sábado, 30 de noviembre de 2013

¡¡¡Fuera penas!!!

Ya estamos hartos de penas, penitas y penurias. Hoy me revelo y vamos a ver algo de humor, que para eso es fin de semana.
Que no se enfaden los gallegos, los leperos ni la vecina de al lado, la cosa es reírnos un poco...halla va...

Un gallego le dice a otro:
 -Oye Manolo pásame otro shampoo
  -Pero si ahí en el baño hay uno
  -Si hombre, pero ese es para cabello seco y yo ya me lo he mojado.

Se encuentras dos viudas en un cementerio una muy feliz limpiando la lápida de su marido y cantando como una loca.
La otra muy triste a llanto tendido...
Al rato, la desconsolada mira a la contenta y le pregunta:
-Ay, señora, cuanto tiempo hace que enviudó?
-Seis meses - respondió en tono alegre la otra.
-Y como hace para estar tan feliz si yo llevo 3 años y no he podido superar la pena?
-¡Hija mía!: porque después de muchos años, es la primera vez que se DONDE está, y QUIEN se lo está COMIENDO.

Le dice la madre a la hija:
Hija...me dicen las vecinas que te estás acostando con tu novio¡¡¡
¡Ay, mami, la gente es muy chismosa...Una se acuesta con cualquiera y ya dicen que es el novio...

Dígame. ¿Cuál es el motivo por el que quiere divorciarse de su esposo?
Mi marido me trata como si fuera un perro.
¿La maltrata, le pega, le grita...?
No, quiere que le sea fiel.

Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta.
El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciéndolo pedazos.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice:
Mire amigo, jamás haga eso otra vez ¡ Casi me mata del susto!
El pasajero le pide disculpas y le dice:
-No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro.
El taxista contesta:
-Es mi primer día de trabajo como taxista.
¿Y a que se dedicaba antes?
-Era chofer de carroza funeraria...durante 25 años.

Se encuentran dos chinos:
-El otlo día me comple un coche
¡ Ah sí?
-Si, mila, es ese de ahí.
-Y que malca es?
-Un Alfa
¿Lomeo?
- Lo meas y te lompo el alma, pol malano.

¿Cómo se llama una mujer que sabe donde está su marido todas las noches?...Viuda.

¿Por qué las mujeres casadas son más gordas que las solteras?
La soltera llega a casa, ve lo que tiene en el refrigerador y se va a la cama.
La casada ve lo que tiene en la cama y va para el refrigerador.

Una señora entra en una armería.
-Buenos días. Quería una escopeta para mi marido.
¿Le ha dicho de que calibre?
-¿Que dice? Si  ni siquiera sabe que le voy a disparar.

Espero que sonriáis al menos un poco y que paséis todos mis encantadores seguidores un buen fin de semana.



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Una mala experiencia

Eso es lo que le ha ocurrido a mi amiga Carmen, que ha tenido una mala experiencia y que además no le ha ocurrido a ella sola.
Una de cada 1000 personas que son intervenidas en el mundo se despiertan durante la operación.
Normalmente no se recupera totalmente la conciencia y solo se recuerdan fragmentos de la conversación del personal sanitario o un leve malestar. Cuando detectan que está recuperando la conciencia, simplemente se le aumenta la dosis de la anestesia.
Creo que existen multitud de testimonios de individuos que sentían como su cuerpo permanecía inmóvil incapaces de avisar que estaban despiertos, no podían gritar, ni tan siquiera llorar, y nadie parecía darse cuenta que padecían dolor cuando cortaban sus cuerpos y hurgaban en sus órganos.
Sin duda una de las peores agonías que se pueden vivir.
El domingo pasado fui a visitar a mi amiga Carmen, pues hacía una semana que se sometió a una cirugía para extirparle un tumor de ovario.
Recuerda haberse dormido con la anestesia, pero minutos después despertó con un intenso dolor al sentir como cortaban su cuerpo.
Se sintió atrapada en su cuerpo, incapaz de moverse o respirar.
El hospital le informó después, que un gas había estado cayendo durante la operación y solo recibió el 5% de la anestesia necesaria.
Según me lo estaba contando, me entraba un repelús por la espina dorsal que casi me tienen que llevar a urgencias, pero era del miedo que sentí.
No es que mi amiga haya exagerado pues tengo una vecina que es enfermera de quirófano y, cuando se lo he contado me ha dicho que es posible, que a veces ocurren cosas así...
Sin comentarios.
Yo sigo pidiendo a Dios que no me ocurra, pues con lo cobarde que soy...

