lunes, 28 de diciembre de 2020

¡Errrrrrrr Belen!!!!!!

 



Una parte de mi Belén


En el Castillo hay un buitre...



En el lago veo una barca...


Se ha hecho de noche...



Está amaneciendo...


Ya casi de día...


 A pleno sol...


El pastor va con su carro...


El buitre ha caído y ha sacudido a un guardia...


Aquí veo muy bien la barca...


El cura también lleva su carga...


¡Hay comida en la mesita!...


San Pancracio les indica donde está El Niño...


La señora sigue dando de comer a sus animales...


     
     ¡¡No doy más de sí!!!

Sigo siendo mala fotógrafa...




lunes, 21 de diciembre de 2020

Tiempos modernos



 

      Cuando en el invierno de 1223 se le ocurrió a San Francisco de Asís representar la llegada de Jesús, o sea, el nacimiento, no pensó en mi ni en mi amigo Joaquín. Ninguno de los dos lo hacemos bien, pero si le ponemos mucho cariño.

     Hace muchos años nos visitábamos frecuentemente, pero por Navidad, era segura la visita. Este hombre ponía un Nacimiento precioso, además de grande. Uno de esos días que fuimos de visita para ver tan precioso Belén, salimos riéndonos a mandíbula batiente, pues resulta que cuando empezó a enseñar su obra y empezó a encender luces, nos hizo un verdadero lío.

     Cuando quería encender el castillo de Herodes, se encendía la cocina de su casa. Al encender el Portal de dicho Belén, se encendía la lumbre de los pastores y cuando quería encender, para que nuestros ojos vieran tan maravilloso pueblo iluminado, resulta que se encendía el cuarto de baño o el jardín, pues vivían en chalet. Que por cierto, se lo expropiaron cuando empezaron las obras del metro...

     Nosotros nos lo pasábamos muy bien y le decíamos lo maravilloso que estaba, cosa que era cierta.

     Pues bien, esto viene al caso porque ahora, muchos años después, a mi me ha pasado lo mismo, o bueno, casi. Menos mal que no lo va a ver mi hermano Ángel al cual le dieron el primer premio por la que organizó en el sótano de su chalet poniendo un Belén de enormes dimensiones. Además de precioso.

     Yo, que además de perder un poco el oído, la vista y la memoria, no me acordaba de ciertas cosas que me dijo mi querido hijo respecto a como iban enchufados todos los dispositivos.

     Como ahora, como decía Don Hilarión, las cosas adelantan que es una barbaridad, pues si, en mi casa tambien adelantan, ya no tengo que enchufar cosas a la corriente electrice, no, solo tengo que decir: Alexa...y ella se encarga de hacer lo que yo le mando, pero...como no me acordaba de las advertencias que me habían dado, yo seguía en mis trece, o mejor dicho, en la inopia.

     Como en verano le decía a mi "amiga" Alexa, ¡enciende el ventilador!, donde hemos enchufado ahora el Belén, pues tengo que decir eso mismo, o sea, que se encienda el ventilador para que haya luz en el Belén.  También tengo que decir Hoguera para que la lumbre de los pastores funcione, pero siempre se me olvida y digo "Fogata" y ahí estoy volviendo a preguntar a mi hijo el porqué no se enciende. Pero lo bueno viene ahora...con el Árbol o mejor dicho..."arbolito".

     Resulta que la semana pasada, recién puesto el dichoso árbol, no lo podía apagar cuando me iba a la cama. Tengo que reconocer que entre el ordenador y mis libros me acuesto muy tarde, pues bien. Se me ocurre decir a mi "enemiga Alexia:..."Apaga el árbol"...nada, "Apaga el arbolito"...nada. Así un buen rato. Ya estaba desesperada, eran las 2 de la madrugada y no podía preguntarle a mi hijo, pues se levanta a la 7 de la mañana.

     Después de casi llorar de tanto preguntarle a la tal Alexia y que no me hacía ni pizca de caso...desenchufé los cables y ala, a dormir.

     Cuando al día siguiente se lo conté al nene...mejor que no diga las cosas que me dijo. La solución era...¡Alexa, apaga arbolito!...

     Nada de El...solo arbolito. Bueno ya lo tengo controlado, ahora tengo que hacer las fotografías. Que eso es otra cosa, siempre me salen mal. Pero yo de todas maneras...las pongo aquí aunque se rían de mí.

lunes, 14 de diciembre de 2020

Hasta en mi Belén hay crisis.


Plaza Mayor de Madrid
 

     Entre el virus y la crisis, creo que voy a empezar por reducir mi Belén. Antes sacaba unas maderas que tengo a propósito para ello y montaba, nunca mejor dicho, "un Belén", pues bien, este año va  a ser más pequeño.

     Voy a poner la mitad de los pastores, no es un secreto que en cualquier Belén hay más pastores que ovejas, así que fuera, me quedo con uno solo. (Los demás al paro).

