lunes, 30 de marzo de 2020

A buen juez...mejor Testigo





                                                    El Cristo de la Vega, en Toledo.


     Esta leyenda verdadera ocurrió en Toledo hace muchos años, aunque no tantos que no podamos recordarla:
     Había en Toledo dos amantes: Diego Martínez e Inés de Vargas. Se amaban locamente y un día les llegó una mala noticia. Diego tenía que partir hacia Flandes. Esto sembró el miedo y el terror en los dos, ya que este viaje les separaba y solo Dios sabe para cuanto tiempo.
    Llegó la hora de la despedida y esta se produjo en la capilla del Cristo de la Vega en la cual los dos se juraron amor eterno y Diego tocando los pies de Cristo prometió desposarla en cuanto regresara.
    Mientras, Inés se marchitaba de tanto llorar, aguardando en vano la vuelta del galán.
    Todos los días rezaba ante el Cristo testigo de su juramento, pidiendo la vuelta de Diego, pues en nadie más encontraba apoyo ni consuelo.
    Dos años pasaron y las guerras de Flandes acabaron, pero Diego no regresaba. Inés nunca desesperó y todos los días acudía al Miradero en espera de ver aparecer a su amado.
    Un día vio un tropel de hombres a lo lejos que se acercaban a la ciudad, se encaminaban a la plaza de Zocodover, esta fue corriendo hacia allí a ver quienes eran, cundo llegó el corazón le palpito con fuerza, al frente del pelotón iba Diego. ¡Por fin! Tanto esperar dio su fruto, Inés dando gritos de alegría, agradecía al Cielo el haberle traído sano y salvo, pero Diego al verla hizo caso omiso como si no la conociera y dando espuelas se adentró en las callejuelas de Toledo.
    Diego había ascendido a capitán y el Rey le nombró caballero tomándolo a su servicio.
    El orgullo le había transformado y negaba en todas partes que él prometiera casamiento a esa mujer.
    Inés no cesaba de acudir a Diego, unas veces con ruegos y los más con lágrimas, pero el corazón del capitán de lanceros era una dura piedra y continuamente la rechazaba.
    En su desesperación solo vio un camino para salir de la situación ya que en todas partes murmuraban sobre el caso de Diego e Inés, y fue acudir al Gobernados de Toledo que era Don Pedro Ruiz de Alarcón y le pidió justicia.
    Don Pedro hizo acudir ante el tribunal a Don Diego e Inés. Escuchó a uno y a otro contar lo acontecido; Diego negó haber jurado casamiento a Inés. No había testigos y nada podía hacer el Gobernador.
    Era la palabra de uno contra la del otro. En el momento que Diego, con gesto altanero se marchaba, Inés pidió que lo detuvieran pues recordaba tener un testigo. Cuando la joven dijo quien era el testigo todos se quedaron paralizados, tras un silencio y contando con los jueces Don Pedro, decidieron ir al Cristo de la Vega a tomarle declaración.
    Todos se acercaron a la ermita, un tropel de gente acompañaba al cortejo. Entraron todos en el claustro, encendieron ante el Cristo cuatro cirios y se postraron de hinojos a rezar, a continuación un notario se adelantó hacia la imagen y teniendo a los jóvenes uno a cada lado y después de leer la acusación en voz alta, demando a Jesucristo como testigo:
    -¿Juráis ser cierto, que un día, a vuestras divinas plantas, juró a Inés Diego Martínez por su mujer desposarla?
    Tras unos momentos de expectación y tensión, el Cristo bajó su mano derecha, desclavándola del madero y poniéndola sobre los autos abrió los labios y exclamó:
    -Si, juro.
 
    Ante este hecho ambos jóvenes renunciaron a las vanidades de este mundo y entraron en sendos conventos.

Esta historia verdadera, se puede comprobar en los archivos de Toledo (España), aún ahora esta imagen del Crucificado, tiene el brazo derecho descolgado del madero.

    Esta imagen solo sale de la ermita el día de Jueves Santo a las 12 de la noche. Yo he tenido la suerte de verlo varias veces, pero creo que este año por los motivos que todos sabéis, seguro que no lo sacan.
   A ver si hay mas suerte en próximo año. Dios lo quiera.

