lunes, 26 de julio de 2021

Dia del Patrón de España

     ¡¡Cuanto me hubiese gustado estar ayer en Santiago de Compostela!!

     Estuve ya hace muchos años, entonces llevaba a mi hijo pequeño en mis brazos, pues solo tenía 5 meses. Fue muy hermosa la misa mayor con tantos sacerdotes, el señor Obispo y muchas autoridades civiles y militares. La Catedral estaba llena de gente. Me impresionó bastante la danza del Botafumeiro, era maravilloso verlo de un lado para otro.

      Cuando estaba en todo su apogeo, mi bebé, que además de ser un tragoncete, como bebé que era no tenía sentido de la oportunidad, empezó a llorar porque tenía hambre...no tuve más remedio que en plena celebración y al lado de la tercera columna de la izquierda...darle de mamar. Nadie reparó en ello (claro que si hubiese sido ahora...).

     Santiago, como todos sabemos fue uno de los apóstoles de Jesús y se cree que Él mismo le mandó que viniese a España a predicar. Vino desde Palestina hasta donde ellos creían que era el fin de la Tierra. Ya se podía haber quedado aquí, pues cuando volvió sufrió martirio y fue muerto por mandato del malísimo rey Herodes.

     Según la leyenda el Apóstol fue decapitado, pero su cabeza no cae a la tierra sino que queda entre sus brazos. De ellos nadie la puede arrancar hasta que llegan sus discípulos que, tras recoger su cuerpo, trasladan los restos a una nave desde Jerusalén hasta Galicia, al puerto de Iria Flavia.

     Una vez en tierra, colocan sus reliquias en un carro tirado por toros, que no se detendrán hasta llegar a un punto tierra adentro, donde se construye una tumba y un Altar.  

     La memoria del lugar se pierde a lo largo de los siglos hasta que, hacia el año 830, el Obispo Teodomiro descubre el sepulcro con el cuerpo del Apóstol. Casi medio siglo antes, un himno compuesto en tiempos del rey Mauregato, invoca a Santiago como cabeza refulgente de Hispania.

Aunque un poco tarde, daros por felicitados todos los Santiagos y Santiagas...especialmente mi querido hermano Santi que está en el Cielo.

 

lunes, 19 de julio de 2021

Cortas vacaciones


Mirando al Mar

     Seguro que algunos de mis seguidores me han echado de menos, cosa que agradezco pero han sido unas pequeñas vacaciones.

     Habíamos pensado estar por lo menos veinte o veinticinco días, pero la fiesta se nos aguó porque mi hijo y mi vecina se forjaron una película de miedo...y como yo lo cuento todo, ahí va.

     Estábamos tan ricamente en Oropesa del Mar, provincia de Castellón de la Plana, junto al Mediterráneo, cuando recibió mi hijo una llamada telefónica de una buena amiga y vecina que le decía que en el jardín de la Comunidad había un sombrero, y quizá era mío...(como si no tuviera sombreros nadie más que yo). Enseguida mi hijo se formó una película y dijo que nos volvíamos a Madrid pues a lo peor habían entrado en casa...

     Yo le dije que no era posible, pues al vivir en un bajo y tener rejas en toda la casa y alarma en la puerta principal algún vecino más se habría dado cuenta, pues nada, no había quien le convenciera. Por lo tanto, aquí me tenéis en casita y con mucho calor.



Desde el balcón del hotel
    

 Para que no nos faltara nada y quizá con los nervios, empezamos a hacer las maletas, bajarlas al coche para, raudos como centellas llegar cuanto antes para ver lo que había pasado en casa.

     Como no podía ocurrir una cosa sola, entramos en el ascensor, da mi hijo al botón de bajada, el ascensor hace una cosa rara, este se para y a mi me caían sudores, nunca mejor dicho, pues dicho ascensor es muy pequeño y hacía mucho calor dentro...yo callada, por si las moscas.

     Nos ponemos nerviosos, pero yo sigo callada (cosa rara), damos al botón de llamada y...en ese momento arranca y bajamos hasta el sótano. Oíamos voces diciéndonos que no pasaba nada que no salieramos del ascensor y...efectivamente, dicho trasto subió solo al piso bajo donde estaban el recepcionista y el dueño del hotel que no se qué hacía allí. El caso es que salimos con las maletas, las metimos en el coche y...zumbando hacia la capital.

     


Ya se hace de noche

      Llegamos a casa y todo estaba en orden. En el jardín estaba el susodicho sombrero que nadie había bajado a por el. Yo le había asegurado a mi "nene", que mis sombreros no salían del recibidor donde están colocados en una percha, En fin, todo había sido un pequeño susto. Ya estamos en casa, (yo en la gloria), esperando que lleguen otras vacaciones si Dios quiere.


     He puesto unas fotos hechas por mi hijo, pues ya sabéis lo mal que las hago yo...