lunes, 25 de mayo de 2020

Aperitivo de "Nachos"





                                                      Los "Nachos"

     Esta vez no han sido macarrones ni pasta de colores, esta vez han sido aperitivos: variados, eso sí, pero un montón de paquetes que no se quien se los va a comer. No se cuántos paquetes ha traído mi hijo, pues los ha escondido rápidamente en la despensa para que yo no los vea, pero ayer domingo dijo que me invitaba al aperitivo.
     Y como soy un poco repelente, lo primero que hice, después de probarlos, eso sí,( y estaban buenos), fue informarme cual era su origen, esto es lo que averigue:

     En 1943, un grupo de esposas de militares estadounidenses destinados en Fort Duncan se desplazó hasta Piedras Negras (México), para pasar la tarde.
     Después de una agotadora jornada, quisieron parar para comer algo, pero el único restaurante que tenían cerca estaba cerrado. Aún así, el mesonero, Ignacio "Nacho· Anaya, las dejó entrar e improvisó un platillo con lo poco que le quedaba en la cocina: unas tortillas.
     Las cortó en triángulos, las frió y las aderezó con queso. Y el resultado fue tan exquisito que, durante meses, las 12 mujeres acudieron cada semana a pedir "nachos".
     Su fama se extendió rápidamente por todo México y Texas y, en 1959, empezaron a servirse por toda América.
Aquí en España como siempre vamos los últimos en casi todo, pues los "nachos" también hace poco que han llegado, o yo, por lo menos no los he conocido.
     Claro que tampoco me importan mucho, ya que prefiero para el aperitivo o cualquier momento; unos taquitos de queso, unas rodajitas de chorizo y si me apuran un poco...jamón, lo mismo me da serrano que iberico, no les hago gestos a ninguno de los dos y los jóvenes modernos que sigan con sus "nachos".
     De todas maneras no le quito mérito a don Ignacio Anaya, pues yo también en algún momento y muchas amas de casa, hemos tenido que improvisar para dar de comer a alguien que se presenta en casa sin avisar.

     Ya que estoy puesta, voy a dar un consejo a los que van a comer sin avisar antes.
     Lo primero que tenéis que hacer es: llevar un par de kilos de chuletitas de cordero o unos buenos filetes de ternera y si me apuraís un poco: un jamón y dos quesos. Si, dos quesos, uno para que la señora de la casa lo parta en el momento del aperitivo mientras prepara la comida y el otro, para que dicha señora se lo quede y se acuerde de vosotros (para bien), mientras le dura el queso.

     Y ahora, como todos sabéis que estamos encerrados en casa por aquello de no contagiar ni contagiarnos de ese dichoso virus, también sabéis que han estado las iglesias cerradas y un cura ha contado un chiste que le viene muy bien al tema, dice así:

     Está el Demonio con Dios:

     El Demonio le dice:
    - He cerrado las iglesias. a lo que el Señor le contesta:
    -Estás equivocado, he abierto una en cada casa.

Esto hace alusión a que todos o casi todos hemos seguido las misas por tv.

Y para que no nos falte de nada, ahí va una frase muy hermosa:

     EL MUNDO NO ESTÁ AMENAZADO POR LAS MALAS PERSONAS, SINO POR AQUELLOS QUE PERMITEN LA MALDAD.

                      Albert Einstein.