Si alguien quiere comprobar esta leyenda y leerla más extensamente, solo tiene que poner el titulo, que es...

A buen juez, mejor Testigo

 
 

lunes, 23 de marzo de 2020

Macarrones, macarrones y macarrones...




   
                                                     Pasta, que no falte...


     Dice un refrán que "Antes de dormir, es bueno reír". Pues bien, yo hace unos días creo que reí para mucho tiempo. Y eso que la cosa no está para reír, pero yo no me pude aguantar.
    Los que sois muy jóvenes, no es mi caso, no sabéis lo que es la falta de cosas normales, tales como los alimentos.
    Hace mucho tiempo cuando yo era niña, merendaba pan con chocolate y algunas veces el pan untado con leche condensada, que dicho sea de paso, está buenísimo.
    Los mas mayores quizá se acuerden algunos, otros si estaban en buena posición no tenían ese problema.
    Recuerdo haber ido con mi madre a comprar aceite clandestino, de noche y no podíamos decir que mi padre era Policía Municipal por que entonces se hacían andanas y nos cerraban la puerta en las narices.
     Bien, eso pasó y ahora con esto que nos esta ocurriendo, no quiero decir su nombre, pues casi estamos en un punto que "el que no corre, vuela".
    Desde hace unos días mi hijo está trabajando desde casa. Él va todos los sábados al super para hacer la compra, por este motivo estaba esperando al próximo sábado para ir a comprar.
    De pronto oímos por tv. que en los supermercados están arrasando y apenas quedan cosas. Mi querido hijo en seguida se puso en acción, yo le decía:
    -No te preocupes, no vayas nos apañamos con lo que tenemos. Él me respondió:
    -Mientras yo pueda, tu no te quedas sin comer. Ahí queda eso.
    Quizá fue un poco exagerado, pero rápidamente se fue al super y cuando volvió, fue cuando me dio el ataque de risa...
    Traía: Macarrones, Espagueti, Macarrones, Fideos...mas Macarrones, pasta de colores y Macarrones, Macarrones y más Macarrones. Total, tenemos pasta para lo menos 5 años.
    Por supuesto que lo acompañó con sus botes de tomate, su choricito...o sea, que hambre, lo que se dice hambre, aunque solo sean Macarrones no vamos a pasar.
    Como estamos los dos confinados en casa seguro que damos buena cuenta de ellos.
    Yo no he salido a la calle desde el día 5. Como este maldito Virus ataca a los mayores, pues me ha dicho mi hijo que no salgo de casa hasta el mes de junio. Claro que tampoco me importa pues soy muy casera y estoy entrenada.
    Deseo que todos nos sigamos leyendo. Ahora, voy a poner un par de chistes, hoy de mujeres, para que nos podamos reír un poco.


En la consulta de un Ginecólogo, este le dice a su paciente:
-Señora, le voy a dar una alegría. La paciente contesta.
-No soy señora, soy señorita...
-Entonces le voy a dar na mala noticia.

Por qué Dios inventó la menopausia ?
Con la nueva tecnología aplicada a la fertilidad, una señora de 65 años da a luz a un bebé. Cuando salió del hospital y se fue a su casa, llegaron los familiares a visitarla.
-¿Podemos ver al bebé? Preguntó uno de ellos.
-Todavía no, dijo la flamante madre de 65 años, "pronto".
Pasó media hora y otro familiar preguntó.
.¿Ya podemos conocer al nuevo bebé?
-Todavía no, dijo la madre.
Pasó otro rato y volvieron a preguntarle a la paciente madre:
-Bueno, bueno, ¿Cuando vamos a ver al bebé?
-Cuando llore, fue la respuesta.
-¿Cuando llore? reclamaron. ¿Porque tenemos que esperas hasta que llore?
-Porque no me acuerdo donde lo puse.

Y es que cada cosa a su tiempo, ¿No?
   
