lunes, 29 de julio de 2019

Mi paisano Ilustre

 
 


                                                     Monumento a Bahamontes.

Hago un homenaje a mi paisano, Federico Martín Bahamontes, que cosa curiosa su verdadero nombre es Alejandro. Pero como su tío se empeñó en que se llamara como él, se quedó con el nombre de Federico. Aunque oficialmente consta como Alejandro, ni él mismo se reconoce y es Federico para todo el mundo.
Vivía con sus padres en el Cigarral de Montoya (Toledo), ya que estos, eran los guardeses, acudió al colegio de Tavera, pero cuando empezó la Guerra Civil, la familia se fue a Madrid.
 Llegaron andando hasta la Ciudad Universitaria. Allí vivieron bajo una lona durante una semana hasta que una tía los acogió.
Al acabar la guerra, la familia volvió a Toledo, trabajaban en lo que podían. Federico fue aprendiz de carpintero, cuidó vacas y trabajó en el campo.
 Con una vieja y pesada bicicleta de su padre llevaba encargos por las casas.
En una de mis muchas visitas a Toledo, en cierta ocasión un amigo de mi padre me contó que no le extrañaba su dominio de la bicicleta pues recorría Toledo haciendo recados con mucha velocidad.
Los que halláis estado en esta hermosa ciudad, sabéis las cuestas que tiene y no hace mucho estaba toda empedrada, ahora ya tiene mejores calles.
Hubo un tiempo que hasta fue estraperlista. Según cuenta él mismo:
>"Yo bajaba a Torrijos a por pan y harina y, a Galvez, a por garbanzos. Hacía todos los días 60 o 70 kilómetros cargado hasta con 50 kilos y sorteando a la Guardia Civil. Lo que yo compraba a 2 pesetas mi madre lo vendía a 5"<
Cuenta que no comían más carne que la de los gatos que él mismo mataba con un tirachinas o a palos por las noches.
Espero que no pongan el grito en el cielo a los que les gusten los gatos. Sabed que el hambre es muy mala.
Se compró su primera bicicleta por 30 duros, la cual no tenía cambios.
Así empezó esta Gloria Nacional.
Me contaba mi tío Eustaquio, gran aficionado a las bicicletas desde muy joven, que en una carrera (Toledo-Puente del Guadarrama-Cabañas de la Sagra-Toledo), cuando llegaba cerca de Villaluenga de la Sagra, donde vivía mi tío, se le escacharró la bici, entonces, en bueno de Eustaquio, le dio su bicicleta para que terminara la carrera y según me contó, ganó. No iba a ser menos.
Aunque vivo en Madrid desde que tenía 3 añitos (solo hace unos días), no me olvido de Toledo donde nací. Voy muy a menudo, sobre todo en Semana Santa a ver las procesiones. Una que me encanta es la de El Cristo de la Vega.
Dicho todo esto, ayer me llevé un gran disgusto cuando vi a través de Facebook que unos desalmados habían destrozado la estatua de mi paisano ilustre, sita en el Paseo del Miradero (en Toledo), hecha de bronce, muy merecida, y de la que muchos toledanos estábamos orgullosos.
  ¡¡¡Oh!!! Que mala es la envidia.
Hoy, Federico tiene 91 años y según algunos justifican el destrozo del monumento, a, que el ciclista cuenta "batallitas".
Pues como todos los mayores, que contamos nuestras experiencias y a más de uno les gusta. ¿O no?
Vale.

lunes, 22 de julio de 2019

Mi amiga La Samaritana

 
 
 

                        Invernadero hecho donde hace años llegaban trenes.

Ya quisiera ser yo la mitad de buena que son mis amigos. Ya sabéis muchos como es Victor, pues bien, esta amiga de la que os voy a hablar, es igual de buena persona cuando se trata de ayudar a alguien y mucho mas si es con mendigos.
Más de una vez cuando hemos ido a visitar a Jesús de Medinaceli, donde, no se de donde salen tantos mendigos, me ha dejado plantada para ir a comprar algún bocadillo y una lata de refresco para algunos de ellos.
En cierta ocasión que llegamos cuando la iglesia ya estaba cerrada y viendo solamente a un hombre en la puerta pidiendo limosna, enseguida me dejó sola, como de costumbre, entró en una tienda, compró el consabido bocadillo con su lata de refresco y cuando salió a reunirse conmigo, el buen hombre había desaparecido.
Como ya eran más de las 2 de la tarde, dimos la vuelta a la esquina y vimos un mendigo que no era el que buscábamos. Sin decir nada, le plantó la comida en la mano, yo le di una moneda y nos marchamos. El hombre se quedó mirando lo que le habíamos dado, perplejo. Cosas como esta las ha hecho, las hace y seguro que las hará.
Lo que voy a contar ahora ha sido con su autorización, porque esto, ya riza el rizo.