     Personajes, hay que ver los artesanos que ponemos: el herrero, el panadero, el de la leña, el carpintero, que hace la competencia a San José, el tendero, o sea, que hay más vendedores que clientes. ¡Fuera todos!

     En su lugar pondré un chino que en un pequeño espacio fabricará y venderá todos los objetos que hacen los demás. Tambien me desharé de la posada, pues no cabe en el poco espacio que tengo. A las lavanderas las voy a dar unos días, mejor dicho, un año de asueto, así descansan las pobres. No puedo ver que, mientras yo tengo una lavadora monísima ellas estén en el río con el frío que hace.

     Con la realeza también tengo que hacer un reajuste. Al rey Herodes le dejaré solo dos guardias por razones de seguridad...no vayamos a tener algún lío.

     Los Magos mejor que ni se acerquen, sobre todo por el aparcamiento de la estación pues raro es el día que no hacen algún desaguisado en algún coche, claro que como los señores Reyes Magos vienen en camellos...

     También estoy pensando que si hago reajuste y no pongo los Reyes Magos, estos también lo hagan y no me traigan regalos. ¡Con lo buena que he sido este año! Claro también hay que decir que si he sido buena ha sido por las circunstancias, no he salido de casa pero, eso sí, he comido muy bien, he dormido buenas siestas, he leído muchos libros, he echado mis partiditas al tute y la brisca con el ordenador (casi siempre le gano), o sea, que todo muy bien. Por lo tanto espero que los señores Reyes Magos se acerquen a casa, con o sin camellos. 

     Por lo tanto no voy a reajustar nada que concierna a los Magos de Oriente. Incluso les dejaré unos pestiños hechos por mi, con guantes, por aquello del contagio.

lunes, 7 de diciembre de 2020

La Cama mueble

Asi quedo la cama después de quitarle las faldillas
      

      Como ahora no podemos vernos, ayer mientras hablábamos por telefono mi amiga y consuegra Piluca, me contó: 

    Que en cierta ocasión, por las fiestas del barrio, quería un vestido nuevo. En aquellos tiempos, en las fiestas, era cuando estrenábamos un vestido, pero a veces era muy difícil para los padres, pues éramos muchos hermanos y alguno se tenía que quedar sin su traje nuevo. Tal fue el caso ese año de 194 y...en el que Piluca se quedó fuera de combate. No creáis que ella se amilanó, no, nada de eso. Empezó a pensar y dado lo inteligente que es, enseguida dio con el resultado:

     Las casas de Madrid de la posguerra no eran muy grandes y los que vivíamos en ellas éramos muchos. Por ese motivo casi todas las familias al no tener cuarto de invitados, como tenemos ahora, tenían en el comedor...UNA CAMA MUEBLE. esta para disimular el colchón, el somier y la almohada, estaba disimulada con unas "Faldillas" hechas de Cretona. Esta tela solía ser siempre floreada, solían tener un fondo rojo, azul o negro con flores estampadas que resultaba muy decorativa.

     Cuando mi amiga supo que no tenía vestido nuevo para ir a la Kermes el día de la Virgen del Carmen y dada su inteligencia...en lo primero que fijó fue en...la cretona de la cama mueble. Rauda como una centella fue en busca de su madre (que todo hay que decirlo debía de ser una santa, la mía no hubiese aceptado en trato), le dijo:

-Mamá, ¿me das las faldas de la cama mueble para hacerme un vestido?

     La buena señora dijo que sí y que sentía mucho no haber podido camparle un vestido nuevo. Piluca se puso manos a la obra, cogió la tela, la cortó a sus medidas, pero le faltaba un poquito para el canesú y los bolsillos. Como ya tenía la venia de su madre, se fue en busca de algo rojo que era el color predominante de la Cretona y, ¿Qué encontró? Pues un par de servilletas rojas.

     Me contó que además cerro el escote con un cordón hecho también por ella y al final...le quedó un vestido precioso.

     No quedó aquí la cosa, pues cuando llegó con sus amigas al baile, el ambiente era de lo más fenómeno. Allí estaban Carmen Sevilla, Lola Flores y mucha gente conocida de aquellos tiempos, pues iban a elegir a la Miss de las fiestas. Estando ella bailando, se acercó Perico Chicote y le dijo:

     -Señorita, apúntese que vamos a elegir a la Miss y usted es muy guapa. Su compañero de baile también la animó, pero ella dijo:

     -Si se entera mi padre que me cogen Miss, me da una zurra...

Así eran aquellos tiempos. Teníamos respeto al padre, a la madre que nos pario. Después al marido, ahora a los hijos. ¿Tendremos que temer también a los nietos?

     Piluca no fue Mis por miedo a su padre. Yo no fui a la Kermes porque no tenía vestido que ponerme...

Una frase que no va con mi amiga.


LA OCIOSIDAD, COMO EL MOHO, DESGASTA MUCHO MÁS RAPIDAMENTE QUE EL TRABAJO.

                      Benjamín Franklin.