lunes, 18 de mayo de 2020

Recuerdo tardío



                                              San Isidro rezando y su Ángel arando
 

 Este año, por motivos que todos sabemos, nos hemos quedado sin la gran fiesta de nuestro Santo Patrón, San Isidro. Pero aunque con unos días de retraso y como todos los años, no puedo dejar de ensalzar al bueno de Isidro.
     Todos sabemos que Isidro llegaba tarde al trabajo porque se entretenía en ir a misa, sus compañeros que eran un poco cotillos lo denunciaron al patrón por holgazán.
Juan de Vargas, que así se llamaba el propietario de la finca, lo quiso comprobar por si mismo y un buen día se escondió tras unos matorrales y vio con enorme sorpresa, "Que un Ángel araba mientras Isidro rezaba".
     A nuestro Santo Patrono se le atribuyen varios milagros que ya he contado varias veces, pero me viene a la memoria un recuerdo de mi niñez.
     Todo el mundo sabe que este Santo es muy venerado por los agricultores y le ruegan pidiendo lluvia para sus campos, pues bien.
     España es un país más bien seco y por lo tanto llueve poco, salvo raras excepciones. Allá por los años cuarenta y tantos que apenas llovió y teníamos, como se decía, "una pertinaz sequía" decidieron en Madrid sacar al santo en una procesión extraordinaria pidiendo agua.
    Mi padre y todos sus compañeros, Policías Municipales, tuvieron trabajo extra, pues siempre que había alguna aglomeración extraordinaria, eran ellos los que ponían orden.
    Cuando mi padre empezaba a vestirse de uniforme, todos estábamos viendo como lo hacía y lo guapo que estaba así vestido. Entonces nos dijo aquel día:
    -Si queréis ir a la procesión, os prometo un buen sitio.
    Antes de terminar la frase ya estábamos todos preparados.
    En la Plaza Mayor había una fila de sillas por donde iba a pasar dicha procesión.
    Papá nos colocó en una a cada uno y nos recomendó:
    -No os mováis de aquí, cuando termine el acto yo os recogeré.
    Estábamos sentaditos tan ricamente los cinco, después fuimos siete, cuando empezamos a ver el principio de la procesión.
    Primero las niñas y niños vestidos de comunión. Después iban las Manolas (señoras vestidas con mantilla, les seguían las autoridades encabezadas por el Alcalde, que por entonces era el Conde de Mayalde, le seguía el señor Obispo, muchos curas, muchos concejales y...mucho de todo.
    Por fin vimos aparecer la imagen de San Isidro, que iba sobre unas andas portadas por varios hombres. Además estaba muy bonita adornada con flores.
    Todo el mundo muy recogido, rezando y cantando canciones religiosas para que el Santo nos mandara agua, que mucha falta nos hacía.
    Yo creo que el Santo se cansó de oirlos, porque cuando estaba todo el mundo en el centro de la Plaza...empezó a caer una tromba de agua que la gente no sabía donde meterse, no llovía...jarreaba.        Tal es así, que el Alcalde salió corriendo detrás del Obispo que corría con las sayas remangadas.          Las niñas de blanco corrían despavoridas buscando refugio. Corría el acompañamiento, los que habían ido a verlo y por fin...los que llevaban las andas a hombros con San Isidro, lo dejaron en el suelo y corrieron hacia los soportales de la Plaza.
    ¡¡Pobre San Isidro!!
    Además de concederles el agua que con tanto empeño le pedían...lo abandonaron en mitad de la Plaza Mayor...¡Que ingratos!
    Mis hermanos y yo, como nos habían dicho que no nos moviéramos de las sillas, aguantamos la tromba de agua...no fuimos obedientes...fuimos tontos.
    Por temor a ganarnos una regañina si nos movíamos...nos ganamos una zurra por no protegernos de la lluvia.

    No se si se acordarán mis hermanos, pero hoy que ya han pasado muchos años lo recuerdo con añoranza.
    Si cierro los ojos, veo la escena y sonrío.



lunes, 11 de mayo de 2020

Un hombre arrepentido




                                                 Paisaje Asturiano

     He estado recordando, pues tengo mucho tiempo para recordar, y con las cosas que nos están pasando en el mundo, creo que esta historia nos animará un poco.

     Se trata de un hombre llamado Manuel Viego, vivió lo que el dinero, el sexo y la droga tenían para ofrecerle. Hasta que encontró a Dios:
     Cuenta él. Mi familia era católica, pero yo tuve la mala experiencia con la iglesia en mi infancia y me alejé de Dios.
     A partir de los 16 años yo trabajaba y tenía dinero. Me dieron a probar porros, me hacían sentirme bien, me evadía. Fui comercial, trabajé en la construcción, ponía música en discotecas...ganaba mucho dinero y durante años lo gasté en fiestas. Fuí a más, me metía de todo, muchos ácidos, a veces esnifaba Coca.
     Como muchos buscaba ser feliz en el placer. Estuve con una chica, luego con otra...Al cabo de unos años, me fui de fiesta a Tenerife en la Semana Santa de 1992. Solo vi el Teide y el mar de lejos.
     Me junté con unos conocidos en un apartamento. Toda la noche estábamos de juerga, de día dormíamos o estábamos en el Jacuzzi y la Sauna.
     La noche del Viernes Santo nos pusimos hasta arriba, sobre todo de ácidos. Me sentí muy mal, me dí cuenta que nada de aquello me hacía feliz.
     Pensé que iba a perder la razón, que nada en la vida tenía sentido. Entonces vi una iglesia cerrada y pensé que a lo mejor mi madre tenía razón y que Dios existía. Me dió por hablar con Dios.
     -"Si existes este es tu momento", le dije, "he hecho de todo y no consigo ser feliz".
     Pensé rezar pero no sabía el Padrenuestro cambiado. Pero si recordaba el Ave María, así que recé a la Virgen. Y resultó que Dios existía. Sentí que Dios estaba a mi lado, que me acompañaba y me decía "levántate y anda".
     Esa experiencia me cambió.
     Al día siguiente Sábado Santo, fui a una iglesia, consulté los horarios de misa, hable con un sacerdote y me pareció que todo eran mensajes de Dios para mi.
     Poco después hice un cursillo de cristiandad en Covadonga, allí descubrí que Dios no juega con las personas que nunca dejó. Intenté vivir en cristiano con mi pareja. Hubo ruptura, claro. Cada vez que hay un problema lo quiero solucionar en la cama...
     Más adelante fui a un retiro en Toledo, fuí por una semana y me quedé tres años.
     Empecé a estudiar en el Seminario de Sigüenza, luego en el de Oviedo. Ahora tengo a mi cargo tres parroquias en Castropol, Asturias.

     Se ordenó sacerdote el 3 de abril de 2005, Manuel Viego fue durante un tiempo pastor de 14 parroquias de la montaña asturiana. Su casa es grande, siempre está llena de gente y suele decir que "Se acaba antes el picador que la mina", es decir, que los goces no llenan, que solo Dios llena al hombre.

     Este sacerdote, al que ví hace unos años, debe de estar cerca de los 60 años, estaba fuerte y robusto, se le notaba en la cara algo de lo que había pasado pero no deja de estar atractivo a los ojos del hombre y creo que mucho más a los de Dios.

     Me ha parecido una bonita historia para el mes de mayo, pues seguro que la Virgen le escuchó.

lunes, 4 de mayo de 2020

Día de la madre Y Comunidad de Madrid




                                                    Flores para las mamás.


         Lo primero felicitar, aunque con retraso, a todas las madres y abuelas.

Después de unos días un poco agitados con, el día de la mama, el día de la comunidad de Madrid y el dichoso virus ese que nos trae a mal traer, me he encontrado con unos hombres que le deben a su mami lo que fueron.
       Empezaré por un tal Maurice Maeterlinck que dijo una frase muy bonita:

Todas las madres son ricas si aman a sus hijos. No hay madres pobres, feas ni viejas. El amor que brindan siempre da gozos mas inefables.

"Partió el pan en dos partes y lo dió a los niños, que comieron con avidez".
-No guardó nada para ella, gruño el sargento.
-Es que no tiene hambre- aventuró el soldado-.
-Es que es madre, añadió el sargento.

Esta frase es de Víctor Hugo.

Mi madre decía:
-Si te haces soldado, llegarás a general: Si te haces monje, terminarás siendo Papa.
-En vez de eso me hice pintor, y terminé siendo Picasso.

Esta frase no es difícil adivinar quien la dijo...

Esto seguro que lo sabéis todos, pero por si alguien no se acuerda, ahí va:

En cierta ocasión un niño parcialmente sordo volvió del colegio a su casa; llevaba una nota de la dirección, la cual recomendaba que los padres lo sacaran del centro docente, ya que "era demasiado falto de inteligencia para aprender".
La madre leyó la nota y dijo:
-Mi hijo Tom no es falto de inteligencia para aprender. Yo misma le enseñaré.

Este niño se llamaba, Thomas Alva Edison.

Cuando Tom murió muchos años después, los estadounidenses le rindieron un homenaje apagando todas las luces del País durante un minuto. Pues además de haber inventado la lámpara incandescente, el fonógrafo y un rudimentario proyector de películas. En total Thomas Alva Edison patentó mas de mil inventos. Su frase fue:

"A MI MADRE LE DEBO LO QUE SOY"


Después de ver como estos grandes hombres reconocieron a sus madres, pasemos un poco a contar como fue el día de la Comunidad de Madrid:

Si en otras ocasiones ha habido una parada militar, imposición de muchas medallas, discursos por aquí y por allí, pues bien, el día 2 de mayo del 2020, no hubo nada de esto. ¿Por qué? Pues porque un maldito virus que nos ha llegado de un País lejano y ha infectado a todo el mundo, nos ha dejado sin ganas de nada.
     Si estaba la corona de laureles a los héroes del 2 de mayo de 1808, esta vez portada por dos sanitarios, que, con lagrimas en los ojos, subieron la tarima para ponerla en la placa que acredita dicho acto.
     Estaban en la Puerta del Sol, en vez de tribuna con público.
 Militares y policías, Bomberos, Sanitarios, Médicos, enfermeros y taxistas, estos habían llevado a muchos enfermos a distintos hospitales totalmente gratis.
     A pesar de que todos ellos llevaban mascarillas, a mas de uno se le veía llorar y caerle las lagrimas por debajo de las mascarillas.
     En un momento, empezaron a sonar las sirenas de los coches de la policía, las ambulancias y los bomberos. Todo esto lo vi este año a través de la televisión, pero mis lagrimas tambien  me empañaron las gafas.
No se el tiempo que durará esto, mi hijo y yo no salimos de casa, yo sobre todo yo. Seguiremos esperando el fin de la Pandemia.