Me ha contado que estando ella y su marido en la estación de Atocha haciendo cola para sacar billetes para el AVE, se sentó, pues la espera era larga.
De pronto, ve que la señora que estaba a su lado se inclina hacia adelante. Ella le pregunta si se siente mal y esta le dice que si, que donde hay un servicio que va a vomitar.
Sin pensárselo dos veces le dice a su marido que va con la señora a los servicios. Él, conociéndola le dice que a ver si se va a meter en un lío. Total, no hace caso y acompaña a la señora o señorita a los servicios de la estación.
Rapidamente la mujer entra, cierra con cerrojo y empieza a vomitar, o por lo menos eso parecía. Mi amiga le dice que no cierre pues si se marea ella no podrá ayudarla. La mujer abre la puerta y mi amiga ve que los dedos de las manos los tiene desplazados hacia un lado...sigue vomitando.
Cuando salen del servicio se les cerca un señor que dice ser policía y pregunta que le pasa. La mujer empieza a decir, me muero, me muero.
Este hombre con mi amiga buscan una farmacia. La hay en la misma estación y a ella se encaminan.
Nada más entrar, el policía se identifica y le dice a la farmacéutica que cierre la farmacia al público, así o hace mientras la mujer solo decía, me muero, me muero. En esto, el policía le dice:
-Tu no te vas a morir.
Saca una bolsa de plástico, la infla y le dice a la enferma que respire. Esta lo hace, mientras tanto, el hombre saca un Walkie Talkie, hace una llamada y mientras la enferma se va recuperando y sus dedos se van quedando normales, aparece una ambulancia de la Cruz Roja, médicos, enfermeras de uniforme y no se cuantas cosas más.
Por supuesto que acuden policías y acordonan todo el invernadero que está situado en lo que antiguamente era la entrada de los trenes que llegaban a Madrid procedentes de Andalucía y Levante.
A todo esto mi amiga seguía allí pues el "señor policía" la autorizó a estar presente ya que había sido ella la primera en auxiliarla.
Cuando sacaron a la señora enferma para meterla en la ambulancia, mi amiga estaba ya fuera del cordón policial, pero, buena es ella para quedarse sin saber como iba a ser el final de la odisea, pues la señora solo decía que quería ver a sus niñas que estaban en Valencia y allí se dirigía.
Desde una corta distancia, mi amiga le hizo señas una de las enfermeras y le dijo que la señora no podía viajar sola en las condiciones que se encontraba y ella estaba dispuesta a llevársela a su casa hasta que estuviera bien del todo.
 Entonces le contestó que no se preocupara que no iba a viajar sola iría acompañada por un policía.
No obstante, mi amiga le pidió un telefono para interesarse por ella...se lo dieron.
Cuando mi querida amiga, después de ver que todo se había solucionado y fue a buscar a su marido, este, al pie de la cinta esa que ponen para que no pase nadie, le dijo.
-Tu siempre metiéndote en líos, un día vamos a tener un disgusto...¿Has visto la que se ha armado?
Pero no creáis que aquí terminó la cosa, no, al día siguiente, mi amiga llamó por telefono al número que le dieron, habló con la enferma que ya estaba recuperada, según ella en Valencia.
Al preguntarle mi amiga que si había viajado sola, esta le contestó que no, que había ido en el vagón de la policía custodiada por varios agentes...

Mi amiga sigue siendo muy buena e inocente, pero yo, que me veo todas las películas de Colombo, este asunto no lo veo claro.
He pensado que esta señora era una policía de servicio, incluso una espía a la que han tratado de envenenar.
Creo que me voy a dedicar a escribir novelas policiacas a ver si emulo a Ágata Christie.

lunes, 15 de julio de 2019

Rara y miedosa

 
 



Ya he vuelto de mis vacaciones y tengo que decir que reconozco que soy muy rarita. ¡Estaba loca por llegar a Madrid!
Nada más llegar y para seguir un poco más de vacaciones, se le ocurre a mi hijo decir que vamos al teatro, a la piscina y a no se cuantas cosas más. Pues bien, no acepto ninguna, le pongo pegos a todo y muy especialmente al teatro.
¿Qué se me ha perdido a mi en el teatro? Echo mano de mis archivos para convencerle de que en varios teatros de Madrid hay fantasmas, sí, sí, como lo digo...fantasmas.
Aunque es muy castizo y muy bonito, el primero que me viene a la mente es el teatro Eslava. Aquí, ocurrió algo muy trágico. Muchos lo sabéis, pero yo de todas maneras lo cuento:

Todos los teatros quieren tener un fantasma en su interior y el legendario teatro Eslava no podía ser menos. El los felices años 20 del siglo pasado se encontraba en todo su esplendor, influenciado por los dramaturgos parisinos. Estrenar en sus tablas era un honor que había encumbrado a Valle - Inclán, Jacinto Benavente o Manuel de Falla.
Esas ansias de tocar el cielo del viejo Eslava tenían enfrentados a dos directores jóvenes con talento como Alfredo Vidal y Antón de Olmet, que se disputaban el cartel de la marquesina.
Vidal estrena antes y fracasa estrepitosamente. Por aquel entonces rondaba a una bella dama que viendo el resultado decepcionante de su obra coquetea con Olmet que está a punto de estrenar la suya.
Vidal - celoso del éxito amoroso y artístico de su rival - se presenta en los ensayos de Olmet donde se encuentra tambien la mujer en disputa.
Empieza la pelea y Olmet trata de asfixiar a su contrincante pero este es más rápido. Le dispara a bocajarro en el estómago dejando al pobre Olmet desangrándose en brazos de su amada.
Vidal pasará tres años en la cárcel pero la condena de Olmet ha sido eterna,  vagando entre las bambalinas del teatro en pleno estreno de una nueva obra, paseando entre los actores sobre las tablas y en algunas noches disfrutando de las noches VIP en la reciente Joy Eslava.

Como no me ve muy animada me dice que entonces vamos a los teatros del Canal...¡Ja! le digo, ahí hay más fantasmas pues los teatros estan hechos en un solar que antiguamente era un cementerio y se dicen cosas horribles...me deja por imposible...