lunes, 25 de noviembre de 2013

Para algún maestro

Un valor que nunca cambia.

Una profesora decidió dar una lección práctica e inolvidable a sus alumnos y, para ello, se sirvió de un flamante billete de cinco euros,
-¿A quien le gustaría tener este billete?, les preguntó a los pequeños. Todos levantaron la mano sin dudarlo un segundo.
Después, ante el asombro de los niños, la profesora arrugó el billete hasta que casi quedó convertido en una bola de papel. No obstante, cuando les volvió a hacer la misma pregunta, todos seguían deseando poseer esos cinco euros.
Finalmente, la profesora tiró el billete al suelo, y como poseída por un ataque de ira, lo pisoteó hasta convertirlo en un trozo de papel como sacado de la basura.
¿De verdad que aún seguís interesados en él?.
Los niños, sin poder aguantar la risa ante esta original clase, continuaron afirmando en coro con un !"Siiiiii"...
-Pues bien, prosiguió la profesora.
-"A vosotros os puede pasar lo mismo que a este billete. Aunque os sintáis rechazados, pisoteados y maltratados por algunas personas, sabed que, para quien realmente os quieren, vuestro valor nunca cambiará por muy "arrugados" que estéis.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Déjame dormir, mamá

Hijo mío, por favor.
de tu blanco lecho salta.
Déjame dormir, mamá,
que no hace ninguna falta.
Hijo mío, por favor,
levántate y desayuna.
Déjame dormir, mamá,
que no hace falta ninguna.
Hijo mío, por favor,
que traigo café con leche.
Mamá, deja que en las sábanas
un rato más aproveche.
Hijo mío, por favor.
que España entera se afana.
¡Que no! ¡Que no me levanto
porque no me da la gana.
Hijo mío, por favor,
que el sol ya está en lo alto.
Déjame dormir, mamá,
no pasa nada si falto.
Hijo mío, por favor,
que es la hora del almuerzo.
Déjame, que levantarme
me supone mucho esfuerzo.
Hijo mío, por favor,
van a llamarte haragán.
Déjame, mamá, que nunca
me ha importado el qué dirán.
Hijo mío, por favor,
¿y si tu jefe se enfada?
Que no, mamá, déjame,
que no me va  a pasar nada.
Hijo mío, por favor,
que ya has dormido en exceso.
Déjame, mamá, que soy
diputado del congreso
y si falto a las sesiones
ni se advierte ni se nota.
Solamente necesito
acudir cuando se vota,
que los diputados somos
ovejitas de un rebaño
para votar lo que digan
y dormir en el escaño.
En serio, mamita mía
yo no sé porque te inquietas
si por ser culiparlante
cobro mi sueldo y mis dietas.
Lo único que preciso,
de verdad, mamá, no insistas
es conseguir otra vez
que me pongan en las listas.
Hacer la pelota al líder,
ser sumiso, ser amable
y aplaudirle, por supuesto,
cuando en la tribuna hable.
Y es que ser parlamentario
fatiga mucho y amuerma.
Por eso estoy tan molido.
¡Déjame, mama, que duerma!
Bueno, te dejo, hijo mío.
Perdóname, lo lamento.
¡Yo no sabía el estrés
que produce el Parlamento!

