sin saber a lo que iban.

     Cuando llegaron a su destino vieron que era el edificio de la O N U. Perplejas se quedaron, ¿Que iban a hacer allí?

     Fueron recibidas en un lujoso despacho por un mayordomo, al instante, un señor al que ellas no habían visto por estar este detrás de la puerta, les dijo:

     ¿Cómo están mis hermanas chilenas?

     Cuando se volvieron, vieron a un joven muy bien vestido al que ellas reconocieron rapidamente...era Juan "Camiseta", hoy...un importante ejecutivo de la O N U. 

     Juan "Camiseta" les presentó a su esposa e hijos y, nunca ha dejado de tener correspondencia y visitas a, como el dice...sus hermanas chilenas.


Siempre que me encuentro con Norma, pues vivimos en el mismo barrio, no se me olvida este caso, suceso o como le queramos llamar. Por otro lado siento mucha pena por lo que habrán pasado otros niños que no fueron tan listos como..."Juan Camiseta"


Quiero daros las gracias a todos los que me seguís por Facebook
 

lunes, 1 de marzo de 2021

Hace más el que quiere, que, el que puede

 

                                                               Ojos que no ven

         

      Esta mujer que se llama Wanda Díaz es, no todo un ejemplo, sino ejemplar a mi modo de ver. Ella siempre soñó con ser astronauta, ir al espacio, estudiar el universo y poder moverse entre galaxias y agujeros negros. Pero esto que pensaba ella en su infancia fue cambiando cuando, mientras estudiaba Física, le diagnosticaron una retinopatía diabética, enfermedad que la dejó ciega. ¿ Y qué hizo entonces?  ¿Claudicó?  ¿Renunció a su sueño?  En absoluto. Porque, aunque no podía ver las estrellas, sí podía "escucharlas".

     La astronomía se basa en entender el universo a través de los datos que podamos obtener de él y lo que hizo Wanda fue desarrollar, entre 2006 y el 2010, una ciencia llamada sonificación, que traduce los datos en sonidos de la misma manera que las notas de una partitura se traducen en música.  "Lo que la gente ha podido hacer utilizando la vista durante cientos de años, ahora yo lo hago usando el sonido", ha explicado la astrofísica.

     Gracias a la sonificación, no solo ella puede estudiar y analizar la información astronómica que recibe, sino que algunos institutos de astronomía del mundo también la están utilizando en sus investigaciones para la búsqueda de nuevas ideas que nos permitan conocer mejor el espacio exterior. Y es que con este método podemos descubrir más información de la que se obtiene sólo visualizando los datos, ya que aprovecha el sobre entrenamiento del oído de los invidentes para detectar patrones y referencias que los invidentes no percibimos, acostumbrados a depender demasiado del sentido de la vista.

     Además de sus investigaciones en astronomía, Wanda, que es de Puerto Rico, trabaja en el Observatorio Astronómico de Sudáfrica, está implicada en proyectos destinado a dar oportunidades laborales en el campo de la ciencia a personas con discapacidad, porque, como dice: "La ciencia es para todos y debe ser accesible porque todos somos exploradores por naturaleza".

     En definitiva, Wanda nos ha demostrado que cerrando los ojos, escuchando las estrellas y abriendo la mente, estamos más cerca de resolver los secretos del universo.

                    Aprovecho una frase que me ha mandado mi prima Palmira, dice así:

                    Las mujeres que han cambiado el mundo no han necesitado nunca mostrar otra cosa que su inteligencia.