lunes, 9 de abril de 2018
Las aceitunas adobadas
Tengo en la despensa botes y tarros de aceitunas de varias clases, negras, verdes, adobadas, sin adobar, con anchoas, sin anchoas, en fin más de las que quizá me coma.
La cosa empezó porque le conté a mi hijo lo que me ocurrió con unas aceitunas allá por mis años mozos. Es una tontería, nunca lo conté a nadie por la poca importancia que tiene pero se lo conté a mi hijo y a mi amiga Piruja. Uno me llenó las despensa de aceitunas. La otra, primero le causó gracia, después, pena.
Y ahora, para que nadie se intrigue, se ría o llore, ahí va la anécdota:
Esto ocurrió estando yo haciendo el Servicio Social en el año 1954. Estaba preparándome para unas oposiciones de Telefónica Nacional de España. ¿Verdad que el nombre ya es bonito? Pues bien, entre toda la documentación que exigían, una de las cosas era, tener hecho el SS. o prometer hacerlo.
Algunas de las señoritas opositoras lo habían hecho, otras no, entre las que me encontraba.
Juré, prometí y me comprometí a hacerlo.
Como las clases eran por la tarde empecé mi Servicio Social por las mañanas.
Los primeros tres meses me tocó en una clase de cocina, otra de canto y alguna más de cultura general, lo del canto y la cocina lo aprobé por los pelos. Los siguientes tres meses (pues eran seis meses el servicio), lo hice en un taller de bordados de Lagartera. De ahí que alguna mantelería de mi ajuar iba bordada por mis manitas, que dicho sea de paso, me quedaron preciosas.
La anécdota ocurrió en este taller de bordados:
En él había grupos de seis u ocho chicas. Unas hacían las servilletas y otras se repartían el mantel.
Éramos jóvenes de todas las condiciones sociales, unas porque nos lo exigían para los estudios. Otras eran "niñas de papá" que las mandaban para tenerlas entretenidas unas horas. Tengo que decir que con todas las chicas que coincidí me llevé muy bien, todas eran estupendas y sobre todo muy educadas.
En aquellos años varias de mis compañeras fueron hijas de Ministros, del Cuerpo Diplomático y de muy alta alcurnia económica. Una de ellas era familia del entonces Ministro Girón que siempre iba a la par del Caudillo, pero como digo, todas eran chicas estupendas.
Entrábamos a clase a las 10 de la mañana y hacíamos un descanso para comernos el bocadillo sobre las 11.
Aquí entran las aceitunas:
Yo llevaba mi "bocata" de casa, pero estas niñas tan pijas, iban con su bolsito, sus zapatos de tacón y...dinerito de sobra.
Cuando la profesora nos daba permiso para comer el bocadillo, estas niñas salían a comprárselo, llegaban a una panadería y después a un charcutería y les llenaban el pan del fiambre que ellas elegían. Entonces conocí yo la cabeza de jabalí, el jamón de York, el salami, la sobrasada, etc.etc. además...compraban un gran papelón de aceitunas.
En casa lo que más comíamos era el chorizo, el queso o el salchichón de Vic, lo demás debía de ser prohibitivo para el monedero de mi madre.
Cuando ya estábamos todas juntas con nuestros respectivos bocadillos sentadas a la mesa, que antes habíamos quitado la labor, entonces, ponían el paquetón de aceitunas en el centro y todas las que comían pagaban a escote dicho extra.
Entonces yo, el primer día, dije:
-Muchas gracias, pero no me gustan las aceitunas.
Ya no tuve que dar más explicaciones, desde ese día, yo sacaba mi bocadillo de queso, chorizo o salchichón de Vic y, miraba como se comían una tras otra el montón de aceitunas.
Jamás se lo dije a mi madre. Bastante hacía poniéndome un bocadillo y dándome un duro diario para el metro, pero estoy segura que si lo hubiese sabido me había dado algo más de dinero para que yo comiese aceitunas.
En casa cuando mi madre hacía ensaladas añadía aceitunas negras y como era muy buena cocinera, algunas veces hacía unas sopas riquísimas con aceitunas verdes, en ambos casos comíamos las que sobraban y...hasta otra.
Hace unos días en una conversación telefónica con mi amiga Piruja me oyó mi hijo y al terminar me hizo que se lo contase, yo creo que le dio pena de aquella jovencita que no quería pedir a su madre más dinero, bastante tenía la pobre con poner comida para tantos, pues éramos 6 hermanos ( aún faltaba otro que vino al mundo cuando yo tenía 20 años).