   

lunes, 16 de marzo de 2020

Nos quedamos sin Fallas




Nuestra Señora de los Desamparados

     Desde mi confinamiento en casa por motivos que todos sabéis, quiero desearos que os sea breve este encierro, porque estoy segura que muchos de vosotros estáis igual que yo, encerraditos en casita.
     Mucho peor lo estarán pasando nuestros amigos valencianos pues han suspendido su hermosa fiesta de Las fallas. Dicho sea de paso, es la fiesta más bonita que yo he visto.
     Aunque se hacen en honor a San José, yo hoy le doy prioridad a Nuestra Señora de los Desamparados, patrona de Valencia.
     Esta imagen, que es la única que tiene la cabeza inclinada, según la leyenda, tiene su por qué.

     Allá por la Valencia de hace muchos años, en la cual era escasa la población, no era escasa la pobreza. Eran escasos los médicos, estos solo atendían a quien pagaba, por lo tanto un enfermo humilde...nada de nada. Eso fue lo que pasó a las protagonistas de esta historia.
     
     Una señora se pone enferma, solo tiene una hija de 14 años que la cuida. No tiene alimentos y mucho menos médico para que la atienda.
     Dada la gravedad, la niña va a casa del doctor y le pide por favor que vea a su madre que está muy malita. Este médico, dada la insistencia de la muchacha se acerca y la ve. Desde luego le hace un buen reconocimiento y le dice a la niña que se acerque a la farmacia a por una medicina y que venga pronto pues su madre está muy grave.
     La niña sale corriendo, pero cuando llega a la botica sin dinero, lógicamente no se la dan.
     Ella busca por todas partes donde la conocen, pero todos le dicen que no, que de dinero, nada.
     Después de dar muchas vueltas, desesperada, se encuentra frente a la puerta de la iglesia, entra...y empieza a llorar.
     Se da cuenta de que está frente a una imagen de la Virgen con un niño en sus brazos, los mira y mientras reza le expone su dolor, le ruega ayuda.
    Mientras está mirando esa hermosa imagen de la Virgen, ve que esta tiene en uno de sus dedos un magnifico anillo. Piensa un poco, reza y...coge la sortija y sale corriendo a la botica.
     Pone la receta en el mostrador y el anillo.
     La boticaria que era una "lagarta", coge el anillo y a la niña de una oreja y la lleva hasta el cuartelillo.
     Imaginemos la que se armó y la de coscorrones que se gano la pobre chica. Todos sabían de sobra que el anillo era de la Virgen, pero no cesaban de preguntarle de donde lo había sacado.
     Por fin, asustada y maltrecha, la pobre niña dijo que se lo había dado la Virgen.
     Como era lógico nadie la creía, la llevaron a la iglesia y delante de la imagen, una autoridad le preguntó a la Virgen si era verdad que le había dado la sortija a esa niña...Entonces y ante el asombro de todos, la Virgen dijo que si con la cabeza y...así se quedó, con su cabecita inclinada para siempre.

     Este es el motivo por el que es la única imagen de la Virgen que tiene la cabeza inclinada...que yo sepa.

     Esta imagen está en Valencia, pero en la Catedral de la Almudena de Madrid también hay una. Lo que no recuerdo es si es imagen o pintura. Está en el primer altar que hay según se entra a la izquierda.
Si venís a Madrid, podéis ir a verla. Claro que ahora no es buen momento...





Una Falla, para consolarnos.




lunes, 9 de marzo de 2020

La piscina vacía




                                                         Piscina vacía


Como estamos en cuaresma y todos somos muy buenos, aunque sea una vez al año, os cuento algo que a mi me impresionó.
Repasando en mis papeles a ver si encontraba algo bonito, me di con una recomendación que nos hizo nuestro buen amigo Víctor.
En una ocasión, hace ya varios años, nos mando un correo con el deseo de que lo divulgáramos, no se si alguno de los que lo recibimos, o yo misma, lo hicimos, pero como no me acuerdo y en su homenaje, porque estamos en días de santidad y en su memoria, lo divulgo:

Un joven que fue criado como ateo estaba entrenando para salto monumental a nivel olímpico.
 La única influencia religiosa que recibió en su vida le llegó a través de un amigo cristiano.
El deportista no prestó mayor atención a su amigo, aunque lo escuchaba cuando hablaba de ello.

