miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hay que meditar antes de hablar

Los dientes del Sultán.
A muchos kilómetros de aquí, vivía un viejo y riquísimo sultán, al que todos los súbditos temían por su carácter temperamental y supersticioso. Una noche soñó que había perdido todos sus dientes y, nada más levantarse, ordenó que trajeran ante su presencia a uno de los hombres más sabios de su corte, al que preguntaría por el auténtico significado de su perturbador sueño.
-¡Que augurio más funesto, mi señor!- respondió el sabio-. cada diente caído representa la pérdida de uno de sus queridos parientes.
-¿Pero, como os atrevéis a decirme eso, insolente¡, exclamó el sultán enfurecido, mandando a continuación a sus guardianes que le dieran cien azotes.
Dio instrucciones para que llamaran a otro hombre de preclara inteligencia quien, tras oír el mismo sueño, le respondió:
-Que felicidad. El sueño muestra que tendréis una larga existencia y sobreviviréis a todos vuestros familiares.
Como recompensa, recibió 100 monedas de oro y, cuando los cortesanos le preguntaron por su interpretación, tan diferente de la del otro sabio, respondió:
Puedes comunicar la misma verdad de dos formas: la pesimista  la optimista.

10 comentarios:

  1. Muy bueno, el optimista es un genio, se llevo 100 monedas de oro.

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    1. Siempre hay que ser optimista aún en momentos poco gratos.
      Me alegra verte por aquí.
      Un besito Boris

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  2. "Siempre hay que mirar el otro lado de las cosas" La diplomacia produce oro! Un abrazote, Ma de los Angeles

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    1. Es verdad María Cristina, cuanto más optimistas seamos, también seremos un poco más felices.
      Un beso guapita

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  3. Me ha gustado muchísimo este relato, nos da una muy buena lección ¡¡¡¡ hay que ir por la vida con optimismo !!!!! Besicos

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    1. Si no le ponemos un poco de optimismo a esta vida que nos ha tocado vivir...que sería de nosotros.
      Un beso Charo

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  4. Así es María De Los Ángeles, yo pienso que siempre hay que dar las noticias intentando no herir, y depende de la persona, intentando contar un poquito lo que quiere escuchar. Me ha encantado tu relato lleno de moraleja. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana amiga.

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    1. Tienes toda la razón Pepe, cuanto más cautos seamos, mucho mejor. Y si no que se lo pregunten al que recibió los latigazos, jajaja.
      Un abrazo

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  5. María de los Ángeles:
    Es una historia brillante, que nos muestra la astucia del segundo sabio para comunicar un mala noticia.
    Un gran abrazo.

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    1. Por algo era sabio. Yo creo que el otro muy listo no era. Claro que el pobre lo pagó.
      Un abrazo Arturo

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