lunes, 28 de noviembre de 2022

Bebé que lloraba.



No hay cosa mas hermosa que dar de mamar a un hijo (lo se por experiencia):

          Hace unos años me contó un sacerdote que por aquel entonces era el capellán de la maternidad de O'Donnell en la cual estuvo varios años, una bonita historia de la que él había sido casi protagonista. 

          Una joven que era conocida en el Hospital, pues dio a luz a varios hijos a los cuales, nada más nacer, los daba en adopción. Por este motivo casi no se interesaba por los niños pues la maternidad ya tenía preparados a los padres adoptivos.

          Me contó este buen sacerdote, que, cuando dio a luz la última vez que la vio, era un niño precioso y lloraba más que Jeremías, no paraba. Lloraba en el nido, lloraba cuando le cambiaban, en fin, lloraba siempre. El niño estaba sano y además era muy hermoso.

          El cura fue al nido, cogió al bebé y lo llevó a la cama de su madre, le dijo:
-Dale de mamar.

La madre dijo que no, y no quería ni verlo. El reverendo (como yo lo llamo) insistió y volvió a decirle que no pasaba nada, que solo le diera de mamar pues faltaban dos horas para que llegasen sus "padres".
          Tanto insistió en buen sacerdote, que la buena mujer cogió al niño, se lo colocó en posición, sacó su pecho y se lo arrimó. El crío se agarró a el como a una tabla de salvación, empezó a succionar y a tragar. El cura le dijo:
-Ahora vuelvo.
          Cuando volvió, esta mujer, que no sabemos los motivos que había tenido para ceder a sus hijos, (que dicho sea de paso, los colocaba bien), llamó a una enfermera y le dijo que se quería ir a su casa y tambien que se llevaba a su hijo.
          Fue el médico, el cura, los futuros padres que ya habían llegado...pero nada, dijo que no daba a nadie mas hijos.

          Esta es la fuerza y el sentir de una madre cuando amamanta a un hijo.
Los hijos que maman tambien tienen esa comunión con sus madres y aunque no lo parezca...siguen mas unidos a ellas sin ellos darse cuenta.

Cuando una mujer da de mamar a su bebé...jamás lo da en adopción...

lunes, 21 de noviembre de 2022

Hijo eres... padre serás.


Asilo antiguo

           Recuerdo siendo muy niña, que se nos presentó la abuela paterna en casa diciendo que se iba al asilo (entonces se llamaban así), nuestra casa era muy pequeña, pero mi madre que era la que llevaba los pantalones, dirigiéndose a mi padre y con los brazos en jarras, dijo: -Tu haz lo que quieras, pero mi madre no va a ir a esos sitios. Resultado... que la abuelita se quedo en nuestra casa hasta que murió.

          Esto me recuerda que leí algo, no se donde ni cuando, que se le parece.

          Un matrimonio joven con tres hijos y el abuelo. El pobre abuelo, además de ser viejo, no estaba bien de salud, tanto es así que el hombre apenas podía caminar. Eran tiempos en que la mujer solo trabajaba en casa y el hombre traía el dinerito que ganaba. No es de extrañar que la pobre señora estaba hasta el moño de atender, al marido, a los niños y por si fuera poco al abuelo.

          Cuando llegaba la noche, despues de acostar al abuelo, a los niños y a la madre que los...tenia que "atender" al marido. Claro que como ella no había tenido que ir a trabajar a ninguna fabrica, oficina o taller, la mujer no tenía derecho a decir...¡Estoy cansada!

           Un día la esposa dijo que estaba harta, que no podía con todo, que necesitaba ayuda, etc,etc,etc.

          El esposo no diría. -No te preocupes yo te ayudo. No, seguro que no le dijo que le iba a echar una manita; bueno, se la echaría, pero no en el trabajo casero. El buen hombre pensó...-Aquí el que sobra es mi padre y, ni corto ni perezoso, se echó al abuelo a cuestas (entonces tampoco tenía coche todo el mundo, como hoy. Bien, con su padre sobre sus costillas, empezó a caminar hacia el primer asilo que encontrara. Como es natural, el anciano pesaba aunque fuese viejo. Y aquí tenemos al portador de su padre que, como se cansaba empezó a buscar un sitio donde descansar...lo encontró.