Una noche, fue a la piscina de la universidad a la que pertenecía.
Las luces estaban apagadas, pero como la noche estaba clara y la Luna brillaba, había suficiente luz para practicar.
El joven se subió al trampolín mas alto y cuando volvió la espalda listo para saltar a la piscina, al filo de la rampa, extendió los brazos y vió su propia sombra en la pared.
El joven quedó impresionado, ya que la sombra de su cuerpo tenía la forma exacta de la cruz.
En lugar de saltar, sin saber por qué, se arrodillo y finalmente pidió a Dios que entrara en su vida.

Mientras el joven permanecía quieto, el personal de limpieza ingresó y encendió las luces:

HABÍAN VACIADO LA PISCINA PARA REPARARLA.

Esta es la prueba mas simple de que Dios existe.

Hemos vuelto a recordar a Víctor. Ahora, para los que le conocíais, pongo el epitafio que hay en su tumba:

                  ¡SABEIS DONDE VOY!
   
                  ¡SABÉIS EL CAMINO!

                 ¡¡¡DE COLORES!!!

No hay nombre ni fechas, así de simple.


lunes, 2 de marzo de 2020

Potaje en Cuaresma





                                                 Típico potaje de Cuaresma


    Como ya sabemos todos, estamos en Cuaresma. Es costumbre de los Cristianos Católicos abstenerse de comer carne el miércoles de ceniza y sobretodo, los viernes que siguen hasta la Semana Santa.
    Esta costumbre es, porque al hacer este pequeño sacrificio, estamos en comunión con todos, o sea, que estamos unidos todos los cristianos... menos... mi hijo.
    La costumbre mas arraigada es comer los viernes potaje y de postre, torrijas.
    Yo lo hago algunos días para mi sola, ya que solo comemos juntos los fines de semana.
    El viernes pasado, yo, muy contenta y afanosa me dispongo a preparar un rico potaje, con sus espinacas, su bacalao e incluso le puse un huevo duro. La verdad es que el plato estaba precioso, además de rico, rico, rico.
    Esperando a mi querido hijo, pongo la mesa para que cuando llegue no tenga que esperar. Nada más entrar por la puerta me dice que está muerto de hambre.
    Yo muy contenta ya tengo todo preparado en el cuarto de estar que es donde comemos cuando estamos solos.
    Se sienta y espera que llegue yo con la comida...cuando ve el potaje, lo primero que me dice es que parece "rancho" (comida de la mili), yo me creía que lo decía por hacer gracia, si, si.
    Se queda mirando mucho al plato y me pregunta muy serio:
    -¿Que clase de comida es? Yo le respondo.
    -Potaje de Vigilia. Va y me suelta:
    -¡Que pena de garbanzos! Sigue preguntando.
    -¿Y eso verde que es?
    Yo le respondo que son espinacas y me contesta muy serio:
    -Ya te lo puedes ir comiendo tu, pues yo no pienso probarlo.
Yo, con cara de mártir, le digo que por favor que lo coma, que esta muy rico y además es día de vigilia...
    Entonces, me pide un filete y dice que así tengo potaje para más días, para mí sola, por supuesto.
    Entre este tira y afloja, nos han dado las 4 de la tarde, pues como llega a las 3...
    Como ya no es un niño, ni puedo darle un guantazo ni obligarlo a comerlo. Las dos cosas se las merecía.
    Me voy a la cocina, descongelo un filete en el microondas, abro un tarro de espárragos y se los pongo en la mesa...yo, empiezo a comer el potaje. Ya me salen los garbanzos hasta por las orejas.
El muy ladino, viéndome comer me dice:
    -¡Con la olla que has cocinado, vas a tener potaje para toda la Cuaresma.
Cuando hemos terminado la comida, he sacado todas las tarteras que tengo de Tupperware y me he repartido todo mi rico potaje en raciones.
 Seguro que se termina la Cuaresma y todavía sigo comiendo potaje.
   ¡ Ah, a todo esto, he tomado el té de las cinco a las siete y media, pero, con una rica torrija.
¡¡Que ricos son los hijos cuando son mayores!!

Creo que ya no tengo que hacer muchos sacrificios esta Semana Santa...