El caso es que ahora no me faltan aceitunas. Las que más me gustan son las negras, me las compra mi hijo sin hueso y todo...
¡Ah!, pero no termina aquí la cosa. El fin es, que gane la oposición, pero... había 800 plazas en Madrid y 600 en Barcelona. Me toco plaza para Barcelona y...mis padres (mejor dicho mi madre), no me dejaron ir a la Ciudad Condal, pues en aquellos tiempos los hijos obedecíamos lo que acataran nuestros padres, así fue como después de tanto estudiar, me quedé compuesta y sin trabajo, menos mal que al poco tiempo encontré trabajo de secretaria en una Gestoría.
Diría muchas cosas más, pero lo dejo para otro día.
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Menudas historias de tus años mozos :)
ResponderEliminarPor cierto mi mujer (q.e.p.d) hacía unas aceitunas mallorquinas estupendas.
Un abrazo.
Seguro que todos tenemos muchas historietas en nuestro haber.
EliminarSeguro que tu esposa (q.e.p.d.) hacía muy buenas aceitunas. También mi querida suegra las hacía muy ricas.
Un abrazo Alfred.
Qué disfrutes de tus aceitunas. Un beso.
ResponderEliminarGracias Susana, las degusto de vez en cuando, sobre todo las negras.
EliminarUn beso
Fuiste una chica muy valiente, Ma de los Angeles! Te merecés tener tu alacena llena de aceitunas! Y me causa mucha gracias que dos palabras que allá tienen uso corriente acá las tenemos como "malas" por el mal hablar pienso, Con... por el nombre tan común femenino allá, y pi... que ahora la utilizaste para decir que las chicas eran muy finas no? Un abrazote!
ResponderEliminarP.D. Y te cuento hoy cumplo años: SETENTA Y DOS!!!!!!
Lo primero, ¡¡FELICES TUS PRIMEROS SETENTA Y DOS AÑITOS!!
ResponderEliminarMaría Cristina,creo que te refieres al nombre de Concepción que al diminutivo vosotros le dais un nombre grosero (perdón), pero como bien dices aquí es muy frecuente llamar a las mujeres que llevan ese nombre, Concha o Conchita.
El otro, o sea PIJA, se les suele llamar a las chicas o mujeres muy elegantes, con dinero y bien vestidas, la verdad es que lo usamos mucho.
Cada "maestrillo tiene su librillo" dice un refrán, y los idiomas al pasar de los años cada uno le da el tono que le apetece.
Espero que no te haya ofendido con mis aclaraciones, si es así te pido perdón.
Un abrazo bien fuerte y que pases un día muy feliz.
Gracias Ma de los Angeles, lo estoy pasando muy bien con muchos saluditos! Y para nada me molestan las palabras, cada país tiene sus modismos, y hay muchas otras de habla hispana en diferentes países que también se las traen! Un abrazote!
EliminarSigue con tu celebración querida Maria Cristina, lo dicho, que cumplas muchos más. ¡Todavía eres muy joven guapita!
EliminarUn fuerte abrazo.
Entrañables recuerdos de aquellos años, aunque de algún modo un poco tristes. También recuerdo aquellos bocadillos de york o salchichón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Quizá fueron en algunos momentos tristes pero tambien tuvimos la suerte de jugar en la calle, ir al cine con los amigos o hermanos y comernos un rico bocadillo. ¿Sabes una cosa? Yo todavía me como un bocadillo muy a menudo, ¡me encantan!
EliminarUn abrazo Matías.
Me encantan las aceitunas así que si voy por tu casa te invado la despensa Je,je........Unos recuerdos muy bonitos , yo también hice el Servicio Social pero a mí me mandaron hacer una canastilla de bebé que la podía hacer en casa y claro mi madre fue la que se encargó de hacerla pero el certificado de que lo había hecho me lo dieron a mí y todavía lo conservo. Hace poco hablando con una amiga sobre este tema me dijo que no sabía lo que era y que en el Pais Vasco ( de allí es mi amiga) no se hacía, yo le dije que eso era imposible pues se hacía en toda España y que para muchas situaciones lo exigían, ella se quedó un tanto incrédula así que me metí en Google y le enseñé los resultados y se dió cuenta de que yo tenía razón. En mi casa lo hicimos las tres hermanas y mi hermano hizo el servicio militar Universitario.Besicos
ResponderEliminarCon gusto te abriría botes y tarros...Lo del Servicio Social fue una cosa muy bonita por lo menos para mi,no aprendí nada malo y me encantaba ver a todas las profesoras con su camisa azul y algunas veces, con la boina roja.
