lunes, 25 de enero de 2021

Vecinas al sol


El Lago de Coslada

 

    Dice el refrán que " después de la tempestad vuelve la calma" y eso nos está pasando a muchos que estamos encerrados en casa. Una vez por la pandemia y otra por la nieve. Hoy que ha salido el sol y me he animado a caminar un poco me he encontrado con una vecina, a la solo conozco de vista, pues vive en la otra punta de mi calle y nos vemos poco, mucho menos ahora...al encontrarnos nos hemos saludado y caminando, caminando (guardando las distancias y con mascarilla) hemos llegado hasta el Lago, que dicho sea de paso no está muy lejos de nuestra casa.

     Hemos empezado la charla por los hijos y hemos terminado llorando, pero de risa. Esta señora, Regina, se quedó viuda muy joven con tres niñas pequeñas, las conozco, lo que no sabía era como murió su esposo.

     Resulta que estaban unos obreros de Gas Madrid arreglando una avería. Habían levantado la tapadera redonda en una acera. Primero entro uno de los obreros, como tardaba bajó el compañero y pasado el tiempo, ninguno de los dos salía del agujero. La gente que los había visto entrar se preguntaban porque no salían, pues según ellos llevaban dentro mucho tiempo.

     Unos decían de llamar a la compañía del gas, otros llamar a la policía, otros...en ese momento llega Agapito, que así se llamaba el esposo de Regina. Pregunta que es lo que pasa, los "entendidos" que estan allí le informan de que dos obreros han entrado en la alcantarilla ya hace mucho tiempo y no salen. Este hombre valiente dice que va a ver lo que pasa. Algunos le dicen que no entre pero el buen hombre no puede consentir que les pase algo malo y...¡Zas! Entró en el túnel del cual no salió hasta que llegaron los bomberos y sacaron a los tres cadáver.

     Según me conto Regina, y la creo, casi se vuelve loca pues apenas tenía 27 años y las niñas tenían, 6, 4 y 2.

     Ella seguía contando su relato, que hasta este momento la verdad es que da mucha pena, pero con el paso de los años, de esto ya hace lo menos 30, pues claro las cosas se ven de distinta manera, me siguió contando.

     -A las dos viudas de los obreros de Gas Madrid, les quedó una pensión de viudedad bastante buena pues era accidente de trabajo, pero a mi, como el Gi...de mi marido fue voluntario a la muerte, me quedó, como dice la canción. Además de la Luna y el Sol...me quedaron tres hijas que iba a ser mas fácil acertar una quiniela que casarlas, porque además de que no son muy listas, son más feas que...fíjate bien, encima tienen toda la cara de mi suegra que a fea no hay quien la gane. ¿Conoces a mi suegra?

     Yo le he dicho que no tenía el gusto y me ha contestado que era mejor que no la conociera, según ella, tiene todo el perfil de la mujer de Popeye, pero sin pelo.

     Lo que son las cosas, después de lo mal que lo habrá pasado ahora se ríe de su tragedia. Es cierto ese refrán que dice que "El tiempo todo lo cura".

  Hasta yo he vuelto a casa sonriente. Cuando he llegado, me ha dicho mi hijo. -Parece que te ha ido bien....

lunes, 18 de enero de 2021

La envidia es muy mala...



Mi Mariquita Perez, con ropa hecha por mi.


       Entre el confinamiento y la nieve que nos ha caído a los madrileños, no es que salgamos poco, es que no salimos a la calle para nada. Es por este motivo que el teléfono suena demasiadas veces en casa y resulta que la mayoría de las veces es alguna desocupada que hace años que no ves. Eso mismo me pasó hace unos días. Llamó una "amiguita" de la infancia, que hacía infinidad de años que no veía, para charlar un rato. La verdad es que me hizo ilusión saber que estaba bien, ella y lo que queda de su familia, pues lógicamente al ser de mi edad sus padres ya no viven.

     Esta "Niña" que era la única en el barrio que tenía la preciosa muñeca que todas queríamos y que no era otra que la famosa "Mariquita Perez", nos la pasaba a todas las niñas del colegio por las narices. Muchas, entre ellas yo, no la teníamos, ni jamás la tuve hasta que uno de mis hijos, ya siendo yo muy mayor, me la regaló por mi...cumpleaños. Claro que la cosa terminó mal para Pilar, que así se llama mi compañera de "cole", pues era hija de un estraperlista y un día su padre acabó en la cárcel, según me contó ella misma, tuvieron que vender todo para poder comer, incluso la muñeca. Cuando terminé de hablar con ella, recordé la historia de dos Águilas, que había leído alguna vez, no se donde:

     Eran dos águilas bien diferentes la una de la otra. Una de ellas tenía unas alas fuertes y grandes que se levaban hasta las más altas cumbres. Mientras, que la otra que estaba "escuchimiza", apenas lograba alzar el vuelo por encima de los árboles y no podía evitar la envidia que sentía al ver a su congénere volar.

     Un día, el águila que volaba con más dificultad vio en el bosque a un cazador armado con un arco y sus flechas y le dijo: "Señor cazador, deseo que mates a esa águila cuando la tengas a tiro". El cazador le respondió que estaría encantado de cobrar una pieza así, pero que necesitaba unas plumas para hacer más certeras sus flechas. Sin pensárselo un segundo, el águila envidiosa se sacó una de sus plumas y se la entregó.

     Entonces, el hombre lanzó la primera flecha pero erró. Así que pidió al águila que se quitase otra pluma y, tras volver a fallar, le exigió otra, y otra, y otra...Al final, se quedó con tan pocas plumas que ya no pudo volar y fue cuando el astuto cazador desistió de disparar contra el águila voladora y mató a la desplumada, que no pudo ni siquiera esconderse en lo alto del árbol.

