viernes, 29 de enero de 2010

histerismo

Hola amigos, hace varios días que no he entrado en mi blog, no ha sido por falta de ganas, ha sido por falta de inspiración, si, si por eso o por falta de noticias graciosas; no es que lo que voy a contar hoy sea gracioso, pero sí es algo traji -cómico. Os cuento, ayer cuando venía mi hijo hacia casa tan tranquilo y por un sitio solitario, oyó como gritaba una mujer, rápidamente se dirigió hacia donde venían los gritos, su asombro no tenía límites cuando vio a una señora mayor en el suelo dando gritos, (pobrecilla) él enseguida saco su teléfono celular y llamó al 112. La señora va y le dice que no, que donde tiene que llamar es (le da el nombre de una sociedad) mi hijo le dice que no se preocupe, que cuando vengan las asistencias ya sabrán ellos donde la tienen que llevar, nada la señora ( a todo esto dando gritos de dolor) sigue en sus trece, que no, que no, que tiene que llamar a X. A todo esto va llegando gente, varios vecinos, la señora gritando, según me dijo mi hijo, cree que se había roto una mano o algo parecido. Mi hijo la estaba sujetando la cabeza en su pecho y le decía que se estuviese quieta hasta que llegara algún socorro. Después de un rato llega una ambulancia de la Cruz Roja y la Policía. Ella sigue en sus trece, tienen que llevarla a X. Los asistentes de Cruz Roja le dicen.- Señora, nosotros nos la llevamos y por el camino vamos donde nos manden ya sea a X o a S. Aquí los gritos ya no son gritos son alaridos y dice que no se va hasta que no llamen a su hijo. El mío, o sea mi hijo, le da su móvil para que llame y mientras rezaba para que el hijo de la señora no le cogiera el teléfono, pensando que si la oía se iba a llevar el susto de su vida. Resulta que el nene de la señora herida es policía y allí estaban sus compañeros que le conocían, uno de ellos dice: no le llaméis que está en el gimnasio...La pobre señora cada vez gritaba más, pero no había quien la convenciera de que tenía que ir a la ambulancia, los policías, no es que se rieran...pero casi. Los de Cruz Roja ya no sabían que hacer. Por fin, mi hijo le dice.-Señora, deme mi móvil, mi chaqueta (con ella le había arropado) y quedese aquí hasta que quiera, yo me voy que mi madre se va a asustar si llego tarde. Cuando llegó a casa y me lo contó, aún estaba nervioso, me dijo: que suerte mamá que nosotros solo tenemos LA SEGURIDAD SOCIAL. Así no tenemos que elegir a que sociedad tenemos que ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario