Una "Cascanta"
Lo primero que voy a decir: la palabra "Cascanta" no está en el diccionario de la Real Academia de la lengua española.
Si existe Cascante y es un municipio y una ciudad española de la Comunidad Foral de Navarra, situada en la Rivera de Navarra, cerca de Tudela y a 104 km. de Pamplona.
Dicho todo esto, digo y afirmo que la susodicha palabreja "Cascanta" la inventó mi madre. Mi madre no tenía mucha cultura pero si mucho sentido del humor.
Esto que cuento viene al caso porque hay un par de señoras Políticas que aparecen mucho en las televisiones, en el Parlamento y en todos los periódicos y lógicamente no paran de hablar y hablar y siguen hablando mucho.
Cada vez que las veo por tv. siempre a la hora de comer, si estoy sola cambio de canal, pero cuando comemos los fines de semana mi hijo y yo, me trago todo lo que dicen, yo las llamo "Las Cascantas".
Aunque según mi hijo y mucha gente más creo que dicen las cosas muy claras...
Uno de estos días me pregunta mi "nene" que de donde me he sacado esa palabra. Lo mismo que voy a hacer ahora, hice ese día, contarlo.
La cosa ocurrió allá por los años 50, total, hace poco.
Mis padres, mis hermanos y yo claro está, nos mudamos a un piso nuevo muy bonito y más grande que en el que vivíamos.
Estaba situada en el lado contrario, o sea, vivíamos en el sur y este piso estaba al norte.
Los mandó construir el Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid para sus empleados.
Ya he contado muchas veces que mi padre era policía Municipal, pero tambien fueron agraciados: motoristas, escoltas y barrenderos, (como se ve, no había discriminación de empleo).
"La colonia" como la llamábamos estaba siempre vigilada por unos señores de uniforme, los cuales también vivían allí y los llamábamos "Los vigilantes. Ni que decir tiene que estábamos bien vigilados y protegidos (aunque entonces no había muchos asaltos), por lo menos donde yo vivía.
Como ya he dicho en algunas ocasiones, mis padres eran muy simpáticos, acogedores y agradables al trato.
Enseguida hicieron amigos pues todos trabajaban para el mismo "jefe".
Con los que más se juntaban, era con un matrimonio muy agradable. El señor era barrendero e hizo buenas "migas" con mi padre. Tal es así, que casi todas las noches subían a casa a charlar un rato, poner "verde" al Alcalde de turno porque no les subía el sueldo y charlar, charlar y charlar.
La que más charlaba era la señora, que no me acuerdo como se llamaba porque ahí, es donde entra mi madre que le puso el nombre de "Cascanta".
El señor si recuerdo que se llamaba Cristóbal, porque su señora esposa solo sabía decir, "mi Cristóbal por aquí, mi Cristóbal por allá".
Como casi todas las familias de aquella época, comíamos y cenábamos todos juntos. Comíamos cuando salíamos de los colegios y cenábamos cuando llegaba papá después de su trabajo.
Pero ocurrió que ..."Mi Cristóbal y la Cascanta" llegaban de visita cuando íbamos a empezar a cenar.
Mi madre nos decía que esperáramos. Pero claro, la espera se hacía cada vez más larga, porque la "Cascanta" no paraba de hablar y los demás escuchando.
Yo apenas me acuerdo de qué hablaban pues estábamos deseando que se marchasen para cenar. Algunas veces mi madre ponía la cena a los más pequeños en la cocina.
Todos, incluido mi padre que después de estar toda la tarde dando paso a los coches y peatones, estábamos hambrientos y deseando que "mi Cristóbal y la Cascanta se marchasen, pero todo fuese por la amistad.
Los tres hermanos mayores creíamos que sabíamos mucho, leíamos escuchábamos la radio, en fin....
Un día, uno de mis hermanos dijo que se había enterado que cuando querías que se fuera una visita no deseada solo tenías que poner una escoba con el palo hacia abajo detrás de una puerta y ¡zas! la visita se iba.
Aquel día, mejor dicho, aquella noche ya estábamos aburridos, hambrientos y cansados. Entonces aparece uno de mis hermanos con la escoba hacia arriba. Los tres mayores no echamos a reír, mi madre, con los ojos nos comía. No le hicimos caso, pusimos la escoba detrás de la puerta y...en ese momento dice la "Cascanta":
-Vámonos Cristóbal que los niños están solos.
No se si será casualidad, superstición o lo que sea, el caso es que funcionó. Así, que todas las noches en cuanto veíamos aparecer a "Mi Cristóbal y a la Cascanta", alguno cogía la escoba. Cuando se lo contamos a mi padre, no paraba de reír y en cuanto llegaban los vecinos, si no habíamos cenado, se sacaba la escoba. Y os digo que funcionó.
En homenaje a "La Cascanta".
Llega el niño a casa de su tía y le dice:
-Tía, enséñame el pájaro.
La tía le dice:
-Bonito yo no tengo mascota.
El niño responde:
-Es que ha dicho papá:
¡¡
-Vamos a ver a la cotorra de tu tía!!...