Como supondréis, estos versos tan bonitos, graciosos y reales, no son míos,¡¡Que más quisiera yo"
Son de Fray Junípero Serra ( 1713 - 1784)
Aprovecho para dedicárselos a los parlamentarios españoles...si por casualidad, alguno lo lee.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Las dos ranas

No es que me gusten mucho estos animalitos, ninguno anfibio de su estirpe, "pobrecitos" pero no los puedo soportar, y si se trata de cocodrilos...ni ver un documental.
Pero lo que hoy cuento de las ranitas, tiene su moraleja y cosa curiosa, me ha gustado mucho.
Lo cuento.
Un grupo numeroso de ranas iban paseando por el bosque cuando, de repente, dos de ellas cayeron en un profundo pozo.
En ese momento, todas las ranas pensaron que no habría manera de salvar a sus compañeras y que allí habían acabado sus días.
Por eso, desesperadas y angustiadas, no paraban de gritarles:
¡No podréis salir de ahí!, ¡dejad de saltar, no tiene sentido!
Pero las pobres no hacían caso a esos gritos de desaliento que sólo conseguían minar sus cada vez más escasas fuerzas.
 De hecho, uno de los anfibios pronto se desanimó, paró de saltar y se ahogó.
La otra rana no se dejó vencer y siguió salta que salta pese a los agoreros gritos de sus congéneres:
¡¡No lograrás salir del pozo!!.
Finalmente, la rana salvo su vida. pero fue gracias a que era sorda y pensó que las demás, con sus gestos y gritos, la estaban animando a seguir esforzándose para salir del hoyo.
Y es que una palabra de aliento puede sacar adelante a alguien que se encuentre desanimado y una palabra destructiva puede desmoralizar hasta al más optimista...

lunes, 18 de noviembre de 2013

Chasco y cotilla

Este fin de semana me llevé un buen chasco por culpa de una cotilla. No se si conocéis alguna, yo si.
es una persona que siempre que salgo a la calle me la encuentro, ya sea en el Súper, camino del Súper o en la farmacia, pero siempre está en la calle. Te ve, te saluda, pero si viene otra vecina, rápidamente te deja y se va hacia ella.
El sábado, como siempre, la vi salir del portal y rápidamente me dice:-Se ha muerto el padre de Fernando. Me quedé helada pues conozco a toda la familia...
Cuando fuimos a vivir a esta comunidad mi hijo pequeño tenía 12 años y Fernando 14, ambos se hicieron amigos de otros vecinitos de su misma edad, jugaban, iban al cine, de paseo. Tal es así que aún ya treintañeros siguen siendo amigos. Mi hijo y Fernando siguen solteros pero han ido a las despedidas de soltero de los demás de la pandilla, e incluso a sus bodas, a las cuales he ido yo también.
Los padres de Fernando después de vivir unos años junto a nosotros se compraron un chale no muy lejos de nuestra casa. Aunque los chicos seguían saliendo juntos yo ya tuve menos contacto con los mayores, pues bien volvamos al día de hoy.
Cuando esta señora me dio la noticia me volví a casa para contársela  a mi hijo el cual se llevó el disgusto correspondiente. Enseguida nos preparamos, nos vestimos adecuadamente y salimos hacia la casa de nuestros ex vecinos.
Antes llamó mi hijo por teléfono para anunciar la visita, cuando terminaron de hablar me dijo que Isabel, la niña se había puesto muy contenta de saber que íbamos.
Llegamos a la casa...llamamos al timbre...y nos abre la puerta "el muerto". Bueno el que creíamos muerto y que gracias a Dios estaba tan vivo como nosotros.
Yo no lo pude remediar y me eché a llorar. Cuando entramos a la casa y les contamos lo que había pasado y quien nos lo había dicho, dijeron:
No nos extraña tratándose de Loli, ya sabemos como es.
Gracias a Dios nos llevamos un chasco, no importa, pero también nos llevamos un buen disgusto hasta que llegamos y vimos que toda la familia estaba bien.
La cotilla no se libro de que le echara una buena bronca. Se disculpó diciendo que se lo había dicho la "fulanita", que no se quien es pero seguro que es otra cotilla como ella.
Tengo varias vecinas entre mis seguidores, cuando lean esto seguro que saben de quien se trata pues he tenido la deferencia de cambiar su nombre, pero es la más cotilla d la comunidad y la conocen n el barrio entero.
No me he podido resistir a contarlo...

