Típico potaje de Cuaresma
Como ya sabemos todos, estamos en Cuaresma. Es costumbre de los Cristianos Católicos abstenerse de comer carne el miércoles de ceniza y sobretodo, los viernes que siguen hasta la Semana Santa.
Esta costumbre es, porque al hacer este pequeño sacrificio, estamos en comunión con todos, o sea, que estamos unidos todos los cristianos... menos... mi hijo.
La costumbre mas arraigada es comer los viernes potaje y de postre, torrijas.
Yo lo hago algunos días para mi sola, ya que solo comemos juntos los fines de semana.
El viernes pasado, yo, muy contenta y afanosa me dispongo a preparar un rico potaje, con sus espinacas, su bacalao e incluso le puse un huevo duro. La verdad es que el plato estaba precioso, además de rico, rico, rico.
Esperando a mi querido hijo, pongo la mesa para que cuando llegue no tenga que esperar. Nada más entrar por la puerta me dice que está muerto de hambre.
Yo muy contenta ya tengo todo preparado en el cuarto de estar que es donde comemos cuando estamos solos.
Se sienta y espera que llegue yo con la comida...cuando ve el potaje, lo primero que me dice es que parece "rancho" (comida de la mili), yo me creía que lo decía por hacer gracia, si, si.
Se queda mirando mucho al plato y me pregunta muy serio:
-¿Que clase de comida es? Yo le respondo.
-Potaje de Vigilia. Va y me suelta:
-¡Que pena de garbanzos! Sigue preguntando.
-¿Y eso verde que es?
Yo le respondo que son espinacas y me contesta muy serio:
-Ya te lo puedes ir comiendo tu, pues yo no pienso probarlo.
Yo, con cara de mártir, le digo que por favor que lo coma, que esta muy rico y además es día de vigilia...
Entonces, me pide un filete y dice que así tengo potaje para más días, para mí sola, por supuesto.
Entre este tira y afloja, nos han dado las 4 de la tarde, pues como llega a las 3...
Como ya no es un niño, ni puedo darle un guantazo ni obligarlo a comerlo. Las dos cosas se las merecía.
Me voy a la cocina, descongelo un filete en el microondas, abro un tarro de espárragos y se los pongo en la mesa...yo, empiezo a comer el potaje. Ya me salen los garbanzos hasta por las orejas.
El muy ladino, viéndome comer me dice:
-¡Con la olla que has cocinado, vas a tener potaje para toda la Cuaresma.
Cuando hemos terminado la comida, he sacado todas las tarteras que tengo de Tupperware y me he repartido todo mi rico potaje en raciones.
Seguro que se termina la Cuaresma y todavía sigo comiendo potaje.
¡ Ah, a todo esto, he tomado el té de las cinco a las siete y media, pero, con una rica torrija.
¡¡Que ricos son los hijos cuando son mayores!!
Creo que ya no tengo que hacer muchos sacrificios esta Semana Santa...
De momento ya te has ganado el cielo. ;)
ResponderEliminarPues a mí me encanta el potaje y ese tiene muy buena pinta.El domingo comimos torrijas pero compradas y ya sé que no es lo mismo. Como las de mi abuela ningunas.
Un abrazo y feliz Cuaresma.
Estoy segura de que las torrijas de tu abuela eran exquisitas. Yo añoro las de mi madre, pues, aunque las hago como ella me enseñó, no me saben igual de ricas. Lo mismo me pasa con la tortilla de patatas.
EliminarSeguiremos añorando la rica comida de nuestras antepasadas Alfred.
Un fuerte abrazo
Pues tiene una pinta estupenda...que me voy para allá y te ayudo con el potaje que amí me encanta.Besicos
ResponderEliminarEs una pena que estemos tan alejados unos de otros, seguro que más de uno me acompañaría y yo muy gustosa compartiría mis potaje y mis torrijas, que dicho sea de paso, no me salen mal del todo.
EliminarMuchos besitos querida Charo.
A mis hijos les gusta el potaje. Lo comen desde pequeños. Un beso
ResponderEliminarPues los míos, ni de pequeños ni de grandes. Por ese motivo nunca lo hago cuando están ellos.
EliminarUn beso Susana.
jajaja, Ma de los Angeles! Muy buen provecho, se ven buenísimos los potages, seguro mi hijo del medio hubiera hecho la misma escena que el tuyo! Un abrazote!
ResponderEliminarLa verdad es que lo único que me importa fue hacerlo, pero una vez hecho...me lo como tranquila y con apetito.
Eliminar¡Está buenisimo!
Un fuerte abrazo María Cristina.
Se dice que no hay mal que por bien no venga, por lo que piensa la de horas de cocina que te vas a quitar este mes. Y en cuanto a los hijos, en esa edad están todos cortados con el mismo patrón,, en casa hemos vividos situaciones muy parecidas con los tres hijos que hemos criado.....Ellos en ciertas cosas van a su bola.... y es lo que nos ha tocado vivir... que le vamos a hacer, ya que lo importante es que estén sanos, felices, y que nos sigan queriendo, como nosotros a ellos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Tienes mucha razón Manuel. A mi no me importa comer varios días lo mismo, estoy entrenada, pues cuando era pequeña no teníamos mucho donde elegir.
EliminarAhora comen cosas más sofisticadas, tales como, las hamburguesas o lo perritos caliente. Yo sigo con mi potaje.
Un fuerte abrazo
Se me olvidaba decirte que el potaje, tiene muy buena pinta, y que a mi me encantan, aunque por aquí se hacen separados, o bien de bacalao, o bien, de espinacas.
ResponderEliminarOtro abrazo, amiga.
Los potajes del Sur son muy ricos, yo, como buena cocinera los copio y aunque no los coma mi hijo, yo los aprecio mucho.
ResponderEliminarMe agrada otro abrazo amigo Manuel.
Seguro que te va a salir muy rico.
ResponderEliminarEncantada de seguirte.
Un abrazo