          Había en el camino una enorme piedra que tenía forma oval, parecía hecha aposta y allí se acercó el hombre con su padre a cuestas, lo depositó y se sentó junto a el a descansar. Al abuelo se le nublaron los ojos. El hijo al verlo casi llorando, le preguntó;

          -¿Que le ocurre padre? 

          -Nada hijo, que aquí descanse yo cuando cuando llevaba a mi padre a donde me llevas tu a mi.

          El joven se quedó mudo, pero al momento se recuperó, se levantó y cogiendo a su padre en sus brazos, le dijo:

          -Vámonos padre, volvemos a casa.


CADA UNO QUE COLOQUE SU MORALEJA


lunes, 14 de noviembre de 2022

Otra inventora


           Yo no se conducir nada más que un tractor, a campo través, pero jamás me hubiese imaginado que esas rayitas blancas que hay en en centro de las carreteras las inventara una señora, pues en sus tiempos conducían muy pocas mujeres, no es como ahora...

          Pues bien, esta mujer derribó más de una barrera y nos dejó un legado que salva vidas. Es June McCarroll quien, en una época en el que el acceso a la Universidad para las mujeres era casi una quimera, logró matricularse en la Facultad de Medicina en Chicago y convertirse en doctora. Luego se mudó a California, donde, además de tratar a pacientes blancos, atendió tambien a los indios nativos que vivían recluidos en reservas.

TARDARON CINCO AÑOS EN HACERLE CASO

          En 1917 la doctora Carroll conducía su Ford T en una estrecha carretera del sur de California de camino a casa de uno de sus pacientes y se encontró con un gran camión que la echó de la vía, cayendo a una zanja. Fue entonces cuando empezó a pensar que podía hacer para mejorar la seguridad vial. Se le ocurrió que marcar los carriles de la calzada, pintando una linea blanca en medio, serviria para que los vehículos no invadieran el lado contrario y disminuía el riesgo de accidentes. June llevó esa idea a la junta de Supervisores del Condado de Riverside y, como no fue recibida con demasiado entusiasmo, ella misma se encargó de pintar una franja de color blanco de aproximadamente un kilometro de largo y una anchura de 10 centímetros.

          Despues de aquella intervención, con la convicción de que su propuesta salvaría vidas, se pasó cinco años tratando de convencer a los organismos oficiales. Testaruda y persistente, no tiró la toalla y acudió a organizaciones de mujeres para lanzar una gran campaña a nivel estatal, que consistió en enviar miles de cartas al Gobierno de California. Fianlmente, en 1924, se aprobó la idea de June y el gobernador hizo pintar 5.630 kilómetros de líneas blancas, consolidando así una de las medidas de seguridad vial más efectivas que hay.

Tambien los entendidos, dicen que mirando la línea blanca se evita el mareo, quien se maree, pues yo que me mareo solo de pensar que voy a ir en coche o en autobús, lo he comprobado y es cierto. Creo que los conductores no se marean nunca, asi que los "paquetes", no le quitéis ojo a la famosa linea.


lunes, 7 de noviembre de 2022

Buscaba la felicidad


           Siempre estamos buscando la felicidad, lo peor es que nunca la encontramos, al menos a nuestro gusto. A veces, donde menos nos pensamos está la dicha. Eso le pasó a nuestro amigo de esta historia o leyenda.

          Cierto día, un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla.

          Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, despues, por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

          Un día soñó que le quedaban dos meses de vida y, tan vívido había sido ese sueño, que se dijo:

          *Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean*

          Y aquel buscador de la felicidad encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de si mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.

          De este modo, comprendió que para ser feliz se necesita amar, aceptar la vida como viene, sentirse querido y valorado y aceptarse como uno es. Y recordó la siguiente frase:

*¡ Que poco gozamos con lo que tenemos y cuanto sufrimos por lo que anhelamos!*


Una frase:

CUANDO LLEGA EL CARNABAL NO NOS PONEMOS DISFRAZ, GUARDAMOS EL QUE USAMOS TODOS LOS DÍAS.