martes, 18 de agosto de 2015

Huida

Todos conocemos el refrán que dice "Hay amores que matan" y por desgracia estamos viendo que es verdad. Tenemos el último referente en ese anciano de 70 años que ha matado a su esposa con un hacha. Otro, hace dos días que encerró a su mujer en el coche y tras rociarlo con gasolina le prendió fuego, claro que aquí le salió el tiro por la culata ya que la señora salió corriendo y el que se abrasó fue él.
También tenemos cercano el asesinato de esas dos jóvenes de Cuenca que tan mal sabor nos ha dejado, no solo a los españoles, sino al mundo entero, y el muy gandul dice que es inocente...

Hace ya varios años que, por poco no ocurre algo similar en una persona conocida, y no le pasó nada porque salió huyendo.
Esta señora joven, viuda con tres niñas se dedicaba a trabajar en su casa. Como había trabajado de soltera en una gestoría, varios vecinos suyos que eran camioneros, dos y un taxista, les llevaba la contabilidad y papeleo de sus vehículos. Ella iba a los bancos, Hacienda y muchas veces a los Juzgados cuando alguno tenía algún accidente. Los señores autónomos estaban muy contentos y servidos con tan extraordinaria secretaria.

Otro vecino, que no era tan decente como sus "jefes" se le puso en medio. La seguía cuando hacía algún trabajo fuera de casa. La atormentaba por teléfono, la asaltaba en mitad de la calle...Ella no decía nada por miedo a la critica, no fueran a pensarse los vecinos que era ella la incitadora.
Como no la podía conseguir, no se le ocurrió otra cosa a este "buen" hombre, que denunciarla a la policía alegando que tenía drogas en sus casa.
Era un domingo que las niñas estaban en casa de una vecina jugando con sus amiguitos, cuando llamarón a la puerta. Al abrir, vio que dos hombres vestidos con gabardina, como el teniente Colombo, levantándose la solapa le dijeron:
-Somos policías.
La chica, digo chica porque en aquellos días era muy joven, les dijo:
-¿De verdad?
Y abrió la puerta de par en par, para que pasaran. Creo que esto dio a entender que no tenía nada que ocultar y, como la policía no es tonta, se debieron de dar cuenta que la pobre mujer no tenía nada que esconder.
Los dos policías entraron, le hicieron preguntas, le pidieron el carnet de identidad, le preguntaron si trabajaba. Les contó de que manera se ganaba la vida y la de sus hijas y al decirle que la había denunciado un hombre, además de ponerse nerviosa se imaginó quien había sido.
Les dijo la pobre con toda la sencillez del mundo, que creía que era un hombre que la quería y al no hacerle caso se había vengado, ellos le contestaron.
-Señora, ese hombre la quiere a usted muy mal, nosotros nos la podíamos llevar detenida, pero ya vemos que su casa es una casa decente.
Cuando se marcharon, bajó a casa de su vecina, le contó lo ocurrido y lo que estaba pasando con ese sujeto, golfo e indecente que decía estar enamorado de ella.
Estos vecinos le ayudaron. Le ofrecieron un chalé en otra ciudad, le dieron todas las facilidades para que se marchara con sus niñas, buscara trabajo encontrara una casa, sin prisas, pues ellos iban a este chalé una vez al año.
Mucho sintieron sus buenos vecinos camioneros y taxistas quedarse si su estupenda secretaria, aunque sin saber por que, le dijeron que tuviera suerte.
Pasaría la pobre muchas calamidades pues la niña mayor tenía diez años, pero hoy, sus tres hijas y ellas son las mujeres más felices de la tierra...Viven muy bien. Tuvieron ayuda de su buena vecina. Por lo tanto, todos debemos ayudar en lo posible a personas que lo necesiten, sobre todo sin son mujeres que dependen de estos desalmados...

4 comentarios:

  1. A veces estamos a merced de la indefensión, nadie puede encerrar a un tipo como ese? Parece que necesita matarla para que lo hagan, esta es la justicia. Cuando un loco anda suelto se tienen que escapar los cuerdos, muy buena historia, Ma de los Angeles, mostrando la solidaridad de la gente, un abrazo!

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    1. A este personaje de mi historia le llaman sus allegados "El loco", pero nadie puede encerrarlo que es lo que se merece.
      ¿Hay justicia?

      Un abrazo María Cristina

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  2. Así es todos deberíamos de ayudar pero desgraciadamente hay gente que piensa que ayudar es meterse en líos. Esa conocida tuya tuvo mucha suerte en encontrar esa buena vecina.Besicos

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    1. Lamentablemente son pocos lo que ayudan aunque cundo lo hacen, lo hacen bien como es este caso.
      Un beso Charo

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