Desde hace unos cuantos días, cada sábado, mi hijo y yo nos vemos una pelicula que nos guste a los dos. Hacemos una cena de picoteo y nos vemos la pelicula elegida, siempre a gusto de los dos.
Este sábado le tocó a Raices Profundas es del Oeste y a mi me trae recuerdos. Fué la primera vez que engañamos a mi madre mi hermano Santi y yo. Esto ocurrió hallá por los años 50 que fué cuando se estrenó. No se me olvida.
En aquella época eramos estudiantes y no se estilaba (por lo menos en mi casa) que nos dieran "paga", por lo tanto, ni mis hermanos ni yo teniamos un duro (cinco pesetas) que era lo que valía la entrada en el cine. El tercero de mis hermanos, en el escalafón de hermanos, me dijo:
-¿Como haríamos para ver la pelicula que echan en el Tijilla? (era el cine Montija).
Decidimos engañar a mamá. La pobre era muy lista...pero a veces también se le podía engañar, Nos pusimos manos a la obra.
Dinero no nos daba, entre otras cosas porque no le sobraba, pero si nos hacía falta algo para la escuela, no nos faltaba nunca, pero jamás nos dijo no si era cosa del colegio. Nosotros picarones ideamos la manera de ir al cine.
Le dijimos que necesitábamos 6 pesetas cada uno, que teníamos que ir al Museo de Ciencias con el colegio, no pensó ni por un momento, que cada uno de nosotros ibamos a escuela diferente, tal era su responsabilidad para que estudiasemos.
Nos dió un duro a cada uno, una peseta a cada uno para el metro y ademas un bocadillo de de membrillo a cada uno.
No corriamos, volábamos¡¡¡ Tomamos el metro hasta Cuatro Caminos. Vimos la pelicula, primero el Nodo, nos comimos el bocadillo de membrillo...¡Que bien lo pasamos!
Esto fue un jueves, al día siguiente me dice mi madre.
-Niña, el domingo vamos al cine Montija, que me han dicho que hay una pelicula de Alan Ladd...es que a mi madre le gustaba mucho este actor. yo creo que era su amor platónico....el domingo siguiente fui otra vez a ver Raices Profundas, desde entonces, la veo muy a menudo...¿Recuerdos? ¿Nostalgia? Quizá sea de todo un poco.
Mamá no se enteró nunca de este pequeño engaño, quizá ahora que tanto mi madre como mi hermano Santi están en el Cielo...tal vez se haya enterado. Seguro que mi hermano está preparando el terreno para que cuando yo llegue, nos de con la zapatilla...suponiendo que en el Cielo haya zapatillas.
Una frase: LAS IDEAS, AL IGUAL QUE LAS UVAS, CRECEN EN RACIMOS
Autor. Ánonimo