sábado, 16 de noviembre de 2013

Esparcimiento de sábado

No es un chiste...pero podría serlo

Desde pequeña Juanita siempre tuvo  miedo al ir a acostarse porque creía que había alguien debajo de su cama. Cansada de esto, un día fue a ver a un psiquiatra y le explicó:
"Tengo problemas y no vivo tranquila, cada vez que voy a acostarme creo que hay alguien debajo de mi cama. Tengo miedo. me estaré volviendo loca?"
-Con mis sesiones en doce meses estarás bien.-Le dijo el psiquiatra. "Ven a verme tres veces a la semana y te curaré todos esos miedos".
¿Y cuanto me cobra doctor?-Preguntó.
"Barato. Ochenta euros la visita "contestó el doctor.
"Bueno, un poco caro me parece pero si me cura, vale la pena" dijo.
Fue tres sesiones y no volvió a su consulta, porque le suponía mucho dinero.
Seis meses después, se encontró con el doctor en la calle.
"Hola-le dijo. ¿Porque dejó de venir a mi consulta después de la tercera vez. Por que no volvió?" Le preguntó.
"Bueno, doctor, ochenta euros por consulta, tres veces a la semana por doce meses era bastante dinero. Por suerte encontré un camarero en el bar que me curó en una sola sesión por diez euros y además con cerveza y tapa incluida.
¡No me diga! dijo el psiquiatra algo molesto. ¿Y se puede saber como un camarero que solo sabe servir bebidas, la curó por diez euros?
"Pues si doctor, me dijo que cortara las patas de la cama. ¡Ahora ya no puede haber nadie allí debajo!

Juanita nos da un aconsejo:
Olvídense de los psicólogos y psiquiatras...Tómese una cervecita o un vinito, disfruten de la vida y de los amigos y...hablen con el camarero¡¡

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hay que meditar antes de hablar

Los dientes del Sultán.
A muchos kilómetros de aquí, vivía un viejo y riquísimo sultán, al que todos los súbditos temían por su carácter temperamental y supersticioso. Una noche soñó que había perdido todos sus dientes y, nada más levantarse, ordenó que trajeran ante su presencia a uno de los hombres más sabios de su corte, al que preguntaría por el auténtico significado de su perturbador sueño.
-¡Que augurio más funesto, mi señor!- respondió el sabio-. cada diente caído representa la pérdida de uno de sus queridos parientes.
-¿Pero, como os atrevéis a decirme eso, insolente¡, exclamó el sultán enfurecido, mandando a continuación a sus guardianes que le dieran cien azotes.
Dio instrucciones para que llamaran a otro hombre de preclara inteligencia quien, tras oír el mismo sueño, le respondió:
-Que felicidad. El sueño muestra que tendréis una larga existencia y sobreviviréis a todos vuestros familiares.
Como recompensa, recibió 100 monedas de oro y, cuando los cortesanos le preguntaron por su interpretación, tan diferente de la del otro sabio, respondió:
Puedes comunicar la misma verdad de dos formas: la pesimista  la optimista.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Fiesta de los pijamas