EliminarTambién hicimos la canastilla, que la teníamos que pagar entre todas, yo hice muchas camisitas pero las que hicieron el faldón, lo hicieron de maravilla, era precioso. Tienes razón, el Servicio Social se hizo en toda España, que entonces era...Una Grande y Libre.
Querida Charo, echemos pelillos a la mar y sigamos con los tiempos que nos ha tocado vivir. Claro que, nosotros tenemos la suerte de haber estado en las dos generaciones, ¿Verdad?
Un besito
Siempre tienes una buena historia que contar. Algunas hilarante y otras como esta; algo seria. Quizás todas esas cosas por las que pasaste y que hoy sirven como anécdota, tuvieron que ser algo duras, pero tambien son parte de tus valores. Una hija conciente y que sabia valorar el esfuerzo de tus padres. Algo que deberian de aprender las generaciones actuales, que lo tienen todo, de manera facil y con solo abrir la boca.
ResponderEliminarUn beso muy grande y un abrazo bien fuerte. Ya tomare por asalto esa despensa, para darme el atracón de mi vida con esas aceitunas, que son mi pasión.
Tus palabras son siempre alentadoras. Aunque no lo creas, no fue tan malo pues no lo recordaría con gracia. Si había carencias pero no todo era malo. Ahora me parece precioso ver a mi madre repartiendo la comida mientras nos reíamos de cualquier cosa. Las comidas las hacíamos todos juntos, sin tv. ni radio que nos importunara, en fin, lo recuerdo con nostalgia. Ahora almuerzo sola de lunes a viernes y muchas veces recuerdo a mis hermanos y los veo junto a la mesa redonda que había en el enorme comedor de casa de mis padres, ellos incluidos...ya no están y los hermanos repartidos por Madrid y sus alrededores, uno de ellos en Alemania.
ResponderEliminarBueno, en vez de respuesta esto parece una editorial, pero como eres periodista y escritor me comprendes.
Un abrazo como los tuyos y un besito español.
¡OLEEEEE!
Eliminartodo un estupendo relato Maria De Los Angeles donde las aceitunas son un estupendo aliado para acompañar y verla vida discurrir , desde mis horas rotas te invito a visitarme y espero te agraden , saludos .jr.
ResponderEliminarHola Jose Ramón, gracias por tus palabras, bienvenido y por supuesto que voy a visitarte. espero que sigamos en contacto.
EliminarUn saludo afectuoso.
Hola Mª Angeles, como te conté, yo también hice el SS ya que me quería sacar el carnet de conducir y si no lo tenia no podía sacármelo, asique no me quedo mas remedio y el caso es que fue el ultimo año que se exigía hacerlo mecachis:), pero bueno yo también me lo pase muy bien, aunque yo lo hacia por la tarde despues de salir del trabajo, allí lo que comíamos era lo que se cocinaba en la clase de cocina y muchas veces como no te espabilases te quedabas sin probarlo jeje.
ResponderEliminarLo tuyo como bien dices me hizo gracia lo que les contestaste, pero luego penilla por el motivo, ahora tienes a tu hijo que te lleva de todas para que no te falten mas:), bueno deja alguna eh? jeje.
Besos.
No te libraste por los pelos, pero estoy segura que te gustó y lo recuerdas con cariño.
EliminarEn la clase de cocina yo tampoco probé nada, no soy de las que se colocan las primeras para coger lo que sea. Lo mismo me pasaba cuando iba con las monjas, nunca me peleaba para subir a los autobuses, así me paso una vez, que íbamos a Covadonga y por subir la última me toco ir todo el viaje en un asiento de pasillo. Bueno esto ya te lo contaré en otro momento, o quizá lo "casque" en alguna entrada, jajaja.
Un besito Piruja.
Hola Mª Ángeles, estoy segura que si hiciéramos una encuesta, todo contaríamos historia como la tuya, antes valorábamos más las cosa, que ahora. Se suele decir que de toda experiencia se aprende algo bueno, el aprendizaje, se desarrolla al descubrir el mundo por uno mismo y siempre basado en la propia experiencia.
ResponderEliminarUn calido abrazo!
Hay un dicho, que no se quien lo dijo, que dice:
Eliminar"Todo ser humano tiene el deber de tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol"
Yo he cumplido, así que ya sabéis lo que tenéis que hacer. No es malo contar nuestras vivencias.
Un fuerte abrazo Cristina.