Cuidado con las carreteras.
Hoy le he dado un susto a mi hijo, pero luego le he contado lo que pensaba escribir en el blog y ha sido susto doble, o eso me ha parecido a mi.
Ha sido un pequeño contratiempo que me pasa muchas veces y es, dejarme alguna luz encendida no estando en la parte de la casa que sea, ya el cuarto de baño o en este caso mi dormitorio. Lo que ocurre, es que muchas veces me lo dice para hacer un poco de gracia y esta vez se asustó o lo aparentó. empiezo con el primer susto:
Había dejado la luz de mi dormitorio encendida, sin darme cuenta, mientras me daba una ducha fresquita. Él creía que estaba dentro, pregunta:
-¿Dónde estás mamá?
En ese momento salgo de mi baño, que está justo enfrente, envuelta en el albornoz blanco y al decir:
-¡Aquí estoy!...Ha dado un respingo que ha dicho una palabrota, que por cierto, no le cuesta mucho decirlas.
El pobre me quería decir que estaba preparando una cenita de picoteo para que yo no trabaje nada.
Al final la cena ha sido buena y, como en todo cuento, todo ha salido feliz.
Ahora a ver si asusto un poco a mis queridos amigos que tan feliz me hacéis con vuestros comentarios. Esto es de mas miedo:
Este relato está considerado como "Misterios sin resolver".
Dos hermanitas gemelas que se llevaban muy bien y nunca se peleaban ni discutían.
Por razones de trabajo, junto con sus padres, tuvieron que cambiar su residencia a la Ciudad, donde estaba una carretera que era peligrosísima sobretodo en horas punta.
Un día que llamaron a la madre del trabajo para que fuera urgentemente, las niñas tuvieron que cruzar dicha carretera solas.
La madre les dijo antes de salir:
-Cruzar solas pero tened mucho cuidado, mirad a los lados.
Las niñas obedecieron. Nada más girarse la madre para marcharse oyó un golpe muy fuerte detrás de ella. Eran sus hijas, habían sido atropelladas por un camión, desgraciadamente, las dos habían muerto.
Unos años más tarde, la madre, aún joven, ya que tenía 34 años, todavía vivía en la misma casa cerca de la carretera y no olvidaba ni un sólo día a sus dos gemelas.
Afortunadamente, había vuelto a tener más hijos y casualmente dos gemelas muy parecidas a las que murieron atropelladas.
Esto hacía que la madre olvidara en parte el trágico suceso. Pero la fatalidad estuvo a punto de volver a la familia, a pesar de prohibirles expresamente acercarse a la carretera.
Un día las dos niñas estaban jugando y decidieron cruzar la fatídica carretera. No venía nadie en ningún sentido, no había peligro.
En el último momento apareció su madre que chillando muy alterada les dijo que no cruzaran, a lo que las niñas respondieron al unísono:
-Si no pensábamos cruzar...ya nos atropellaron una vez y no volverá a ocurrir...
Sin más comentarios...
Una frase:
TIENES QUE TENER UN SUEÑO PARA PODER LEVANTARTE POR LA MAÑANA.
Billy Wilder.
Ya tiene tela...ya. tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo y no vayas pegando sustos.
Mis sustos los hago sin querer, otra cosa son los leo por libros o periódicos, esos si que dan miedo.
EliminarUn abrazo Alfred.
Lo del picoteo para cenar está muy bien, vaya hijo que tienes. Yo también me dejo a veces las luces encendidas y me da mucha rabia, me enfado conmigo misma.El relato tiene su "miga".Besicos
ResponderEliminarDespués de dejarme las luces encendidas más de una vez, pues me enfado, como tu, conmigo misma, pero aunque pongo todo mi empeño no lo puedo remediar. Todos los encendedores están en el pasillo, por eso es muy fácil dejarlas encendidas. Yo creo que la culpa es del inventor...
EliminarYo misma sentí miedo con el relato.
Un besito querida Charo.
¡Esa historia si que es de miedo, si! De las que me gustan, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo
Hubo un tiempo que escribía muchas cosas parecidas, o sea, leyendas de miedo, creo que voy a volver al mismo tema.
EliminarUn besito Rita.
Ay Ma de los Angeles, no ganamos para sustos! El primero fue leve, pero el cuento es de terror! Pobre madre! Un abrazote!
ResponderEliminarTenía que contar primero la leyenda de las niñas, así parecería que no eran de miedo. Pues mi hijo ya se ha cansado y me ha dicho de no cuente nada mas de él. ¡A buena parte ha ido a dar!
EliminarYa sabe que lo cuento todo.
Un fuerte abrazo María Cristina.
A mí me pasó lo mismo, Ma de los Angeles! Ninguno de mis hijos y hasta Sol ahora, quieren verse retratados en las anécdotas del blog, en fin, por eso ando inventando historias a cambio, un abrazote!
EliminarLos hijos y nietos creo que son iguales en todas partes, María Cristina.
EliminarUn fuerte y caluroso abrazo
¿Huyyyy Pero ocurrió de verdad o es una leyenda? que escalofrío me ha dado el relato, parece tan real... Si quieres sentir miedo, he publicado en mi blog DESDE MI REFUGIO, algo que me ha ocurrido a mí hará mes y medio y aún tengo pánico ni sé como me ocurrió.
ResponderEliminarTe dejo mi cariño con un abrazo.
Es una de esas leyendas Urbanas.
ResponderEliminarLa verdad es que según dicen los expertos, fue real.
Un fuerte abrazo Ángeles.
Me encantas!!! tus relatos son vida o muerte pura te felicito muchacha beso
ResponderEliminarMuchas gracias RECOMENZAR, eres muy amable y sobretodo, me alegro que te guste.
EliminarUn fuerte beso.
Pois é, Maria De Los Ángeles, quem teve a graça de receber esse dom da escrita, tanto para o conto como para a crônica ( quem sabe, também o dom para a poesia), pode narrar uma história como essa,””Dos sustos”, com humor sob medida. Gostei muito. Parabénss.
ResponderEliminarUm abraço, minha amiga Maria.
Pedro
Gracias Pedro pero estoy segura que no sabría hacer poesía tan bien como la haces tu y muchos de mis amigos. Me conformo con poder escribir algunas cosas con un poco de humor, eso no hace mal a nadie.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola M Ángeles,espero estés bien.a pasado mucho tiempo, desde la última vez que te escribi
ResponderEliminarVaya un relato escalofriante el de las niñas,tengo un libro con relatos parecidos y realmente dan miedo. Tu hijo debe ser un solete por prepararte la cena, aunque le des sustos jajaja Un abrazo
¡Hola guapa!
EliminarMe hace ilusión saber de ti ya que como bien dices hace tiempo que nonos poníamos en contacto. Espero que esté bien. Nosotros lo estamos.
Un fuerte abrazo querida Ana.
M Ángeles gracias a Dios estoy bien y me alegro que tú también, se que te gustará saber que una persona que ambas apreciamos mucho esta muy bien de salud,Un abrazo.
EliminarTe escribo desde mi nueva casa. Un beso
ResponderEliminarEso está bien querida Susana. Un beso.
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