La fiesta de los pijamas es un invento muy moderno, tanto es así, que yo solo lo había oído pero he tenido la oportunidad de ver una de estas fiestas "en directo".
Yo creo que en mis tiempos de niña y joven ni siquiera existían los pijamas, yo jamás tuve uno hasta que me casé y fui dueña de mi monedero, antes dormíamos con camisón.
Bueno, todo empezó cuando me llamó mi vecina y amiga Gracia invitándome a una fiesta que hacía para sus hijas, por supuesto que iban a ir varias amiguitas, en total cinco más.
Quiso que le hiciera pestiños y rosquillas para amenizar dulcemente la fiesta. También estaba la madre de mi amiga, su suegra y una tía abuela de más de noventa años...y yo.
Como había tantas abuelas de la familia, al presentarme la niña a sus amigas, dijo que yo era "la otra yaya", cosa que me gustó y me emocionó que la hija de mi amiga me considerara como su propia abuela. A partir de ese momento, tuve el honor de ser para todas las jóvenes, otra yaya.
La fiesta se desarrolló de maravilla, antes de cenar dijeron que nos teníamos que maquillar para estar guapas en las fotos que pensaban hacer. Yo me dejé. Me pusieron la cara con tanto maquillaje, que un lunar que tengo, como dice la canción, junto a la boca, no se veía y por cierto que es bien negro.
La cena fue muy divertida y muy rico todo lo que había cocinado mi amiga. Los dulces que yo hice, también gustaron mucho.
Llegó la hora de lucir los pijamas y buscar donde dormir, pues aunque la casa tiene dos plantas y la buhardilla, tuvieron que preparar camas en el sótano, en el cual habían puesto varias estufas para estar más cómodos y calentitos.
Como lo pasamos tan bien durante toda la tarde y la cena, las niñas cuando se empezó el reparto de camas todas querían dormir con "la otra yaya". Yo muy seria les dije que yo no dormía con nadie a menos que fuera Harrison Ford, aquí hubo muchas risas y más cuando la abuelita de noventa años, con su voz cascada preguntó que quien era "esa". Más risas.
La culminación de la noche llegó cuando todas las niñas estaban con unos pijamas preciosos, unos de seda, otros de terciopelo y... aparecí yo con un pijama de mercadillo color azul, el pantalón con ositos
marrones y un oso enorme también marrón, en toda la "pechuga" y unas pantuflas de peluche que eran el lobo feroz.
Jamás he visto a unas jovencitas reír tanto, algunas contenían la risa quizá por respeto, pero mi amiga les dijo que no se preocuparan, que podían reír tanto como quisieran que yo no me enfadaba y que me había comprado el atuendo adrede.
No se las horas que dormí el sábado, lo que si se es que todavía me duran las ojeras.
Cuando llegó mi hijo el domingo a buscarme me encontró rodeada de unas preciosas jóvenes junto a la chimenea asando castañas, ya estaban preguntando que cuando hacíamos otra juerga...
Hoy en casa le estoy dando vueltas a la cabeza pensando que quizá sería una buena cosa dedicarme a organizar fiestas juveniles....

viernes, 8 de noviembre de 2013

Reir y pensar

Hoy nos toca reír y pensar, no todo va a ser dolor y pena, hoy no...

Un pasante entró en una tienda de antigüedades:
después de mirar los artículos observó la figura de una rata, en bronce, muy realista, no tenía la etiqueta con el precio pero decidió que le gustaba y que la compraría.
 Llamó al dueño de la tienda y le preguntó:
.¿Cuanto pide por esa rata de bronce? Y el propietario le dijo:
-Doce euros por la estatua y quinientos euros por la historia.
El cliente le pagó 12 euros y le dijo:
-Me llevo solo la rata pero no me interesa la historia.
Salió de la tienda y caminando calle abajo observó que le empezaban a seguir una cierta cantidad de ratas reales, vivas, que salían de los escondrijos y las alcantarillas.
 El hombre se sintió desconcertado y empezó a caminar más rápido, pero unas calles más adelante la cantidad de ratas vivas que le seguían se convirtió en una marea de animales chillando y con aspecto amenazador.
Salió corriendo en dirección al mar y mirando hacia atrás vio que las ratas podían contarse ahora por MILLONES y que corrían más y más rápido.
El hombre presa del pánico se acercó al muelle y tiró al mar la figura de la rata, asombrosamente los millones de ratas saltaron al agua y se ahogaron todas.
El hombre volvió a la tienda de antigüedades y el duelo, al verlo le dice:
-Vaya, vaya, creo que ha vuelto para saber la historia, ¿no?
-"NO" le dijo el hombre, "lo que quiero saber es si tiene usted también figuras de sindicalistas, políticos, banqueros....

