lunes, 11 de noviembre de 2013

Fiesta de los pijamas

La fiesta de los pijamas es un invento muy moderno, tanto es así, que yo solo lo había oído pero he tenido la oportunidad de ver una de estas fiestas "en directo".
Yo creo que en mis tiempos de niña y joven ni siquiera existían los pijamas, yo jamás tuve uno hasta que me casé y fui dueña de mi monedero, antes dormíamos con camisón.
Bueno, todo empezó cuando me llamó mi vecina y amiga Gracia invitándome a una fiesta que hacía para sus hijas, por supuesto que iban a ir varias amiguitas, en total cinco más.
Quiso que le hiciera pestiños y rosquillas para amenizar dulcemente la fiesta. También estaba la madre de mi amiga, su suegra y una tía abuela de más de noventa años...y yo.
Como había tantas abuelas de la familia, al presentarme la niña a sus amigas, dijo que yo era "la otra yaya", cosa que me gustó y me emocionó que la hija de mi amiga me considerara como su propia abuela. A partir de ese momento, tuve el honor de ser para todas las jóvenes, otra yaya.
La fiesta se desarrolló de maravilla, antes de cenar dijeron que nos teníamos que maquillar para estar guapas en las fotos que pensaban hacer. Yo me dejé. Me pusieron la cara con tanto maquillaje, que un lunar que tengo, como dice la canción, junto a la boca, no se veía y por cierto que es bien negro.
La cena fue muy divertida y muy rico todo lo que había cocinado mi amiga. Los dulces que yo hice, también gustaron mucho.
Llegó la hora de lucir los pijamas y buscar donde dormir, pues aunque la casa tiene dos plantas y la buhardilla, tuvieron que preparar camas en el sótano, en el cual habían puesto varias estufas para estar más cómodos y calentitos.
Como lo pasamos tan bien durante toda la tarde y la cena, las niñas cuando se empezó el reparto de camas todas querían dormir con "la otra yaya". Yo muy seria les dije que yo no dormía con nadie a menos que fuera Harrison Ford, aquí hubo muchas risas y más cuando la abuelita de noventa años, con su voz cascada preguntó que quien era "esa". Más risas.
La culminación de la noche llegó cuando todas las niñas estaban con unos pijamas preciosos, unos de seda, otros de terciopelo y... aparecí yo con un pijama de mercadillo color azul, el pantalón con ositos
marrones y un oso enorme también marrón, en toda la "pechuga" y unas pantuflas de peluche que eran el lobo feroz.
Jamás he visto a unas jovencitas reír tanto, algunas contenían la risa quizá por respeto, pero mi amiga les dijo que no se preocuparan, que podían reír tanto como quisieran que yo no me enfadaba y que me había comprado el atuendo adrede.
No se las horas que dormí el sábado, lo que si se es que todavía me duran las ojeras.
Cuando llegó mi hijo el domingo a buscarme me encontró rodeada de unas preciosas jóvenes junto a la chimenea asando castañas, ya estaban preguntando que cuando hacíamos otra juerga...
Hoy en casa le estoy dando vueltas a la cabeza pensando que quizá sería una buena cosa dedicarme a organizar fiestas juveniles....

8 comentarios:

  1. Jajaja. ¡Qué rato más divertido! Me alegro que lo pasaras tan bien. Un abrazo

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  2. Qué bueno Ma de los Angeles, por tu carácter jovial e imaginativo no tengo dudas de que serás todo un éxito, un abrazo!

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    1. Es que soy muy "joven" María Cristina, solo tengo, "ta y siete"
      un abrazo

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  3. Ya estoy de vuelta de mi descanso vacacional.Me has hecho reir con esta entrada tan divertida claro que me hubiera gustado participar. Yo conocía esta fiesta desde hace años ya que viví en un pais donde se acostumbraba hacerlas. Cuando mis nietas se quedan a dormir conmigo me piden que hagamos fiesta de pijamas así que nos metemos las tres en una cama con la TV y cosas de picar, también contamos cuentos e historias y la luz tiene que estar apagada. En Vinaroz en las fiestas de Carnaval que duran una semana, hay el día del pijama donde todo el mundo sale a la calle con un pijama puesto, algunos lleva también la bata y gorro de dormir.Besicos

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    1. Yo no había participado en ninguna fiesta de esa clase pero seguro, ya me lo han advertido, que pronto tendremos otra.
      Bienvenida de tus vacaciones.
      Un beso Charo.

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  4. María de los Ángeles:
    Esta es una entrada maravillosa, llena de ternura.
    Sin dudas, el batifondo no te habrá dejado pegar un ojo en toda la noche.
    Un gran abrazo.

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    1. Tienes razón Arturo, llegué a casa con solo un deseo, coger la cama, jajaja.
      Un fuerte abrazo madrileño

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