Hoy me siento nostálgica y recordando, recordando he pensado en mi linda gatita Rufa: siempre la recuerdo, pero no se que me pasaba hoy. Quizá ha sido al ver los gatitos del jardín. Tambien, quizá, ha sido que hemos estado hablando mi hijo y yo de la Rufita...eso habrá sido.
Fue muy querida por todos menos por mi hijo pequeño y luego por mi nieta. Mi hijo la hacía de rabiar, pero cuando mi nieta estaba en casa, la Rufa daba un rodeo para no cruzarse con ella.
Yo la he regañado varias veces, sobre todo cuando ponía el Belén, no solamente me tiraba los pastores sino que una vez hizo sus necesidades en el serrín, no tuve más remedio que quitarlo del todo. Cuando llegó mi hijo mayor que trabajaba fuera de Madrid y solo venía los fines de semana dijo: ¡¡Es que unas fiestas navideñas sin Belén!!...enseguida le puse remedio. Pode las plantas de la terraza, las eché encima de donde había estado antes el serrín, puse los pastores, el castillo y el portal y todo solucionado.
Cuando yo volvía de la compra y traía carne picada, la llamaba...¡¡¡Rufa, ven!!! enseguida oía yo el cascabel por el pasillo y sabía que venia mi querida Rufa. Yo, además de lo que se quedaba pegado de carne en el papel, dejaba un poco y ella, a pesar de que tenía su pienso, se lo comía con deleite.
Cuando teníamos que llevarla a la veterinaria, aquello era un caos, no había quien la metiera en la cesta de transporte. Tampoco fuimos de vacaciones los 12 años que la tuvimos, pues no nos gustaba dejarla con nadie ni en sitios especializados, o sea, que nos quedábamos en casita por la Rufa. Pero encantados.
Un día, nos dimos cuenta de que tenía una herida en la tripita, por supuesto que la llevamos a la veterinaria y nos dijo.
¡Hay que operar!
La operaron, estuvo tres días en la clínica y cuando fuimos a por ella nos dijeron que era Cáncer de mama y que era malo...
Nos la llevamos a casa, la hicimos un vestido para que no se quitara los puntos, pasamos mucho con ella, mi hijo pequeño decía: ¡Esto es un sin vivir! Pero yo tenía esperanza que se curara. La dábamos de comer con una jeringuilla, comida que nos recetó la veterinaria,,, no tenía ganas. Nos había costado un "pastón" la operación, pero aun así teníamos esperanzas...duro tres meses.
El día que murió, yo lloré, mi hijo pequeño lloró, mi hijo casado y su esposa lloraron, algunos vecinos que sabían de su enfermedad, lo lamentaron...en fin, todos lo pasamos mal. No os extrañe que a mi blog le haya puesto..."La Gata Rufa"
Esta foto se la hizo mi hijo siendo muy pequeño, está subida en la mesa camilla y la tiene toda revolucionada. Se ven mis gafas y un libro que me regaló mi nuera y que se titula "Los renglones torcidos de Dios", que ahora está muy de moda y a mi me pareció muy fuerte...
Una monada de gata pero la verdad que se sufre mucho cuando les toca partir. Me encantan los gatos y también tuve uno , varios perros, cotorras, peces, cobayas y hasta una tortuga de tierra pero ya no quiero más mascotas, te sujetan mucho y se sufre cuando parten.Besicos
ResponderEliminarNosotros tampoco queremos más mascotas. La veterinaria, cuando murió la Rufa, me dijo que si quería un gatito, le dije que no pues ya habíamos sufrido mucho al perder a nuestra querida gatita.
Eliminar¿Te has deshecho de tu gatito? Ya no veo que le pongas en tus cosas.
Si es así, has hecho bien, por lo menos no sufres.
Besitos querida Charo.
Se les coge cariño por que se lo merecen y luego se les llora, que es lo normal cuando parten.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy cierto amigo Alfred. Nosotros la queríamos como si de un familiar se tratara. Hoy mismo, mi hijo dice que la echaba de menos...
EliminarUn fuerte abrazo.
También tuvimos una gata muchos años, no tuvimos el problema de las vacaciones, siempre había alguien en la casa para atenderla.
ResponderEliminarLo peor es si tienen una enfermedad grave, en nuestro caso murió por los veinte años que tenía.
Un abrazo.
Pues ya era viejecita Matías. Como ya digo la mía tenía 12 y creo que es la edad normal, claro que siempre hay excepciones y la tuya fue una de ellas.
EliminarSea como sea, el caso es que se sufre mucho.
Un fuerte abrazo.
Tengo un gatito y es el bebé de la casa. Un beso
ResponderEliminarOjalá y te dure mucho pues según mi veterinaria lo normal son 12 años.
EliminarUn beso y otro al gatito.
Qué tierna tu historia de Rufa, Ma de los Ángeles! Te cuento que mi hijo menor y su novia tienen una gatita, Urza, es hermosa y vivaracha, cuarenta días y se quería subir a la cama, desde ya que se la pasa ahí! Tiene su camita pero prefiere la de sus dueños, en fin, hará lo que quiera con ellos! Un abrazote!
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ResponderEliminarEn tiempos de la Rufa creo que no había camitas de gatos, pero se subía a mi cama, yo le habría las mantas y las dos dormíamos a pierna suelta, bueno ella a pata suelta.
Hoy mismo mi hijo pequeño (ya es cuarentón) y yo hemos estado hablando de nuestra gatita, él se quejaba de lo malo que había sido con ella, pero a última hora se metía en su cuarto con el. Eso era porque ya eran mayores los dos.
Ya no quiero mas mascotas...
Un fuerte abrazo querida María Cristina.
Uiii, María De los Ángeles.
ResponderEliminarHe leído todo lo que nos cuentas sobre tu gata Rufa y desde luego que es una pena por todo lo que le tocó pasar.
Yo tuve dos perritos de raza pequeña y ha pesar perderlos por causas imprevistas, y luego se pasa muy mal cuando se nos van, no son tragos de buen gusto. Por eso me comprometí yo misma de no tener nada más. Animales en casa jamás. Por qué se convierten en uno más de la familia y se les coge mucho cariño.
Después tuve, tortugas, peces, pájaros y jansters también. Y con el tiempo se mueren. Por eso para evitar de sufrir por ellos, mejor quedarse solo con la familia y dejarnos de tener animales en casa.
Saludos y buen fin de semana
Mónica
Se ve que te gustan mucho los animales. A mi tambien, pero despues de esta experiencia se me quitaron las ganas de tener otro animal.
EliminarEl tener a la Rufa fue porque decía mi horóscopo que mi animal era...el gato. Así que a la primera de cambio me hice con ella, pero ya no quiero más.
Saludos Mónica.
Hola Mª Angeles, entiendo todo lo que nos cuentas de tu gatita, yo también tuve gato y la verdad que tuve mucha suerte con el ya que era un peluche, siempre lo tenia pegado a mi:), y es verdad que cuando se marchan duele mucho, yo también le llore mucho y desde entonces ya no he querido tener ninguno mas por lo mal que se pasa, pero si se les echa mucho de menos.
ResponderEliminarBesos.