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El asno y el lobo

Yo titularía este cuento, fabula o chisme..."Zapatero, a tus zapatos" así te evitarías muchas complicaciones.

Un asno estaba plácidamente comiendo hierba en un prado cuando observó que, desde lejos, un lobo venía corriendo hacia él con un único propósito: hincarle los dientes.
Cuando lo tuvo cerca, empezó a hacerse el cojo. El lobo, que siempre quería enterarse de todo (como mi vecina Manoli), se dirigió al cuadrúpedo y, antes de saciar su hambre con él, le preguntó qué le pasaba en la pata que iba arrastrando.
El asno vio en el interés del lobo una oportunidad de escaparse y continuó con su farsa, explicándole que cuando pasaba junto a un seto había rozado una de las espinas que había cerca del suelo y se la había clavado.
Tras lamentarse de su mala suerte, le sugirió al lobo que, si en realidad tenía intención de zampárselo, era preferible que le arrancara la espina no fuese que, cuando empezara a engullirlo, se le clavara en la garganta.
Totalmente confiado en la bondad del asno, el lobo se dispuso a quitarle la espina cuando, sin esperárselo, recibió una fuerte coz que le rompió varios dientes.
Tras ver cómo se escapaba trotando el astuto asno, el lobo pensó: *Me está bien empleado por meterme a médico cuando mi padre sólo me enseñó el oficio de carnicero*

Aquí también podríamos decir aquello de...No es tan fiero "el lobo" como lo pintan y sin embargo, un humilde asno, fue muy, pero que muy listo.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Un tapón que se resiste

Debe de haber muchos tapones, pero como el mío ninguno:
Los que me seguís ya sabéis que tengo un maldito tapón en el oído derecho que me tiene totalmente sorda. Fui al médico y me mando a la enfermera, antes me dijo que me echase unas gotas antes de ir.
Volví con las gotas echadas. La enfermera, el jueves, después de darme no se cuantos jeringazos llenos  de agua, me dice que no puede sacarlo que siga echándome gotas y vuelva el lunes.
Vuelvo el lunes, o sea, hoy...no está mi enfermera...la doctora me manda con otra enfermera que por lo visto no me pertenece. Después de estar esperando casi una hora, sale la tal enfermera y me dice:
-Pide otra cita, pues yo no me puedo entretener en sacarte a ti el tapón, tengo que atender a mucha gente.
Le doy las gracias por su "amabilidad", me voy, pido otra cita, me la dan para mañana a las cuatro de la tarde...¿Será esta la "Refinitiva"?
No siento dolor, pero como me han dicho que esto es muy fácil y me está costando una barbaridad, tengo un "Canguis"...
Para remediarlo y daros un poco de alegría, os voy a contar una graciosa historieta...ahí va.
Que sabio el taxista.
Un hombre vuelve de viaje de negocios un día antes de lo previsto. Toma un taxi y cuando está llegando a su casa le pregunta al chofer si quiere ser testigo de lo que va a encontrar, ya que piensa que su mujer lo engaña y que en este momento está con su amante.
El chofer acepta ser testigo a cambio de 100 euros.
Entran sin hacer ruido, abren silenciosamente la puerta del dormitorio, el marido enciende la luz y corre de un tirón las sábanas de la cama.
Tal como lo imaginaba descubre a ambos, mujer y amante a galope tendido.
Fuera de si saca su pistola y coloca el cañón en la sien del amante, pero la mujer grita:
¿.No, no dispares por favor! Te mentí. Nunca recibí una herencia de mi tía. Fue él quien pago el coche que te regalé, nuestro yate, nuestra casa en el lago, nuestras vacaciones, el colegio de los niños. ¡Hasta paga nuestros gastos!
El marido, fuertemente impactado, baja la pistola, se vuelve hacia el taxista  le pregunta:
.Y usted en mi lugar que haría?
-Yo, volvería a taparlo rápidamente, no sea cosa que se enfríe...