     Esta fábula nos enseña que lo que los envidiosos desean para los otros acaba pasándoles a ellos mismos.

     Eso le paso a mi examiga, ninguna niña de mi grupo tuvo la Mariquita Perez, pero tampoco fueron nuestros padres a la cárcel...


     Tengo que decir que, los leotardos y los zapatitos de mi "nena", se los he comprado, pues los que tenía no le hacían juego con la faldita tan mona que yo le he hecho. 

Parece que esta foto no me ha salido mal del todo...le haré más.
 

lunes, 11 de enero de 2021

Nieve en mi jardín


El jardín nevado, los coches cubiertos



Desde otro punto





Mis vecinitos hicieron un muñeco


     Según los entendidos hacía unos 50 años que no caía una nevada de este tamaño en Madrid, yo tengo "alguno" más y no había visto tanta nieve ni en Navacerrada, que dicho sea de paso, hay mucha.

     Recuerdo cuando yo era niña y caían estas nevadas, que todos mis vecinos, incluido mi padre, limpiaban las aceras. Ahora, no hacemos nada más que echar la culpa a las autoridades y, como decía mi madre, "unos por otros, la casa sin barrer". En este caso...las aceras, las comunidades y no digamos las calzadas, que llevamos 3 días sin pan porque no puede llegar el panadero...

     En aquellos años teníamos cocinas de carbón, mi padre, enseguida cogía esas escorias que se hacían después de quemado el carbón llamado "almendrilla" y lo sacaba a un solar que había enfrente de casa, ponía migas de pan para que acudieran los pajaritos a comer ya que no podían encontrar nada sobre la nieve. Ahora...siguiendo las enseñanzas de mi padre, yo también lo he echo y una vecina ha mandado un escrito al administrador para que me llame la atención. Claro que yo hago caso omiso y no solamente les he puesto pan, sino, galletas y unas ricas hojaldradas hechas por las monjitas, especialmente para las fiestas pasadas que me compró mi hijo y...les he echado todas las que había en la caja.

     Seguimos teniendo el jardín lleno de nieve, el toldo bajado, las persianas tambien, en fin, todo sea por que no entre el frío en casa.

     También me ha tocado quitar el Belén, pues como dijo el sacerdote en la misa que hasta el domingo seguía siendo Navidad, yo, como buena cristiana le he hecho caso, así que hasta el día de hoy, lo he tenido puesto.

     Si digo la verdad me ha dado pena, pero no he tenido mas remedio que quitar el Belén y el arbolito. He preparado la caja donde había de meter todo y me ha pasado como a los malos relojeros que...me sobraban piezas, en este caso, adornos y figuritas. Me he visto negra para guardar todo y eso que hecho de menos varias cosas que tenía el año pasado, pero por más que he buscado no las he encontrado...veremos si las encuentro para el próximo año.

     Después de recogido todo, me he sentado a descansar con un libro que estoy leyendo. De vez en cuando levantaba la vista de la lectura y se me iban los ojos hacia donde estaba el Belén. Lo veía oscuro y triste. El portal no estaba, ni el castillo, ni las casitas con sus luces encendidas que se veían a través de las ventanas, ni el ruido que hacía el chorro de la fuente junto al pequeño lago donde estaba lavando una señora mientras su niño se bañaba...ya no había nada y la verdad, yo lo echaba de menos...

        ¡¡Esperaremos al próximo año si Dios quiere!!
      

lunes, 4 de enero de 2021

Mi Arbolito

 



El arbolito sin luces.


     Como siempre, haciendo malas fotografías. Pero se ve que tengo "arbolito" y muy majico por cierto.

     Ya nos queda poco de las fiestas navideñas, aunque muchos tengamos ganas de que se vayan, las fiestas y el fatídico año 2020.

     Siempre por estas fechas parece que somos más buenos, creemos que ayudamos, creemos ser mejores...pero con el paso de los días se nos olvida, ser buenos y ser mejores.

    No recuerdo quien, ni cuando me contaron esto, quizá lo haya leído en alguna parte. Por eso  creo que viene bien para lo que queda de las Navidades.

     Recuerdo que un maestro que estaba instruyendo a uno de sus mejores discípulos y, como no quería que se entregase sólo al arte de la meditación en detrimento de la generosidad, decidió enviarlo a pasar unas fechas tan entrañables como la Navidad con los pacientes de un centro médico para personas sin recursos.

     Cuando regresó de su primer día en el hospital, el maestro le preguntó:

¿Qué tal ha ido?. y él respondió:

-Pues estupendamente. He ayudado lo que he podido y todos están muy agradecidos. He preparado comidas, he aseado a los enfermos y les he cambiado las vendas. Incluso el director del centro me ha felicitado.

     Entonces, el maestro cogió una vela y prendió con ella una hoguera que estaba preparada para espantar a los animales salvajes. El alumno, muy extrañado, le preguntó:

¿Por qué ha hecho eso?. Y éste respondió:

-Recuerda siempre esta lección: como la cera se derrite en el fuego, así de rápido pierden mérito las buenas acciones de las que uno presume.

     Esto nos enseña que no sirve de nada en estas fechas ser solidarios para presumir de ello. Ayudar a alguien es lo mejor para agradecer lo que tenemos y hacer felices a los demás... He dicho y... me he quedado tan pancha...

 

Una frase...


                  HOY ES SIEMPRE TODAVÍA

                        Antonio Machado.